lunes, 17 junio, 2024
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Lo que no se vio del acto de Javier Milei en Córdoba: seguridad extrema, una mano dolorida y la charla secreta con Martín Llaryora

Se suponía que ningún militante podía ingresar a la Plaza San Martín con insignias que no fueran las argentinas, pero la tropa libertaria no tuvo dificultades para colar las banderas amarillas que los caracterizan. La Policía Federal apostada en Córdoba y los refuerzos enviados desde Buenos Aires, que custodiaban los accesos al Cabildo, resultaron más exitosos para evitar los ingresos de pancartas con inscripciones. Hubo excepciones, claro, como la de un militante que exhibió -durante todo el acto- un cartel elocuente. “14.476.462 ya elegimos. Sí DNU”, señalaba en alusión a la cantidad de votos que consiguió el Presidente en el balotaje.

La plaza frente al Cabildo estuvo lejos de llenarse. Dirigentes libertarios a cargo de la organización del acto explicaban que la convocatoria no fue tan nutrida porque el operativo de seguridad ralentizaba el ingreso de los militantes.

Además de la Federal, Gendarmería controló los ingresos y la Fuerza Aérea llevó desde Mar del Plata un radar y un inhibidor de drones. Los militantes más orgánicos del oficialismo -los que llevaban las banderas- se quedaron en el primer anillo para tapar cualquier otra voz disonante. Detrás de ellos, al final del acto, un hombre empezó a gritarle al Presidente para reclamar por la falta de alimentos en comedores y tuvo que ser evacuado por personal de Casa Rosada para evitar mayores desmanes. Milei, que a veces se distrae y contesta los elogios, no se dio por enterado.

Mucha más tensión hubo, en cambio, en algunas de las calles circundantes donde manifestantes, gremios estatales y organizaciones de izquierda tuvieron choques con la Policía provincial y las fuerzas federales. Hubo heridos de bala de goma. Rodolfo Aguiar, secretario nacional de ATE, denunció violencia institucional y pidió que el sindicalismo no se sume al Consejo de Mayo. Los estatales cumplieron su promesa y cortaron -antes de que llegara Milei- la autopista que conduce a la ciudad. Gendarmería lanzó gases lacrimógenos que el viento llevó de nuevo para los uniformados que los habían lanzado.

Un simpatizante del Javier Milei en el acto de Córdoba. Foto EFE.Un simpatizante del Javier Milei en el acto de Córdoba. Foto EFE.

Milei se trasladó en helicóptero desde el aeropuerto a la gobernación. Lo recibió Martín Llaryora. El gobernador fue abucheado por los seguidores del Presidente cuando fue anunciado por los altoparlantes.

Karina Milei y su secretaria Mara Gorini -a cargo de todos los actos en los que se presenta el Presidente- ordenaron levantar la mayoría de las sillas del montaje utilizado un día antes por el intendente Daniel Passerini -que también fue silbado- en la celebración municipal. La otra diferencia fue la aparición de un atril que el Presidente utilizó para leer su discurso mientras lo custodiaban 5 granaderos.

En los extremos del escenario había pantallas que exhibían un mensaje institucional de Presidencia sobre la fecha patria y que tenía guiños a supuestas analogías entre la Revolución de Mayo y la administración de Milei. Desde los frisos de leones de la Casa Rosada hasta la leyenda del fin del privilegio. El Presidente dejó en claro otra vez que eran algo más que coincidencias al explicitar que el ideario de su administración sigue a los de los revolucionarios de mayo, a la generación de 1837 y a la de 1880.

El Presidente llegó al Cabildo y agitó a la multitud desde el balcón del Cabildo. La militancia lo recibió al grito de “Libertad” y cantó en contra de la casta. También, como en el Luna Park, pidieron que Cristina Kirchner vaya presa.

Hola a todos”, rompió el hielo el Presidente mientras impostaba la voz, como suele hacer cada vez que canta Panic Show, la canción de La Renga que entonó el miércoles. Ante el clamor, prometió que volvería a cantar, pero no ese día.

Los pollitos de moda en el acto de Javier Milei. Foto EFE.Los pollitos de moda en el acto de Javier Milei. Foto EFE.

Mientras los ojos se posaban en el jefe de Gabinete, varios ministros y funcionarios se sacaban en la previa selfies con la militancia, como José Luis Espert y Luis Petri. El vocero Manuel Adorni, fue el más vitoreado después de los hermanos Milei. La militancia oficialista despidió mandatario con el mismo apodo con el que lo denigran sus detractores. “Olé, Olé, Olé, Loco, loco”, cantaban.

Antes de emprender el regreso, Javier y Karina Milei volvieron al “Panal”, la casa de gobierno provincial donde estaba aparcado el helicóptero presidencial. Al Presidente le dolía la mano de tanto estrecharla e incluso se le lastimó. Pidió alcohol para desinfectarse. El anfitrión Llaryora charló con él durante más de 25 minutos y compartieron un té.

Hubo agradecimientos mutuos y 15 minutos para hablar de la gestión. El mandatario provincial pide a viva voz, como otros de sus pares, que la Nación ceda obras sin terminar a las provincias. En privado se queja de la falta de pericia en la gestión. El cordobés uno de los que acompañan la nueva ley Bases que Milei volvió a reclamar este 25 de Mayo. En febrero había sido el primer apuntado por el Presidente. Llaryora cree que la ley necesitará más cambios. Tuvo suerte, la mayoría de los gobernadores se lamentan en privado de que no pueden llegar al Presidente.

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