El propio Volodimir Zelenski reveló a medios españoles en las últimas horas que varios presidentes latinoamericanos se negaron a que participe en la cumbre de la Unión Europea y la CELAC (la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) que va a tener lugar el 17 y 18 de julio en Bruselas.
La invitación se la hizo Pedro Sánchez, el líder del gobierno español, que asume este sábado la presidencia Pro tempore del Consejo Europeo.
El español llegó el viernes desde Bruselas a Kiev.
Algunos medios españoles, como El Debate, especularon con que Alberto Fernández, que va a viajar a la cumbre que se hará en Bélgica, figura entre quienes se opusieron a que el presidente ucraniano partícipe del encuentro birregional junto al mexicano Andrés Manuel López Obrador y el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva por diferentes razones.
Sin embargo, eso no está confirmado. Fernández no se ha pronunciado. En cambio, hay más indicios de que se negaron los explícitos aliados de Rusia: Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Fuentes en Bruselas confirmaron a este diario que la guerra en Ucrania es uno de los temas más sensibles de cara a esta cumbre y no el único.
“Él me invitó, pero algunos líderes de Latinoamérica bloquearon esta invitación», dijo Zelenski tras su encuentro con Sánchez.
Su gobierno busca “coordinar esfuerzos para que la posición de Ucrania fuera presentada” y estuvieran de su lado.
Otras diferencias
El rechazo a que Zelenski participe de la cumbre del 17 y 18 de julio marca las dificultades que ya se barajan para que las dos regiones puedan lograr la firma de un documento consensuado cuando tienen enormes diferencias o matices sobre varios asuntos. Esas diferencias pueden llegar a que el encuentro se limite a un mero hecho político sin resultados concretos. De hecho, Lula coquetea con la posibilidad de pegar un faltazo.
Los tres aliados de Vladímir Putin se negaron a condenar la invasión rusa a Ucrania y ya avisaron que no firmarán nada en ese sentido.
Otros, como Lula, se mantienen en una tercera posición, que incluso no les gusta a los europeos y menos a Zelenski, según pudo conversar Clarín a lo largo de la última semana con altos funcionarios en Bruselas, en el marco de un programa para periodistas argentinos que organizó la embajada europea en Buenos Aires, al mando del español Amador Sánchez Rico.
Al mismo tiempo, ningún latinoamericano está a favor de sancionar a Moscú como lo están haciendo Estados Unidos y la Unión Europea, que están ayudando a Ucrania militarmente a través de la OTAN.
Hay otros temas de alta sensibilidad, incluso para el gobierno de Argentina. Por ejemplo, si el documento pretende ir fino sobre la cuestión de la democracia y los derechos humanos. Ello podría afectar a Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Fernández y el kirchnerismo se manifiestan contra las sanciones a estos países que mantienen cada uno por su lado la Unión Europea Y EE.UU. Avalan a Maduro y Díaz Canel, y en menos medida, a Daniel Ortega.
A la hora de invitar a este trío, las fuentes consultadas en los cuarteles europeos confiaron que hubo debate, pero que finalmente se decidió hacerlo bajo el concepto de que sea una cumbre “inclusiva». Varios países europeos se negaban.
En junio de 2022 Alberto Fernandez le pidió a Joe Biden en público que los incluyera. Fue en la Cumbre de las Américas, cuando el estadounidense no invitó a los líderes de los tres regímenes de Latinoamérica.
La cumbre regional entre la UE y la CELAC se remonta a las de UE-América Latina y el Caribe (ALC) que se hacían desde 1999. Con el impulso del fallecido Hugo Chávez en 2010 los 33 países de ALC decidieron fusionar el Grupo de Río y la CALC (Cumbres de América Latina y el Caribe sobre Desarrollo y Cooperación) en un solo foro: CELAC.
De cierta manera, los funcionarios consultados en Bruselas extrañan la presidencia de Alberto Fernández en la CELAC, porque consideran que Argentina fue positivamente activa. Desde enero, está al mando de la comunidad el castrochavista Ralph Gonsalves, primer ministro de la pequeña isla de San Vicente y las Granadinas. Lo ven con poca influencia, pero al mismo tiempo ideologizado en favor de sus aliados.
La «Global GateWay» europea y América latina
Con su estrategia conocida como «Global GateWay», que no tiene su traducción en español por ahora, Europa busca en el mundo mercados para su propuesta de transición digital, social y ecológica.
La guerra en Ucrania le mostró los límites de la energía convencional que adquiría en Rusia, y la potencia de China le hizo perder mercados. Por ejemplo, en América latina pasó a ocupar el tercer lugar cuando antes estaba en segundo lugar.
Es el caso en Argentina, adonde China también está desplazando del primer lugar a Brasil.
Para la Argentina la propuesta es una búsqueda de inversiones nuevas en litio, de hecho se han firmado memorándum de entendimiento, y pronto se va a firmar uno de energía.
La Unión Europea estaría dispuesta a modernizar algunos acuerdos bilaterales que están fuera de uso desde los años 90, pero primero priorizó a sus más grandes socios, México y Brasil.
Están sobre la mesa varios temas y un fondo para inversiones por 10,000 millones de euros, que todavía no fueron distribuidos ni especificados: energía renovable e hidrógeno verde, materias primas críticas, descarbonización y proyectos de infraestructura de transporte, 5G, digitalización en servicios públicos y finanzas sostenibles y bonos verdes.
Con respecto a la Argentina, en Bruselas miran de cerca las cambiantes condiciones de mercado, restricciones a los giros de las ganancias, devaluaciones, inflación y demoras en concretar objetivos. Y siguen el cambio de gobierno a fines de año.
Bruselas (enviada especial)
NE