A principios de año, cuando se empezó a diseñar la nueva conformación del PRO, Mauricio Macri y Patricia Bullrich llegaron a un acuerdo, incluso en medio de los fuertes cortocircuitos que atravesaban su relación, hoy prácticamente nula. El pacto le aseguraba al ex presidente, nuevo titular del partido, la conducción del Consejo Directivo, y a la actual ministra de Seguridad, la autoridad saliente, el manejo de la Asamblea.
La primera parte se cumplió, incluso con rispideces. Desde mediados de mayo, Macri es quien preside el partido que él mismo fundó hace más de 20 años. La segunda se validará, o no, en las próximas semanas, ya que la cita de la próxima reunión de la Asamblea está prevista para el 4 de julio. Por ahora, no hay novedades ni señales de parte del macrismo hacia el bullrichismo de que sea Bullrich quien encabece el encuentro, tal como se había estipulado originalmente.
La discusión del PRO nacional se da en medio de una interna todavía más feroz en la provincia de Buenos Aires, donde el macrismo dejó acéfala la conducción del partido después de retirar a 24 de los 33 miembros del consejo directivo y aislar a la titular, Daniela Reich, senadora bonaerense y esposa del intendente de Tres de Febrero Diego Valenzuela; ambos aliados estratégicos de Bullrich en su intento por unificar la pata más liberal del partido con el ala libertaria bonaerense de Javier Milei.
Este martes cierran las listas para una eventual elección de agosto, aunque en principio sólo aparece Cristian Ritondo como candidato a la presidencia, apalancado por Macri y con el respaldo de la mayoría de los dirigentes del PRO provincial, incluso de aquellos que responden al larretismo. Qué van a hacer Reich, Valenzuela y Bullrich no queda claro, si bien por ahora el mensaje que se baja desde ese espacio tiene que ver con una negativa a participar de un proceso electoral que, entienden, está viciado, ya que Reich, originalmente vicepresidenta y compañera de fórmula de Jorge Macri, tenía mandato vigente hasta 2026.
En medio de ese embrollo que mezcla lo nacional con lo provincial surge la reciente tensión generada a partir de la decisión de la ministra de Seguridad de echar de la cartera a su segundo, Vicente Ventura Barreiro, amigo íntimo de Ritondo y delfín suyo dentro del ministerio. Bullrich no sólo lo eyectó, sino que además lo denunció ante la Oficina Anticorrupción por interferir en un proceso licitatorio en el Servicio Penitenciario Federal (SPF). En el ritondismo no perdonan lo que definen como un golpe bajo.
A la vez, la interna partidaria se produce en un momento en el que Bullrich parece estar decidida a mirar de costado el tema, enfocada en la gestión diaria del ministerio. Mientras se cierren las listas de la Provincia, ella estará de viaje en Paraguay, buscando pistas sobre la desaparición de Loan, el niño correntino que, se cree, podría haber sido víctima de trata y enviado a ese país vecino.
«Patricia está en otra, ni siquiera tenía en cuenta cuando echó a Ventura Barreiro que las listas del PRO bonaerense cerraban ahora, hoy no es tema para ella», aseguran cerca de Bullrich, en relación a la prioridad que le da al día a día dentro del ministerio en relación a las discusiones del partido. Pero eso no implica que no avance con el lanzamiento de Apertura Republicana, los liberales del PRO, que viene construyendo en Provincia con Valenzuela y con Sebastián Pareja, armador provincial de La Libertad Avanza.
Algunas señales que evidencian el malestar entre macristas y bullrichistas se vienen dando en las últimas semanas. Por ejemplo, el vicepresidente del partido, Damián Arabia, diputado nacional y alfil clave para Bullrich, no fue invitado a la reunión de consejo directivo en la que se decidió vaciar a Reich dentro del PRO bonaerense y avanzar con una idea que bajó Mauricio Macri apenas asumió la conducción nacional: que las filiales del PRO en cada provincia las manejen dirigentes de su estrecha confianza, en este caso Ritondo.
Otra muestra de ello es que en la página web del PRO figura el perfil de Macri y el de dos de sus tres vices: Soledad Martínez, intendenta de Vicente López, y el del santiagueño Facundo Pérez Carletti, dos dirigentes que militan en el macrismo. De Arabia, el otro segundo de Macri en el partido, pero aliado a Bullrich, sólo se ve su foto de perfil.
Si bien jamás habló públicamente en contra de Bullrich, Macri envió señales claras una vez que reasumió en el PRO. «Volvimos», fue el tuit que se publicó en la cuenta oficial apenas tomó las riendas del partido. La referencia, indirecta pero bien clara, fue a la conducción saliente de Bullrich, que le dejó su lugar al actual presidente de la Nación en mayo pasado.