CÓRDOBA.- Casi segundos después de las 21, Paul McCartney salió al escenario del estadio mundialista Mario Kempes en Córdoba. Arrancó con “Can’t Buy Me Love” y recién después de “Junior’s Farm” llegó el esperado saludo. Esta vez eligió un: “Buenas noches, Argentina. Hola, Córdoba. ¿Dónde están los culiados? ¡Culiados!”, dijo, riéndose y recordando el ya mítico saludo con que se presentó en 2016. Minutos después volvería a tomar el micrófono: “Esta noche voy a tratar de hablar un poquito más de español…”, antes de remarcar -casi separada en sílabas- la palabra “cuar-te-to”, que despertó una ovación en el estadio. “Ciudad del fernet y del cuarteto”, río el Beatle.
La lluvia dio un respiro para el show, aunque de a rato cayeron algunas gotas. Esa había sido la preocupación de los casi 42.000 asistentes durante todo el día. El pronóstico meteorológico había sido de lo más leído de la jornada en Córdoba. El Beatle está desde anoche en esta ciudad. Cerca de las 22.30 del martes, cuando salió del aeropuerto Taravella, lo hizo con la ventanilla de la camioneta negra baja, saludando a los fans que se habían reunido a esperarlo.
Al estadio llegó pasadas las 16; otra vez saludó a los que lo aguardaban en la puerta del hotel. Amplia sonrisa y lentes negros. Poco después hizo la prueba de sonido, que presenciaron unos cuantos seguidores que ganaron un meet and greet para conocerlo. Ya se quedó en el camarín hasta que salió a escena junto a la banda que lo acompaña desde 2001: Rusty Anderson (guitarras, coros), Brian Ray (guitarras, bajo, coros), Abe Laboriel Jr (batería y coros) y Wix Wickens (teclados, acordeón, percusión y coros).
En el público se mezclaron diferentes edades y se vieron varias familias, padres que conocieron a los Beatles en sus arranques, con sus hijos y los nietos. Los más grandes reconocieron rápidamente “In Spite of All Danger”, el primer tema grabado en Liverpool cuando McCartney integraba con George Harrison y John Lennon el grupo que precedió a los Beatles, The Quarrymen. Como siempre, “Love me do”, el primer tema grabado en los estudios de Abbey Road, despertó una ovación.
El inglés repasó, igual que en el show de River Plate, éxitos como “Ob-La-Di, Ob-La-Da” -que fue coreado por todo el estadio-, “For the Benefit of Mr. Kite”, “Drive My Car”, “Got to Get You Into My Life”, “Getting Better”, “I’ve Just Seen A Face”, “Blackbird” (en lo que fue uno de los momentos más sensibles de la noche), y “Get Back”. Obviamente, no faltaron “Let it Be” y “Hey Jude”, acompañado por todo el público.
En el piano hizo la balada “My Valentine”, dedicada a su esposa Nancy Shevell, quien lo acompaña en la gira y también “Maybe I’m Amazed”.
A lo largo del espectáculo jugó con la gente, dirigió los coros, intercaló palabras en español en medio de sus frases en inglés. Se lo vio divertido y disfrutando de cada uno de los temas. El estadio se coloreó con los fuegos artificiales que acompañaron “Live and Let Die” cuando ya se empezaba a delinear el final.
“I’ve Got a Feeling”, a dúo con el audio de John Lennon de la película “Get Back”, fue el arranque del capítulo de bises. “Hi Hi Hi”, “Sgt. Peppers reprise” y “Helter Skelter” cerraron una noche que quedará en el corazón de quienes estuvieron en el Kempes.
Antes de McCartney actuó la cordobesa Zoe Gotusso, que el viernes presentará su nuevo álbum, Cursi. Después fue el turno del DJ Chris Holmes, con temas de The Beatles, Wings y de McCartney como solista, con fotos de diferentes épocas que pasaron por las dos pantallas gigantes al lado del escenario.
McCartney llegó a Córdoba desde Brasil y se va mañana a Lima, Perú, donde continuará su Got Back Tour, que comenzó en abril pasado. La espera para el inicio del show la hizo en uno de los camarines del estadio, especialmente acondicionado; se lo revistió completamente con telas. En uno de los costados estaba su productor inglés y, muy cerca, los encargados de su gira en la Argentina.
Si bien En Vivo Producciones, del cordobés José Luis Palazzo, no tenía la responsabilidad del catering (se encarga su equipo), hizo un pedido a un local de Arguello para recibir al cantante, quien sigue una dieta vegana. El personal de “Yuyupa” fue el encargado de armar una “caja muy chula” con alimentos orgánicos. “Si hace 10 años alguien nos hubiese dicho que le proveeríamos alimentos a Paul McCartney… ¡Les hubiesemos dicho que era imposible! Pero se nos hizo realidad un sueño que no sabíamos que teníamos”, festejaron en sus redes. Para “un referente a nivel mundial de la alimentación sustentable, de los alimentos orgánicos” incluyeron leches de almendra, helados veganos, yogures, ghee, frutas y algunos panes. Como “regalo especial” pusieron dos bebidas espirituosas muy particulares: un gin artesanal infusionado con hierbas cordobesas y un vino orgánicos.
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