A la espera de la manifestación más grande en su contra desde su asunción Javier Milei alimenta y profundiza la confrontación. El Presidente no retrocede ante la convocatoria de la movilización del martes de las universidades públicas, en pie de guerra por el desfinanciamiento, e insiste con las denuncias por adoctrinamiento. El jefe de Estado carga contra autoridades universitarias, reclama auditorías a las casas de estudio y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, promete aplicar el protocolo antipiquetes y afirma que no se permitirá corte de calles, a pesar de que Jorge Macri prefirió bajar la tensión.
Con una catarata de tuits y retuits, Milei sugirió que las casas de estudio obligan a sus estudiantes a asistir a la marcha. Puso como ejemplo un trabajo práctico de la Facultad de Comunicación de la Universidad Nacional de Córdoba en el que estudiantes deben cubrir la manifestación. “Hola salamines escritores de cartitas de indignación… parece que hay algo podrido y que sus cartitas devienen de complicidad…”, escribió el mandatario al replicar contenidos de La Derecha Diario, medio afín que dirige Fernando Cerimedo, uno de los asesores en materia de comunicación de Milei durante la campaña.
El subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez, replicó la misma información y reiteró que el Gobierno aumentará la presión para auditar a las universidades. “Un aviso importante: pase lo que pase, hagan lo que hagan, por lo menos mientras Javier Milei sea presidente, el dinero de la gente que va a las universidades se va a auditar”, señaló el funcionario con pasado en las filas del peronismo e hijo del “Gallego”, uno de los fundadores de Guardia de Hierro.
El Gobierno no confía en los controles de la Auditoría General de la Nación (AGN) que responde al Congreso y reclama una fiscalización del Ejecutivo, que violaría la autonomía de las universidades, tal como enfatizan los rectores. Alvarez no hace caso. “Estamos armando un área de fiscalización y auditoría que no existía”, tuiteó además de anunciar una línea para denunciar extorsiones o adoctrinamiento ([email protected]). La SIGEN, en rigor, solo puede colaborar con los controles internos de las universidades solo si éstas lo requieren.
Alvarez acumula críticas de los rectores, porque solo mantuvo conversaciones con algunos de ellos y buscó aislar al ex ministro de Educación Jaime Perzyc, de la Universidad de Hurlingham, y a Diego Molea, de la Universidad de Lomas de Zamora, dos de las autoridades académicas ligadas al peronismo que más tallan. “Es como querer arreglar con CTERA sin acordar con (Roberto) Baradel”, comparó un referente del PRO en materia de política educativa.
Molea también fue blanco de la furia tuitera de Milei, que replicó el mensaje de su amigo, el relator Gabriel Anello (que suena para ocupar una candidatura de LLA el año que viene). “Molea iba a ser Ministro de Justicia de Massa. De las partidas que recibe paga sueldos a jugadores y entrenadores del Club Temperley, club que usa como aguantadero político”, escribió Anello.
La Universidad de Lomas de Zamora, que genera ingresos propios por el alquiler de sus instalaciones, tiene un gasto de $340 millones que no alcanza a cubrir ni siquiera con los aumentos anunciados por el Gobierno en la última semana, solo un caso entre las 66 universidades de gestión estatal. Entre los rectores convocados a la reunión el próximo 30 de abril con el Gobierno señalan que la impericia para negociar de Capital Humano, que anunció un acuerdo que no existía, Alvarez empujó el reclamo.
El vicerrector de la UBA y dirigente radical Emiliano Yacobitti (junto con su aliado Martín Lousteau) es uno de los blancos preferidos del Gobierno. “Que se peleen con Yacobitti si quieren, pero no con la UBA que tiene 8 presidentes, 5 premios Nobel y 330 mil estudiantes”, razonan en el PRO. Difícilmente esas divergencias generen ruidos entre LLA y el partido fundado por Mauricio Macri, quien -según afirman quienes lo frecuentan- comparte los prejuicios ideológicos del Presidente con la educación pública.
El ex mandatario y el actual volverán a encontrarse públicamente este miércoles en la cena de la Fundación Libertad, adonde también asistiría Patricia Bullrich.
La ministra de Seguridad le transmitió a su equipo que ya habló con sus pares de la Ciudad y tiene el visto bueno para que se aplique el protocolo antipiquetes y no haya cortes. “Nosotros cumpliremos el protocolo, más aún cuando se aumentó el presupuesto e igual siguen con la marcha. No tienen coronita los universitarios, la Cámpora y la CTA”, dijeron en la mesa chica de Bullrich.
En la Ciudad relativizaron esa idea. Explican que -como en otras oportunidades- el operativo dependerá de la afluencia de manifestantes y el jefe de Gobierno garantizó que la marcha ocurrirá de manera pacífica. En la Capital ya recibieron el pedido de gremios de la UBA para marchar y tienen que expedirse al respecto. «La convocatoria es a Plaza de Mayo y hay un grupo muy numeroso que quiere hacerla. Nuestra voluntad es ordenar ambas cosas», dicen. Bullrich, ante la consulta de Clarín, fue categórica. “En todas las manifestaciones se aplica el protocolo”, dijo.
En la Rosada quieren bajarle el precio a la movilización de los universitarios -que contará con el apoyo de la CGT y los movimientos sociales, además de agrupaciones de todo el arco político- al calificar las manifestaciones como una expresión anacrónica de la política.
El lunes, en la antesala de la mayor movilización en su contra, el Presidente anunciará por cadena nacional los superávits gemelos del primer trimestre, que busca proyectar como un hito de su gestión.