sábado, 16 noviembre, 2024
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El Gordo Dan, nuevo ídolo del menemismo, y el sombrero de Victoria Villarruel

Pablo de León

Streamers vintage

Juan Bautista “Tata” Yofre dirigió la Secretaría de Inteligencia del Estado en los primeros meses del gobierno de Carlos Saúl Menem. Cuando el riojano asumió su primera presidencia, ubicó en la SIDE a un ex periodista que se transformó en uno de sus alfiles, ocupándose de «La Casa» y de sus problemáticos miembros, gente acostumbrada a interesarse en la vida de los demás, algunas veces por fuera de la ley. Desde entonces, Yofre se transformó en una voz consultada sobre los asuntos de la Inteligencia. Pero también, a través de frondosos libros, se dedicó a Juan Domingo Perón, la guerrilla de los años ’70 y a mantener una voz polémica sobre los derechos humanos. Y participó de un video realizado por la administración de Javier Gerardo Milei, donde bajo la dirección del cineasta libertario Santiago Oria, se reclamó una «Memoria completa» sobre las víctimas de la guerrilla de Montoneros y el ERP. Ahora, con la reorganización de la central de Inteligencia, la AFI devino nuevamente en SIDE. Allí se eligió al cariglinista Sergio Daniel Neiffert para ser el nuevo «Señor 5» (nombre que se usa para denominar al titular de los servicios de inteligencia argentinos) y se optó por nombrar como director de la Escuela Nacional de Inteligencia (ENI) al veterano Yofre.

Juan Bautista Yofre. Foto Enrique García MedinaAJuan Bautista Yofre. Foto Enrique García MedinaA

Así fue que la semana anterior, el escritor de 77 años juró en la sede de la ENI sobre la porteña calle Libertad. La coqueta casa se pobló de hombres y mujeres que querían acompañar a Yofre en su retorno a la actividad pública, en lo que se convirtió en un revival menemista, afín a un Presidente que reivindica la gestión del peronista riojano. Pero lo llamativo del momento de la jura fue que las estrellas no fueron ni Neiffert ni el propio Yofre: los curtidos asistentes se volvieron locos por obtener una fotografía grupal (o una selfie) con «El Gordo Dan». Daniel Parisini es el médico pediatra del Hospital Garrahan devenido en estrella de las redes y del streaming, donde con el seudónimo de «Gordo Dan», grita, insulta y ataca a periodistas, dirigentes y cualquier persona que critique el rumbo del gobierno de su jefe espiritual Javier Milei. «Pensar que el peronismo tiene semejante historia y hoy, estos muchachos quieren un retrato con el Gordo Dan», rezongaba un curtido justicialista, acodado en un rincón de la sede de la Escuela Nacional de Inteligencia, mientras el streamer mileísta se convertía en el centro de atención de varios amantes del mundo de la Inteligencia. Kaos y Control…

Daniel Parisini, también conocido como GordoDan, conduciendo su programa de streaming.Daniel Parisini, también conocido como GordoDan, conduciendo su programa de streaming.

Redes descontroladas

El mundo de las redes sociales desvela a todo el esquema que conduce Javier Milei y nada sucede sin que tenga el control de los responsables del tema: Santiago Caputo, el asesor estrella -quien actúa en el Gobierno de modo plenipotenciario- y los referentes dentro y fuera del Gobierno, como son el tuitero «Juan Doe», cuyo nombre es Juan Carreira y tiene el cargo de director de Comunicación Digital de la Nación. El referente fuera de la administración y sin cargo oficial es el ya mencionado «Gordo Dan». Ellos, centralmente, determinan el rumbo y la línea y luego actúan las cuentas que replican e instalan tendencias que sirvan a la discusión que quieren imponer desde las filas libertarias. Hoy, resulta el caso Venezuela (y la pelea directa entre Nicolás Maduro y Javier Milei, absolutamente funcional para el relato libertario) y en los términos de la interna oficialista, las charlas sobre la situación de Victoria Villarruel, enemistada con los hermanos Javier y Karina. En ese marco, quien ha perdido acciones dentro del Gobierno es Fernando Cerimedo, el autodenominado consultor político y especialista en marketing político, quien se hizo conocido por participar de la campaña de Jair Bolsonaro en Brasil, donde fue denunciado y donde realizó una campaña en redes para desmentir el triunfo de Lula Da Silva en la última elección presidencial brasileña.

El El «palco de tuiteros» entre los que estuvieron Juan Doe, Gordo Dan y Agustín Romo.

Cerimedo continúa con una agencia de publicidad, varios sitios web y el manejo del portal «La Derecha Diario», donde impone temas afines al gobierno de Milei. En la administración nacional, solo coló la denominación de su pareja Natalia Belén Basil en la Agencia Nacional de Discapacidad. Quienes hoy manejan el mundo de redes y streaming del Gobierno afirman que “no se sabe qué rol cumple. No se sabe qué hace” y lo parangonan a otros consultores como el desgastado Gastón Duek, también vinculado al mundo de los «trolls» como Cerimedo, pero ligado a radicales como Facundo Manes. En la Casa Rosada señalan que Cerimedo no está cerca de «El Gordo Dan», a quien lo alejan de cualquier ingreso que surja de arcas oficiales y dicen que muchos difusores libertarios «ganan fortunas» a partir de que plataformas como YouTube, X o Instagram pagan «por tráfico» y que varios de ellos pueden llegar a ganar unos 15 mil dólares por mes por ese movimiento digital. Quienes defienden al hoy alejado del poder Cerimedo, sostienen que desde «La Derecha Diario» logra conseguir ingresos genuinos, pues ese portal participa activamente del debate mileísta, más allá de estar hoy lejos del círculo de influencia del Presidente Milei. Las Fuerzas del Cielo…

Fernando Cerimedo con Eduardo Bolsonaro.Fernando Cerimedo con Eduardo Bolsonaro.

Sombrero Sombreritus

Quien también tiene sus bemoles con el tridente gobernante (Javier y Karina Milei más Santiago Caputo) es Victoria Eugenia Villarruel. La vicepresidenta tuvo dos hitos -ya conocidos- en la última semana: su presencia en la reunión semanal de Gabinete, donde no abrió la boca, y su paso por la Exposición Rural de Palermo, donde apenas recibió un frío saludo del Presidente. Tras la cita del equipo ministerial, desde las oficinas de la vocería presidencial se encargaron de decir que pudo participar «porque no llegó tarde», algo que en febrero casi le cuesta ser marginada de la reunión, como si la Vice fuera una funcionaria más del montón. El destrato que Villarruel cree recibir del Poder Ejecutivo es funcional a cómo se enteró de la reunión de ministros: por la comunicación de Guillermo Francos en el chat de Gabinete, sin una convocatoria diferente. “Victoria está muy molesta”, es la frase que dejaron trascender desde su entorno. La excompañera de fórmula, lejos de amilanarse, se maneja en modo «campaña permanente», al igual que el Presidente. Por eso, nada está descuidado en sus movimientos: por ejemplo, la vestimenta que lució en la Expo Rural. Hasta allí, llegó con un sombrero modelo Fedora -o de ala media-, un estilo originario de Italia, que confeccionaron en «Sombreros Maidana», una casa tradicional de Avenida Rivadavia al 1900, a la vuelta del Senado. Un día, Villarruel salió de su despacho y, con una colaboradora y un custodio, entró en el local que creó Jorge Norberto Maidana en 1968 (y que hoy manejan Manuela, Silvia y Adriana Maidana) y eligió ese Fedora de mujer para diferenciarse en medio de la tensión política del Gobierno, que quedó evidenciada una vez más, en la Rural. “Sombrero, sombreritus, conviérteme en Súper Hijitus”…

La secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y la vicepresidenta, Victoria Villarruel. Foto Federico López ClaroLa secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y la vicepresidenta, Victoria Villarruel. Foto Federico López Claro
Pablo de León

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Editor de la sección Política

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