El jueves pasado, dos jóvenes españolas, de 21 y 22 años, fueron detenidas por efectivos de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires tras un intento de robo al local de ropa Zara, tienda ubicada dentro del shopping Alto Palermo, en el barrio porteño del mismo nombre. Según supo LA NACION de fuentes cercanas a las fuerzas de seguridad porteñas, el ilícito tuvo lugar minutos después de las 18, en el segundo piso del paseo de compras.
Agentes de la Policía se desplazaron al edificio ubicado sobre Av. Santa Fe al 3253 luego de ser notificados del intento de robo por parte de la encargada del local -una mujer de 45 años-. Como muestran las imágenes de las cámaras de seguridad, que se dieron a conocer el domingo, las extranjeras cuyos nombres figuran en el expediente bajo las siglas C.H.F y M.P. ingresaron al local, revisaron mercadería y se dispusieron a escapar como si nada hubiese ocurrido.
Ni bien atravesaron la salida, la alarma de seguridad empezó a sonar. Acto seguido, la encargada les solicitó a las ahora imputadas que exhiban sus pertenencias. Fue entonces que descubrió que una de las dos muchachas tenía en el interior de su cartera dos remeras de color blanco y un pequeño bolso beige. Juntos, ambos artículos alcanzaban un valor total aproximado de $150.000. La Policía de la Ciudad detuvo a las jóvenes por 24 horas bajo el cargo de tentativa de hurto.
En el caso interviene la Fiscalía Criminal y Correccional número 17°, a cargo del Dr. Federico Jose Iuspa. Fuentes del Ministerio de Seguridad consultadas por LA NACION afirmaron que una posible deportación de las detenidas “dependerá única y exclusivamente de las indicaciones que de la Justicia”.
Durante la misma jornada, personal de la Comisaría Vecinal 2B, que realizaba un recorrido preventivo por la avenida Santa Fe al 1900, fue alertado por la encargada de un local de ropa sobre una mujer, también extranjera, que intentó robar artículos. Los efectivos intervinieron y detuvieron rápidamente a la imputada, en este caso una colombiana de 21 años, quien tenía entre sus pertenencias cuatro cajas de perfumes.
LA NACION