Haya que ubicarse en España a principios de los años 80. Empezaba la era post-franquista, y entre todo lo que eso podía significar en una nación agrietada, la expresividad a través del arte en todas sus formas jugó un papel preponderante. La famosa “movida madrileña” explosión multicolor arropada por sonidos innovadores y nuevos códigos urbanos caló hondo en todos los que tuvieron la suerte de presenciarla. Y sus ecos sirvieron de semillas para las generaciones musicales que siguieron ciertos códigos estéticos de aquellos inicios. Entre las muchas bandas que surgieron, hubo una que por su cuasi efímera duración pero enorme influencia, se mantiene en el altar sacro de esos años: Parálisis permanente.
Surgida a principios de 1981 en Madrid, inicialmente como un grupo paralelo a los conocidos Alaska y los Pegamoides, el núcleo de la banda y punto focal era su cantante y líder, un joven llamado Eduardo Benavente. Fueron efímeros porque llegaron a editar solo un disco, llamado El acto y un puñado de singles. Debido a la prematura muerte de Benavente en un accidente de tránsito el 14 de mayo de 1983, cuando apenas tenía 20 años, la historia de Parálisis permanente terminó. Aunque no así su halo mitológico que las nuevas generaciones redescubrieron gracias a las plataformas de streaming.
Otro de los miembros fundamentales de la banda es Ana Curra, ex pareja sentimental y musical de Benavente. Actualmente con 65 años y activa en la música desde mediados de los años 80, con varios discos en solitario y colaboraciones varias a través de los años, la icónica cantante española se presentará el 16 de abril en Buenos Aires en Maquinal Espacio Cultural, Anchorena 364 (Alpogo.com). En diálogo con LA NACION, cuenta cómo fueron los años de la movida madrileña, los rasgos que aún quedan de todo aquello y un presente que la redescubre como madrina y sobreviviente.
-¿Cómo se vivió esa increíble explosión de creatividad en la movida madrileña?
-Recuerdo perfectamente todo, pues se reescribió la historia en base a las expresiones que como jóvenes teníamos obligación de hacer. Y si bien me interesa el día a día, para mi fue como una clase magistral de vida. Viví eso y es difícil aún ponerlo en palabras. Nos tocó la parte más blanda de todo eso, pues nuestros hermanos mayores la pasaron mal con la dictadura franquista. Llenamos las calles de vida y propuestas.
-Estuviste varios años alejada de la música y de los escenarios. ¿Se debió a una especie de búsqueda personal o simplemente decidiste cambiar tu escena y horizonte?
-Es muy complicado vivir de la música. Aparte de estudiar farmacia, estudié piano y tuve la suerte de obtener una plaza como profesora en el conservatorio. Una vez que falleció Eduardo, formé otra banda, y dejé de lado Parálisis permanente porque sentía que ese nombre nos pertenecía tanto a él como a mí. Me costaba mucho seguir con esa sombra y formé Seres vacíos. Hacía lo que podía transitando un duelo enorme y fue así como decidí hacerme de lado y dedicarme a la docencia. Siento que con su muerte la vida y todo lo demás era enorme sobre mí y llegó todo muy de golpe. Eventualmente, de a poco, el hambre de escenario llegó y se quedó nuevamente a mi lado.
-¿Cómo crees que ha cambiado o evolucionado el mercado y la industria discográfica en general?
-La industria ha cambiado 360 grados. Hace poco estuve en un congreso de la industria en general y está hasta la inteligencia artificial metida en esto. Yo creo que al final lo que es más importante en la vida de un artista es crear canciones u obras que perduren. Sea cual sea el formato que se use para hacerlas conocidas. Hay que tratar de hacer algo interesante siempre y tener un compromiso con tu historia y lo que te toca vivir.
-Tu último trabajo se titula Huaca y es de 2019. ¿El show que vas a presentar en Buenos Aires se basa en ese disco o haces un repaso de toda tu carrera?
– Tenía una gira planeada hace un par de años por los Estados Unidos y Latinoamérica que se vio trunca por el asunto de la pandemia. He estado muy en contacto con la música de estos lados y hasta en algunos puntos, en la Argentina sobre todo, la música era más interesante y de avanzada en comparación con la que se hace en España. Tengo muchos amigos argentinos y sí el show presentará un repaso de mi obra, pues es la primera vez que estoy en estas tierras.
-“Nunca me ha llamado la atención ser una estrella, lo que me ha llamado la atención es encontrar mi luz interior”, dijiste alguna vez. ¿La has encontrado tras todos estos años?
-Esa frase parece un poco pretenciosa, pero es ambiciosa. Las luces que vienen de afuera son las que no te pertenecen. Lo que importa es lo que tenés adentro, la capacidad de soñar, la capacidad de lucha y enfrentarte a tus sueños y tus deseos con determinación. Intento alcanzar ese estado la mayor parte del tiempo posible, pero la vida tiene sus altibajos.