Las impresionantes imágenes del espacio que la NASA y otras agencias espaciales comparten regularmente suelen dejarnos sin aliento. Desde nebulosas coloridas enviadas por el James Webb hasta los confines de la galaxia captados por el Hubble, estas fotografías nos permiten maravillarnos ante la vastedad y la belleza del universo.
Sin embargo, uno podría pensar que solo los telescopios espaciales multimillonarios pueden capturar esas instantáneas asombrosas. Pero, ¿qué dirías si te contamos que alguien está logrando resultados igualmente impresionantes desde su propia terraza, en plena Ciudad de Buenos Aires?
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Franco Meconi, astrofotógrafo, dedica una gran cantidad de noches al año a capturar desde su terraza en La Paternal, la infinidad del espacio. Con su cámara, sus telescopios y la ayuda de su computadora logra composiciones repletas de colores y detalles inéditos que dejan con la boca abierta no solo a los seguidores de su cuenta de Instagram @terrazaalcosmos, sino también a cualquiera que las vea en las redes sociales.
“De chico quería ser astronauta. Siempre me interesó mucho el cielo, la astronomía y todo lo relacionado”, expresó Franco a TN Tecno. Nacido en Buenos Aires, Meconi emigró a España al terminar la secundaria para estudiar Periodismo, pero no finalizó la carrera: “Me cansé un poco de vivir afuera. Volví a Buenos Aires, estudié periodismo y comencé a dedicarme a la producción audiovisual”.
Su trabajo como productor de contenidos no le impidió desarrollar su pasión por el espacio. Pero no fue sino recién hasta los 30 años, cuando un amigo le prestó un telescopio chiquito y comenzó a explorar el espacio desde su balcón: “Poder ver la Luna, los planetas, objetos brillantes y más allá, me enganchó de por vida”, confesó Franco. Y agregó: “No sé si tuviste oportunidad de alguna vez mirar por un telescopio y ver algún planeta. Descubrir a Saturno con sus anillos, o ver a Júpiter con sus lunas, fue una experiencia que me marcó”.
Es dispositivo prestado le abrió las puertas a la exploración espacial y despertó un universo de sensaciones en Franco: “Es tan fuerte la primera impresión cuando ves con tus propios ojos los objetos estelares, en vivo, en directo, que querés más”. Así, finalmente, Franco adquirió su primer telescopio.
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Un hobby que empezó de casualidad
Ese primer equipo, que Meconi compró por internet, no era de lo mejor, pero permitía hacer fotos: “El modelo que elegí terminó siendo un telescopio horrible, chino, de mala calidad, que me trajo mil problemas, pero permitía hacer astrofotografía. Hay algunos dispositivos que no están diseñados para obtener imágenes del espacio profundo. Y el que compré yo, sí. Traía una montura ecuatorial, que sirve para hacer seguimiento de objetos a lo largo de la noche. Yo creo que si me hubiese comprado uno sin esa montura, no hubiese salido a conseguir otro para hacer fotos. Todo hubiese quedado ahí, como un hobby para mirar al cielo”.
Y añadió: “El hecho de que la terraza de mi edificio estuviese abierta, junto con la casualidad de comprar ese modelo de telescopio, hicieron que estuvieran dadas las condiciones como para que pudiera empezar a sacar fotos y empezar a transitar de a poco este camino”.
Cómo se consiguen las espectaculares fotografías del espacio
Hacer astrofotografía requiere tiempo y paciencia. Tanto las imágenes que consiguen los telescopios espaciales como las de los grandes dispositivos de los observatorios, incluso las de Franco desde su terraza, se obtienen luego de largas exposiciones, cientos de fotos, y mucho trabajo en la computadora.
El primer paso es seleccionar el telescopio adecuado: “Actualmente, tengo cuatro equipos distintos y la misma cantidad de cámaras. Para astrofotografía se usan desde reflex, mirrorless, a las que tiene todo el mundo para fotos normales. La cámara que uso yo es una mono que saca fotos en blanco y negro”.
Luego, el proceso es a través de filtros: “Para hacer una imagen a color lo que se hace es sacar muchas exposiciones con distintos filtros de colores. Con un filtro rojo, sacás el canal rojo. Con un filtro verde, el canal verde. Y con uno azul, el canal azul. Después se combinan esas tres imágenes para obtener la composición final en RGB”, explicó Franco.
“Otra técnica que uso mucho es con filtros de banda estrecha. Estos filtros cortan casi toda la luz. Son muy oscuros y actúan como un espejo porque reflejan toda la luz, excepto una longitud de onda muy específica que es la longitud de onda en la que emiten los gases de las nebulosas”.
Franco explicó a TN Tecno: “El gas que más está presente en las nebulosas es el hidrógeno ionizado, que emite luz en una longitud de onda muy específica. Entonces el filtro para hidrógeno corta toda la luz y deja pasar solo esa partecita del espectro de la luz. Esto lo que te permite es poder fotografiar las nebulosas sin que te afecte la contaminación lumínica que tenemos acá en la ciudad. Para eso, también, se usan diferentes filtros, uno para cada gas: uno para hidrógeno, otro para oxígeno y otro para azufre”. Y concluyó: “A esa composición, se le agregan tres imágenes en blanco y negro, una para cada filtro, se le asigna un canal de color, rojo, verde o azul, y combinándolas se obtienen las imágenes a color”.
Lo otro que hay que tener en cuenta también al momento de capturar objetos del espacio profundo es el tiempo y la cantidad de fotos necesarias: “Las fotos que se hacen son de larga exposición, de dos, tres cinco minutos. Además, hay que seguir al objeto a lo largo del cielo, toda la noche. Por ejemplo, para conseguir la imagen de una nebulosa distante se hacen muchas fotos de mucho tiempo. Son como ocho horas de la misma imagen. Y al final de noche terminás con 300 fotos de tres minutos”.
Al respecto, Meconi explicó una confusión muy común de la gente: “Cuando se dice que una foto tiene 17 horas de exposición, por ejemplo, no es una imagen capturada durante 17 horas, sino que a lo largo de ese tiempo se fueron sacando fotos de tres a cinco minutos”. Y agregó: “Según cuán tenue o brillante sea el objeto, necesitas juntar más o menos horas. Hay fotos que necesitan 40 o 50 horas de tiempo de integración. ¿Y cómo se consigue eso? A lo largo de varias noches. Se coloca el telescopio, se apunta al objeto y se empieza a juntar data hasta que se obtiene lo necesario para combinarlas”.
Pero el proceso no termina ahí: “Esas 300 fotos, que en apariencia son iguales, tienen es un nivel de ruido. Cada imagen sale con mucho ruido. Entonces, con un programa se apilan esas fotos, la computadora arma un promedio y genera una la imagen final”.
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Suscribite acáHoy, Franco tiene su terraza en construcción y solo fotografía el espacio desde un campo en San Antonio de Areco: “Hasta el año que viene voy a estar sacando mis fotos desde allá, esporádicamente, porque en mi casa, en Paternal, me estoy armando una especie de observatorio para poder instalar allí los telescopios”. Mientras, se dedica de lleno a generar contenidos vinculados a la astronomía, a la astrofotografía y a dar cursos y clases, porque la pasión por el espacio no tiene fin, como el universo.