Las temperaturas de los últimos días en gran parte del país son un llamado de atención a poner en orden lugares, objetos y recipientes que puedan acumular agua y servir como reservorios para el mosquito que transmite el dengue en adelante. Con las lluvias que se pronostican y valores de sensación térmica de verano, la aparición del Aedes aegypti “es cuestión de tiempo”.
Formosa y Chaco no dejaron de notificar casos en lo que va del año, mientras que Córdoba confirmó hace una semana que dos personas de la capital provincial contrajeron la enfermedad sin antecedentes de viaje reciente, por lo que los consideraron casos autóctonos y su aparición tan temprana es una señal de alerta para que autoridades provinciales y municipales intensifiquen con la población el descacharrado. Eran dos mujeres, de 22 y 24 años, que concurrían a la misma facultad de la Universidad Nacional de Córdoba como único nexo entre ambos casos. Según refirieron ante la consulta desde el Ministerio de Salud provincial, equipos de la Secretaría de Medicina Preventiva y Vinculación Territorial trabajaron donde viven las jóvenes y en la facultad. No hubo nuevos casos desde que ambas consultaron en centros locales, según precisaron.
“Córdoba nunca tuvo casos autóctonos en octubre. Tampoco el sistema provincial estuvo con un nivel de alarma tan sensible y, también influyen el calor y las lluvias”, explicaron sobre la aparición de casos tan temprano en la temporada. “Antes -continuaron-, no se pensaba en tener dengue en primavera. Ahora, hay que pensar ante la consulta por síntomas inespecíficos que puede ser dengue.”
En las 10 primeras semanas de esta temporada de la enfermedad (2024-2025), hay 123 casos confirmados y 124 probables de los 3816 notificados por las provincias, con casi un 10% del total descartado, según informó el Ministerio de Salud de la Nación al actualizar el Boletín Epidemiológico Nacional (BEN) el lunes pasado. Nueve de cada 10 positivos corresponden a Formosa (71) y Chaco (46).
A diferencia de las épocas de brote, con una circulación viral intensa y aumento de las consultas por síntomas, el diagnóstico se tiene que confirmar o descartar con una prueba de laboratorio. En los gráficos oficiales, a partir de la segunda quincena del mes pasado hay una suba a razón de un centenar de casos sospechosos semana a semana. En paralelo, siguen la misma tendencia los casos probables.
“Se registraron casos en el departamento Patiño, Capital, Pilcomayo y Pilagás, en la provincia de Formosa, y en el departamento San Fernando, en Chaco”, informó la cartera sanitaria, junto con los dos casos autóctonos de Córdoba. “En el resto de las jurisdicciones del país en el momento actual no hay evidencia de circulación viral”, continuó. Por el momento, solo hay información de tres positivos en viajeros: dos que regresaron de Cuba y uno, de Brasil.
Para Sylvia Fischer, investigadora del Grupo de Estudio de Mosquitos (GEM) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, la aparición del mosquito vector en el área metropolitana de Buenos Aires “es cuestión de tiempo”.
En esta época del año, por la biología del A. aegypti, empiezan a aparecer los primeros adultos. La red de ovitrampas que supervisa el Ministerio de Salud de Córdoba, por ejemplo, así lo confirma: hubo resultados positivos “en algunos puntos de la capital, no así en el resto de la provincia”, precisaron oficialmente a este medio. Esas trampas atraen a las hembras del mosquito para poner huevos. Actúan como un sensor de la actividad del vector: si aparecen huevos (resultado positivo) quiere decir que adultos están picando para alimentarse y reproducirse.
“Pasa todos los años, casi independientemente de las temperaturas y el escenario climático –indicó Fischer en diálogo con LA NACIÓN–. Cuanto más alta sea la temperatura más rápido va a completar su ciclo de vida, con sucesivas camadas de larvas y adultos. Al subir las temperaturas, todo se empieza a acelerar.”
Por lo tanto, de sostenerse el calor de estos días, para la investigadora es de esperar que el aumento de la cantidad de mosquitos “en los próximos meses” sea rápido, aunque el GEM está detectando actividad en los monitoreos que realiza.
“Al ser el A. aegypti un mosquito tan domiciliario y asociado con el entorno doméstico, llenamos de agua sus criaderos cuando regamos las plantas o el jardín”, puso como ejemplo de hábitos cotidianos que colaboran con su proliferación.
En experimentos durante los últimos años, confirmaron que la supervivencia de las crías es muy alta. “Los huevos que las hembras dejan a finales del otoño y no eclosionan [porque las condiciones cambian], todos sobreviven al invierno –precisó–. Seguramente, tras la gran epidemia que tuvimos, hay millones de huevos que quedaron y es importante que no estén en un lugar que se pueda llenar con agua. Por eso es tan importante adquirir el hábito de no tener objetos o recipientes que junten agua. Si los vemos, tenemos que taparlos o darlos vuelta.”
Año tras año, los primeros ejemplares adultos aparecen entre la segunda y la tercera semana de este mes, por lo que ya estamos transitando esa etapa. Mientras que el invierno es el mejor momento para descacharrar y limpiar recipientes, objetos o pequeños lugares atractivos como criaderos para las hembras en temporada, Fischer insistió en la importancia de no abandonar esas medidas durante los próximos meses. “Los [mosquitos] adultos se pueden dispersar y van a buscar recipientes donde puedan dejar huevos. Ahora, que va a empezar a haber mosquitos adultos hay que evitar que encuentren recipientes con agua”, reiteró.
La Argentina está entre los 14 países de la región que están notificando casos a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) de los cuatro serotipos virales. En una actualización de esos registros al jueves pasado, estimó que en la última semana del mes pasado hubo un 265% más notificaciones de casos sospechosos en la región que en esos mismos siete días el año pasado.
Acuerdo ratificado
Anteayer, la representante de la OPS en la Argentina, Eva Jané Llopis, participó en la reunión del Consejo Federal de Salud (Cofesa), donde los ministros de la Nación y las provincias, según se informó, entre los temas abordados volvieron a expresar su acuerdo con el documento de que suscribieron en el encuentro de septiembre.
Ese texto incluía cinco puntos: la eliminación de criaderos de mosquitos en el domicilio y peridomicilio es la principal línea de defensa para prevenir el dengue; la consulta temprana y el seguimiento cercano de los casos es clave para evitar internaciones y enfermedad grave; la comunicación de parte de los ministerios de Salud con la población es fundamental; la vacuna no es la principal estrategia para prevenir el dengue, y el plan estratégico de vacunación nacional se combina con los que definan las provincias para el largo plazo.
Hace dos semanas, la cartera sanitaria nacional emitió una circular con recomendaciones para la detección y la notificación de los casos de dengue durante el embarazo y en los primeros cinco años de vida. Esto es porque en la epidemia 2023-2024 hubo 2380 infecciones confirmadas en embarazadas (21 fueron formas graves, con cuatro muertes) y se detectó transmisión viral en 15 recién nacidos.
Hubo, según se informó en ese documento, “más de 17.500 casos de dengue” en menores de cinco años. Aun cuando eso se tradujo oficialmente en una incidencia de casi la mitad que en los chicos de entre cinco y nueve años. “El 65% de los casos de dengue en menores de cinco años corresponden al rango etario de entre dos y cuatro años, mientras que seis de los 10 fallecidos eran menores de un año”, se indicó. En los chicos y los adolescentes, fueron frecuentes los síntomas gastrointestinales.
A partir de esto, según se detalló en la circular para el personal sanitario, “se identificó la necesidad de adecuar el sistema de vigilancia para mejorar la detección y el seguimiento adecuado de los casos, así como aumentar la capacidad para la caracterización del dengue en estas poblaciones”.
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