sábado, 27 julio, 2024
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La Universidad Nacional de Río Cuarto tiene nuevos abanderados y escoltas 2023-2024

En una ceremonia que se llevó a cabo en el aula mayor del campus recibieron la bandera los nuevos abanderados y escoltas de la Universidad y de las cinco facultades correspondientes al ciclo 2023/2024.

La nueva abanderada mayor de la UNRC es Ana Díaz, estudiante de Licenciatura en Filosofía en la Facultad de Ciencias Humanas y los escoltas son Franco Nolasco, de la Licenciatura en Ciencias de la Computación en la Facultad de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales  y Manuel Estévez, alumno de Ingeniería Agronómica en la Facultad de Agronomía y Veterinaria. Los nuevos abanderados y escoltas de la UNRC recibieron la bandera de manos de la rectora Marisa Rovera y del profesor Pablo Pizzi, secretario Académico de la Universidad.  

En tanto en la Facultad de Agronomía y Veterinaria el nuevo abanderado es Esteban Soave, de Ingeniería Agronómica y los escoltas Catalina Torres, de Medicina Veterinaria y Esteban Righetti, de Ingeniería Agronómica.  Recibieron la bandera de manos de la decana Carmen Cholaky y de la secretaria Académica de la Facultad, Daniela Zubeldía.

En la Facultad de Ciencias Económicas el nuevo abanderado es Jorge Panero Vidoret, de la Licenciatura en Economía y el escolta es Santiago Hernández Guido, de la carrera de Contador Público. Recibieron la bandera de manos de la vicedecana Susana Mussolini y de la secretaria Académica de la Facultad Daniela Concetti.

Por la Facultad de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales recibió la bandera Samir Safadi, Licenciatura en Física y los escoltas Axel Baseggio, Licenciatura en Ciencias de la Computación y Joaquín Loyola García, Microbiología. Recibieron la bandera de manos de la decana Marcela Daniele y de la secretaria de Posgrado de la Facultad, María Gómez.

Por la Facultad de Ciencias Humanas recibió la bandera Fátima Contreras, Licenciatura en Filosofía y las escoltas Agostina Pascual, Licenciatura en Psicopedagogía y Agustina Chiaramello, Abogacía. Entregó la bandera el decano Fabio Dandrea junto con la secretaría Académica de la Facultad, Clarisa Pereyra.

Y por la Facultad de Ingeniería recibió la bandera Luca Pollano, Ingeniería en Telecomunicaciones y el escolta Stéfano Curletto, Ingeniería Mecánica. La entrega estuvo a cargo del decano Julián Durigutti y del secretario Académico de la Facultad Leandro Giorgetti.

El acto fue presidido por la rectora Marisa Rovera quien compartió el estrado con la vicerrectora Nora Bianconi, el secretario General de la Universidad, Jorge Miguel, la vicedecana de Ciencias Económicas Susana Mussolini; el decano de la Facultad de Ciencias Humanas Fabio Dandrea; la decana de la Facultad de Agronomía y Veterinaria, Carmen Cholaky; la decana de la Facultad de Ciencias Exactas, Marcela Daniele; el decano de la Facultad de Ingeniería Julián Durigutti y el secretario Académico de la Universidad, Pablo Pizzi.

Los discursos estuvieron a cargo del secretario Pablo Pizzi y del abanderado saliente Franco Lisa Ferrero.

Los abanderados salientes

Los abanderados y escoltas salientes por la UNRC, correspondientes al ciclo 2022/2023 son Franco Lisa Ferrero, Profesorado en Lengua y Literatura de la Facultad de Ciencias Humanas; el primer escolta  Agustín Pronotti  de la carrera de Contador Público de la Facultad de Ciencias Económica y la segunda escolta Ailén Lanzetti de Ingeniería Agronómica, Facultad de Agronomía y Veterinaria.

En Agronomía y Veterinaria Valentina Palmieri y los escoltas Martina Reyes y Agustín Zufiaurre.

En Ciencias Económicas: Valentín Corradi y las escoltas Camila Albuixech y Lara Aimar.

En Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales Jeremías Parladorio y los escoltas Juan Alanis y Ana Gentile.

En Ciencias Humanas Lucía García Gerbaudo y las escoltas  Carina Schiavo y Carla Argüello.

En la Facultad de Ingeniería Martín Barbosa y los escoltas Álvaro Lenardón y Enzo Campregher.

Pablo Pizzi

El secretario Académico de la Universidad Pablo Pizzi al hacer uso de la palabra en el acto de cambio de abanderados de al UNRC y de las facultades dijo: ”Nuestra Bandera Nacional, creada por el General Manuel Belgrano, el 27 de febrero de 1812, es definida como sinónimo de Soberanía, de Libertad y Justicia, según se desprende en su descripción en los distintos Decretos del Poder Ejecutivo Nacional: N° 10.302/1944, 858/1999, 824/2011”.

 El profesor Pizzi se refirió al embanderamiento del frente del campus que se vio esta semana. Expresó: “Según se desprende del “Manual de Ceremonial y Protocolo de las Universidades Nacionales”, “El protocolo universitario tiene carácter docente, que aparece por razones intrínsecas de los actos a los que dedica su trabajo, por su participación en la llamada formación universitaria y, como mínimo, por contener estos actos, casi siempre algún elemento docente expreso…” (Manual de Ceremonial y Protocolo de las Universidades Nacionales, sf: .2). Siguiendo este documento, y como seguramente han podido observar el ingreso de nuestro campus universitario, el mismo se ve embanderado con los colores de nuestra insignia patria”.

 Citó: “La Universidad embanderará su frente adhiriendo a las conmemoraciones nacionales del 25 de Mayo, 20 de Junio, 9 de Julio, en la celebración de aniversario de su creación, en la fecha de fundación de la ciudad donde tiene su sede, y en todas aquellas festividades que la Casa de Altos Estudios determine.” (Manual de Ceremonial y Protocolo de las Universidades Nacionales, sf: 19).

Sostuvo que “de acuerdo a esta concepción es posible interpretar que cada acto institucional, académico, puede considerarse como un acto docente, ergo una instancia para la construcción de conocimiento colectivo. En éste marco, y conforme se recita habitualmente por quienes tienen como responsabilidad dirigir los actos en nuestra universidad, nos recuerdan: “La Bandera Nacional preside el presente acto y ocupa el lugar de honor.”

Expresó: “Constituye, además, tal como se manifiesta en el Decreto del Poder Ejecutivo Nacional N° 824/2011, página 74, un “…vínculo indestructible entre las generaciones a través de los tiempos.” Hoy, una vez más, un grupo de estudiantes –tanto salientes como ingresantes en la portación de nuestra Bandera Nacional- , se incorporan de esta manera, a la rica historia de nuestra querida Universidad Nacional de Río Cuarto”.

Agregó: “El lenguaje de la verdad Sentipensante, relató Eduardo Galeano, fue una palabra inventada que escuchó de boca de unos pescadores colombianos, bien entrada la noche, a orilla del mar. Creyendo haber escuchado mal, Galeano repreguntó, ¿cómo dijeron?, ”sentipensante”, repitieron los pescadores. Y ¿qué quieren decir con esta palabra? Bueno, entre risas respondieron, es que no es posible separar la razón de los sentimientos, que siente y piensa a la vez, en fin dijo Galeano es el lenguaje que dice la verdad”.

 «Hace unos días atrás me hicieron llegar como inquietud, desde Ceremonial y Protocolo la propuesta de escribir unas palabras para esta fiesta institucional académica, que una vez más podemos celebrar, previo a una nueva conmemoración del paso a la inmortalidad del General Manuel Belgrano. Esta invitación, me llevó a reflexionar acerca de la importancia de este encuentro que nos convoca y a pensar en las historias de vida que hoy se entrecruzan, es decir sentipensar”.

 “Considero si me permiten, comenzar refiriéndome a aquellos que hoy nos acompañan, familiares y amistades, a los que mirando sus rostros denotan emoción y alegría por este momento tan especial. Ustedes, papás, hermanos/as, abuelas/los, amigos/as que quisieron decir presente acompañando a sus afectos que hoy asumen un rol institucional tan significativo como portar nuestra insignia patria”.

 Pizzi subrayó que “como Universidad, queremos decirles gracias, por estar presente a lo largo de estos años, sosteniendo, alentando, a veces viendo que su hijo/a, amigo/a no podía acompañarles porque había que ocupar el tiempo estudiando, avanzado con prácticos a los fines de aprender y dar un paso más hacia adelante en la carrera elegida. A ustedes, gracias por ser parte fundamental en este proceso.

 A las y los abanderadas/dos y escoltas salientes, que nos acompañaron a lo largo de todo un año, en cada acto, en cada colación, demostrando una vez más, su marcado compromiso institucional con la responsabilidad asignada oportunamente. Cuando comenzaron este recorrido, muchos de ustedes no se conocían, al finalizar este período, parafraseando a Galeano, se entrecruzaron historias, que seguramente, continuaran con el tiempo.

Simplemente, gracias”.

Seguidamente afirmó: “Sabemos, que alcanzar este privilegio de ser portadores/ras de nuestro emblema patrio es el resultado de un trabajo colectivo: familia, compañeros/as, docentes, administrativos y equipos de gestión de cada unidad académica. En éste último caso, quiero dedicar una mención especial a cada una de las secretarias académicas de las facultades, porque son ustedes en conjunto con sus autoridades decanales, los docentes y no docentes que, diariamente y a pesar de la multiplicidad y diversidad de tareas que realizan, acompañan a las y los estudiantes a fin de dar respuesta a las inquietudes que les hacen llegar, que prestan sus oídos para escuchar tanto las alegrías como las tristezas que los estudiantes comparten con ustedes, ¡gracias!”.

 Destacó que “cada uno de nuestros cuerpos de bandera ingresante y saliente, fueron formados previo a su ingreso a la universidad, en los distintos espacios del sistema educativo nacional. Por cercanía temporal quiero concentrarme en la escuela secundaria, como parte fundamental de este trabajo colectivo que hoy nos permite reconocer a nuestros estudiantes, con semejante privilegio”.

 “La Educación para Manuel Belgrano fue tan importante que alguna vez expresó: “Fundar escuelas es sembrar en las almas.” Hoy, como Universidad, nos toca cosechar estos frutos”.

Palabras de Franco Lisa Ferrero

El abanderado saliente de la UNRC Franco Lisa Ferrero expresó en su discurso en el aula mayor que  “con las fibras de mi cuerpo aún vibrantes a causa de las intensas emociones que conjuntamente respiramos hoy, en este acto, quiero dirigirme a ustedes no como abanderado saliente, sino como un habitante más de esta casa que para mí, y para muchas y muchos, es nuestra universidad pública”.

 “En este día tan singular, me llena de orgullo y alegría verme rodeado por una congregación de personas cuyos corazones se ocupan, siquiera por un rato, de celebrar todo lo que puede lograr la convergencia solidaria de voluntades en virtud del derecho a la educación. Precisamente, es en la inquietud por el conocimiento, en el deseo de compartirlo, en el reconocimiento de las experiencias vitales de otros, en el impulso hacia el diálogo y en el compromiso con la sociedad, todos ellos pilares de la vida universitaria, que se juega nuestra oportunidad de ser algo más que individuos”.

“Este año vivido como abanderado mayor de la Universidad Nacional de Río Cuarto fue para mí un ciclo de aprendizaje. Con mucha satisfacción puedo decir que este honor rebasó completamente los límites de lo formal, y me abrió una ventana a lo personal, a la oportunidad de formar vínculos con excelentes personas, cada quien, no me caben dudas, con un brillante camino profesional por delante».

Asimismo, cada momento de este tiempo fue compartido como una fiesta con mi familia, a la que le debo mi eterna gratitud, porque me enseñó a soñar y a creer en mí mismo. Estoy acá gracias a ustedes”.

Dijo  que “hoy, somos una comunidad que se honra con un logro colectivo: logro de jóvenes estudiantes dedicados con pasión y empeño a construir una profesión en la que puedan creer, que integre responsabilidades, pero también proyectos, sueños, ideales; logro también de sus familias, que sin dudas han sido para cada uno de ellos lo que el brillante consuelo de un faro es para un navegante cansado, azotado por las olas y confundido por la noche; logro de docentes, que con su trabajo han convocado a estos jóvenes a ser protagonistas de su propio aprendizaje; logro de compañeras y compañeros, que no dudan en ofrecer un hombro para compartir el peso, a menudo abrumador, de todo aquello que la formación demanda; logro de no docentes, que vertebran este espacio en el cual es posible transformar las vidas de las personas; logro, en fin, de la sociedad argentina, que constantemente renueva su convicción en cuanto a la educación en calidad de derecho social, y asume el deber de protegerla y sostenerla como estandarte de un mundo mejor”

.Lisa Ferrero sostuvo: “Quiero felicitar, entonces, a las y los estudiantes condecorados con la solemne distinción de portar y escoltar la enseña patria, y también a quienes han sido de vital importancia en el impulso de trayectos que hoy dan su fruto, especialmente a quienes por una u otra razón no pueden estar presentes en esta ceremonia”.

“Creo que las felicitaciones se vuelven más merecidas en medida proporcional a lo arduo que ha sido y que es vivir en las condiciones de existencia que se nos imponen en el mundo actual. Tanto abanderados salientes como entrantes hemos recorrido parte de nuestro itinerario como estudiantes universitarios privados del convivio, enfrentados a la urgencia de improvisar en nuestros hogares, con lo que teníamos a mano, una vía alternativa para el aprendizaje en emergencia sanitaria, para cuidar la salud de cada uno y la del otro”.

Reflexionó que “ahora podemos vernos, podemos abrazarnos, podemos llenar el Aula Mayor de la Universidad y enérgicamente batir palmas de modo que nuestra presencia sea una realidad innegable. Pero en mí ya ha crecido el temor de que el confinamiento nos haya acostumbrado a la idea de que vernos cara a cara sea un privilegio, y no una necesidad que corporizamos siempre y cuya defensa debemos militar”.

“Después de la pandemia se nos presenta una situación paradójica: por un lado, nos vemos requeridos por el deber de proyectar nuestras posibilidades de volver a cimentar un mundo habitable, y por el otro, las guerras y los desastres medioambientales a nivel mundial nos hacen sospechar que permanecemos a merced de un puñado de poderes que quieren abarcarlo todo, desestimando la destrucción que puedan perpetrar sus terribles zarpazos de acopio. Los medios hegemónicos, por un lado, saturan nuestras mentes con calamidades, y por el otro, continúan animándonos a consumir, instándonos a no llevar nuestra preocupación más allá de los límites de lo aconsejado”.

“Creo que no existe mejor momento que este para expresarles cómo me siento al respecto. Yo sí estoy preocupado. Estoy preocupado porque desde incluso antes que mi generación tuviera la ventura de nacer se habla del fin de la historia, un supuesto estadio cúlmine del progreso de las instituciones liberales que anularía los procesos de cambio y nos lanzaría a una sociedad global sin posibilidad de reescrituras. De esto se sigue que los jóvenes hemos venido a aparecer en un mundo que dejó el futuro atrás, y el mensaje que hemos recibido con mayor insistencia a lo largo de nuestra crianza fue: “sé funcional”.

“Lo que nos toca, en definitiva, es ser partícipes ingenuos de una ficción urdida por intereses de particulares, rebotar hasta el hartazgo entre producción y consumo en el pinball del sistema.

La persuasión que ejerce la idea de estar viviendo en una civilización inmejorable no es sino un efecto de sentido configurado por aquellos pocos que ven en el sostén de la mismidad, el sostén del lucro”.

También Franco Lisa Ferrero dijo: “El filósofo alemán Walter Benjamin se pregunta, en su texto El narrador, por aquellos hombres que volvieron enmudecidos de las trincheras de la Primera Guerra Mundial. Benjamin lee ese silencio como la huella material de la violencia incomprensible que dejó caer la modernidad con su rigor de acero, sobre las vidas de las personas. Su correlato fue que los libros de historia acerca de la Guerra no se escribieran desde las experiencias de quienes fueron enviados al frente, sino desde una erudición distanciada, pretendidamente objetiva”.

“De la misma forma, hoy vemos que las vías hacia la verbalización de nuestras vivencias se encuentran minadas por discursividades extrañas a nosotros mismos, que se condensan en formas gregarias, homogeneizantes. Los sujetos necesitamos desesperadamente volver a ser narradores de nuestras propias vidas, rechazar de manera categórica esos modelos impuestos de ser, emanciparnos de la función de meros engranajes que el mercado internacional busca imponernos”.

“Ante lo que se nos presenta como la solidez inconmovible de un sistema totalizador, que preserva en su seno la desigualdad y la injusticia, cabe volver a hacernos aquella pregunta del crítico cultural inglés Mark Fisher: ¿acaso no hay alternativa? La forma de vida individualista y mercantilista que hoy está instalada en la base de lo social quiere borrar sus causas históricas de modo que pueda parecer natural, forzosa, necesaria. La disconformidad entonces se lee como patología; cualquier intento de impugnación es entendido como transgresión, y es sancionado. Ese “qué va a ser”, ese “no queda otra”, son lemas fabricados en cadena de montaje que descansan sobre el sentido común y reproducen una y otra vez la mentalidad de la displicencia, en tanto que toda salida de las subjetividades prefabricadas casi siempre resulta demasiado costosa para nuestros esfuerzos. Estamos tan acostumbrados al consumo que desconfiamos de todo lo que no se nos ofrece en bandeja”.

Destacó que “en 1992, Paulo Freire escribe que no se puede prescindir de la esperanza en la lucha por mejorar el mundo. De este modo, una de las tareas que corresponden a quienes nos formamos en educación es, en palabras del pedagogo brasileño, “descubrir las posibilidades para la esperanza”, e instrumentar con ellas todas las acciones concretas con vistas a la construcción de un espacio social y político que realmente queramos habitar, manteniendo un ejercicio constante de escucha de la incansable voz de reclamo del oprimido”.

“Ahora los miro a ustedes, flamantes abanderadas y abanderados, representantes de nuestra casa de altos estudios, y los llamo a la reflexión como forma de vida, como ética de trabajo en el necesario proceso de transformaciones hacia una sociedad más igualitaria, más justa, donde el horizonte albergue todavía universos enteros llenos de promesas, donde pensar en el futuro no sea sólo prever circunstancias catastróficas, donde la historia se escriba desde abajo, donde sepamos decidir en aras del bien común, donde entendamos que este planeta no nos pertenece, sino que apenas nos ofrece la oportunidad de habitarlo, la cual debemos aceptar siempre con respeto, humildad y plena consciencia tanto de nuestra finitud existencial como de nuestra obligación con las generaciones venideras”.

 DIRECCIÓN DE PRENSA Y DIFUSIÓN UNRC

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