Se trata de Black Bamboo, ubicado en Hughes, Santa Fe, que fue adquirido por el Grupo Lequio, de Argentina, a un grupo inversor de Hong Kong.
Inversores chinos vendieron el frigorífico Black Bamboo, ubicado en la localidad santafesina de Hughes, al Grupo Lequio, una firma argentina con varios años de trayectoria en el sector cárnico y dueño de establecimientos faenadores en Entre Ríos, La Pampa y Uruguay.
Si bien las restricciones fueron levantadas con la llegada de Javier Milei, el grupo empresarial de Hong Kong tomó la decisión de poner en venta a la planta durante el año pasado.
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Las políticas del gobierno anterior, basadas en cupos a las exportaciones, la prohibición de vender al exterior los 7 cortes vacunos más consumidos y los programas internos como Precios Cuidados, conspiraron contra la rentabilidad del negocio. A su vez, el frigorífico había recibido sanciones de la Aduana durante el año pasado, por supuestas operaciones irregulares en sus exportaciones.
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Sin dar a conocer la cifra de la transacción por razones de confidencialidad, con la adquisición del paquete accionario, que incluye la toma de la deuda de dicho fondo, el Grupo Lequio apunta a enfocarse en la faena y la verticalización del negocio cárnico, priorizando la sustentabilidad económica, según informaron.
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“Representa un avance significativo en nuestro esfuerzo por fortalecer la nacionalización de la industria”, indicaron desde la empresa.
Aunque las trabas para exportar ya no están en vigencia, los frigoríficos locales no están pasando por su mejor momento debido a los bajos precios internacionales de la carne.
Especialmente, los pagados por China, principal destino de las exportaciones bovinas de Argentina, sumado a la significativa disminución del consumo interno, como consecuencia de la caída del poder adquisitivo de los salarios.
Black Bamboo, un frigorífico con historia y compromiso social
El frigorífico Black Bamboo fue fundado en 1968 por habitantes del pueblo Hughes, ubicado a 150 kilómetros al sur de Rosario, con el objetivo de generar empleo. A lo largo de los años fue cambiando de dueños hasta llegar, en 2016, a manos del fondo de inversión de Hong Kong que acaba de vender su paquete accionario al Grupo Lequio.
En 2022 empleaba a 600 personas, faenaba unos 700 animales por día y exportaba a todos los países del mundo el 80% de lo que producía, incluyendo carne kosher y hallal, facturando más de US$100 millones.
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Se trata de un frigorífico muy grande, pionero en temas de calidad. Ya desde 1997 hacían trazabilidad de ganado y le vendían a la cadena de supermercados Tesco de Gran Bretaña. “Es una joya de estas que quedan en el interior de Argentina”, remarcaba Pablo Ray, el gerente general de la empresa en una entrevista con el diario Clarín en ese entonces.
“Nosotros tenemos un cartel en la entrada con la frase de El Principito: lo esencial es invisible a los ojos, porque un frigorífico tiene una estructura física muy grande, que es lo que se ve, pero creemos que lo más importante son las personas que trabajan en él que a veces se ve no se ven”, explicó Ray.
De hecho, tras detectar que 380 de sus 600 empleados no habían completado sus estudios secundarios, pusieron en marcha un programa que llevó la escuela al frigorífico y 50 trabajadores se anotaron para finalizar su educación media.
Para eso, la empresa cedió instalaciones, recibió a los docentes y les pagó horas extra a los empleados que se comprometieron con el desafío.