En los ocho viajes al exterior que Javier Milei realizó en sus casi seis meses de gestión de gobierno, el Presidente irradia una preferencia indiscutible por la diplomacia empresarial: elige reunirse con CEO y hombres de negocios por sobre los jefes de Estado.
En una de sus primeras apariciones internacionales como Presidente, en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, le dijo a los empresarios que lo estaban observando desde todas partes del mundo como un «influencer global del ultraliberalismo» que no se dejaran “amedrentar por la casta política y por los parásitos que viven del Estado”. Entonces los llamó “benefactores sociales”, y “héroes” creadores “del periodo de prosperidad más extraordinario que jamás hallamos vivido”. Los alertó contra el “socialismo” que -dijo- condenaba al mundo “a la pobreza, a la miseria y al estancamiento”.
La agenda que tiene Milei esta semana en California refuerza la nueva agenda en política exterior del libertario: va por cuarta vez de visita a los Estados Unidos sin ver al presidente Joe Biden.
Se reúne primero con el CEO de Open AI, Sam Altman, que tiene un patrimonio neto de U$S 2.000 millones. Después con el de Google, Sundar Pichai, con patrimonio más de U$D 1.310 millones. Entre su disertación en la Universidad de Stanford y sus encuentros con autoridades y profesores de política económica, se reunirá con el Director Ejecutivo de Apple, Timothy Cook, con una fortuna estimada en U$S 2.000 millones, sin contar las ganancias de las compañías.
Luego mantendrá un encuentro con 30 empresarios e inversores ligados a la Inteligencia Artificial. Y el jueves 30 de mayo tendrá su gran encuentro con el más popular de este grupo, el creador de Facebook y hoy dueño de Meta, Mark Zuckerberg. Es el cuarto individuo más rico del mundo con una fortuna superior a los U$D 170.000 millones.
“Voy a San Francisco y me reúno con todos los gigantes tecnológicos, porque queremos hacer un polo de inteligencia artificial en la Argentina”, dijo en una entrevista reciente el Presidente, que relega el peso institucional de las relaciones exteriores en la Cancillería y en la Secretaría de Bioeconomía, donde funciona todo lo relacionado con el motor de la golpeada economia productiva de la Argentina, la agroindustria.
A diferencia de lo que trascendió en un primer momento, está en duda que haya un tercer encuentro en California con Elon Musk, creador de Tesla y Space X, de quien hasta ahora Milei obtuvo algunos logros. Por un lado que amplificara la fama personal del libertario, que trajera su sistema de Internet para empresas o grandes usuarios conocido como Starlink, y que en un escueto tuit tras la reuniones que mantuvieron en Austin Texas, dijera: “I recommend investing in Argentina (recomiendo invertir en Argentina)”.
En una reciente conferencia para un círculo muy reducido que dio el analista Rosendo Fraga dijo que si en las elecciones presidenciales de noviembre próximo en los Estados Unidos gana Donald Trump, para Milei y su visión del mundo será una gran apuesta ganada. Pero aclaró que su referente central era Musk, con quien estuvo apenas seis horas de su vida, pero el magnate hizo una apuesta por Milei como el primer líder de la tecno-política. Es decir, la de como adaptar la política al campo tecnológico.
En la diplomacia empresarial desplegada por el Presidente se observa una preferencia por los CEO extranjeros, quienes por las dificultades y trabas de la economía kirchnerista a lo largo de estas décadas, en general se mostraron indiferentes a la Argentina. Y eso que este país fue una usina de exitosos unicornios.
Con la excepción del encuentro con un grupo de empresarios españoles que sumó a su visita a Santiago Abascal la semana pasada para apoyarlo en Madrid con su lanzamiento electoral del partido Vox, Milei los elige Occidentales, sobre todo anglosajones. Es su idea, y – -así lo expresa- de que aparezcan las inversiones extranjeras.
El Presidente participó y gusta participar de encuentros empresariales de varios tipos, pero siempre en calidad de conferencista.
Hasta ahora, no se le conocen reuniones con empresarios de Brasil o China, los dos mayores socios comerciales argentinos. Como tampoco desenfunda interés en reunirse con los mandatarios de países vecinos. Habrá que ver si viaja a la cumbre del Mercosur, en Uruguay, cuya fecha sigue en el limbo.
Tampoco con los de la Unión Industrial Argentina, que si bien tienen reclamos, no han dudado en mostrar señales de que apoyan sus objetivos de imponer profundas reformas. No hubo ninguna reunión institucional con la UIA, aunque sí amables y relajadas fotos con sus miembros, en el marco de los almuerzos del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP), donde el Presidente se siente contenido, entre otras razones, por la fuerte presencia de su ex jefe, el dueño de Corporación América, Eduardo Eurnekian.
Más lejos aún está Milei de mostrar interés alguno en acerarse a pequeños y medianos empresarios, los que se llevan el golpe más duro de la crisis y el ajuste.
A su vez, por la configuración en las estructuras jerárquicas de las empresas, la mayoría de los empresarios que se vieron con Javier Milei hasta ahora son varones.
Para el caso, eso es lo que se observó en la foto con los ejecutivos en Madrid, que fueron un alto del mandatario argentino en el medio de su dura pelea con Pedro Sánchez. El grupo de españoles que se reunió con Milei en la embajada argentina estuvo encabezado por Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, equiparable a la UIA. Y estuvieron los directores ejecutivos de Abertis, AB Living, BBVA, Consello Group, Dia, Ecoener, Iberia, Mapfre, Naturgy, Pypsa, Rothschild and Co, Santander, Telefónica y Unir, entre otros. Ninguna mujer entre ellos.