El día después del segundo paro general de la CGT en menos de cinco meses, el Gobierno apuntó contra la conducción de la central obrera y aseguró que no dará marcha atrás con ninguna medida pese a la presión sindical.
Fue el ministro del Interior, Guillermo Francos, quien apuntó sus críticas contra la cúpula de la Confederación General del Trabajo (CGT) y calificó a sus referentes de tener una «actitud patoteril».
Cuando le consultaron sobre la posibilidad de que el Ejecutivo de marcha atrás en algunas medidas tras el paro, sentenció: «No, al contrario. Es que no lo conocen a Milei, entonces. El Presidente está convencido del rumbo en el que ha puesto a la Argentina. Este tipo de medidas frenan un poco, pero hay un optimismo general en el mundo con la situación de la Argentina».
En esa línea, Francos, el designado por Milei para intentar allanar con los gobernadores el camino para la aprobación de la Ley Bases, redobló las críticas a la CGT: «Los dirigentes sindicales están embanderados por una fuerza política que fracasó en el Gobierno y que perdió políticamente en las últimas elecciones. Todavía no aceptan esa derrota y están planteando cuestionamiento políticos. Ojalá que reflexionen. Más que ayudar a los trabajadores, los están perjudicando».
Al insistir con los cuestionamientos a la CGT por la medida de fuerza, el funcionario les hizo una recomendación cargada de ironía. «Miren las encuestas», repitió en más de una oportunidad, después de advertir que el paro es «una pérdida para todos, incluso para los dirigentes sindicales que cada vez ven más baja su imagen ante la opinión pública».
«Basta con ver las encuestas que hay de opinión sobre el paro y el 75% fue en contra porque la gente quiere trabajar, poder ser libre, moverse. Y no ser coartados por una clase sindical que está cada vez más caduca», destacó Francos en una entrevista con radio Mitre.
Minutos más tarde, en otra charla radial con La Red, amplió esa idea. «Tienen que tomar nota los lideres sindicales porque el 56% de los argentinos está de acuerdo con el rumbo del gobierno y quieren que esto cambie, y analicen la aceptación de los argentinos sobre la dirigencia sindical», desafió.
«Se van a dar cuenta que tienen que cambiar la mentalidad, está trabajando con una mentalidad vieja«, cuestionó.
Francos fue más allá en su desafío a los líderes sindicales. «Hagan un paro dejando que la gente tenga transporte a ver qué acatamiento tienen. En el primer paro hubo transporte y no pasó nada«, lanzó.
El más apuntado por el funcionario en sus críticas fue el referente camionero y cosecretario de la CGT, Pablo Moyano. «Nada tiene que ver con los reclamos concretos de los trabajadores y mucho menos con la actitud patoteril de quien apareció como vocero del paro, el señor Pablo Moyano. Una pérdida para el país, como siempre, estas cosas no conducen a nada», sostuvo.
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Pablo Moyano comparó a Caputo con Barreda. «No tienen cara», acotó.
Moyano había sido el más vehemente con sus críticas al Gobierno y en la conferencia de prensa durante el paro cuestionó en duros términos al ministro de Economía, Luis Caputo, y lo comparó con Barreda.
«Que él se solidarice con los trabajadores es como que Barreda hable de la familia», dijo Moyano, que comparó así al ministro de Economía con el odontólogo femicida.