martes, 5 noviembre, 2024
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La Natividad y La Dolfina, dos estrenos sin sobresaltos para los grandes de 40 goles en Palermo

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Camilo Castagnola y Pedro Falabella (h.), en la disputa por la bocha; Jeta fue el máximo goleador del encuentro, con 7 tantosMatías Callejo – Prensa AAP

La Dolfina y La Natividad olvidaron los desencantos sufridos hace quince días en el Abierto de Tortugas. Las dos organizaciones de 40 goles quedaron al margen de la definición y, de inmediato pasaron a enfocarse en el nuevo objetivo, el esencial: el Campeonato Argentino Abierto, cuya copa sueñan levantar al inicio de cada temporada.

Extrañamente, los clubes de Cañuelas no son cabezas de serie en Palermo. Perdieron ese privilegio al terminar como escoltas en sus zonas de Tortugas. Sin embargo, ambos equipos mantienen el status de principales candidatos a llevarse el torneo más importante del mundo polo.

Estampa de crack, récord en Palermo: Adolfo Cambiaso se anotó otra marcha histórica en el mayor torneo de poloMatías Callejo / Prensa AAP

El camino al podio es largo y sinuoso, pero lo iniciaron positivamente, sin sobresaltos. En el estreno, ganaron cómodamente un partido que debían ganar cómodamente: La Dolfina a La Zeta, debutante en la competencia, por 21-7, en el match correspondiente al primer turno, en la cancha 2 de la Catedral; a continuación, en la cancha 1, La Natividad se impuso por 19-11 a La Aguada, el club de los Novillo Astrada, sin representantes de la familia, y en el que hicieron su estreno palermitano el delantero Facundo Llosa, autor de cinco goles, y el organizador chileno Felipe Vercellino, responsable de dos tantos.

Lo mejor del triunfo de La Dolfina

Adolfito Cambiaso (h.), que al pisar la cancha se convirtió en el polista con mayor cantidad de Palermos jugados en la historia, nada menos que 32 (aventaja por uno a los hermanos Eduardo y Pepe Heguy, ambos con 31 presencias), condujo a su equipo hacia una tan holgada como previsible victoria sobre La Zeta, el proyecto de Nicolás Pieres. Al anotar siete goles -todos de juego-, el inoxidable crack de Cañuelas se transformó en el goleador y jugador con mayor desequilibrio en el partido. Pasan los años y Adolfito sigue en un nivel superlativo.

Luego, en el horario central, los hermanos Castagnola, el desequilibrante Camilo, y el estratego Bartolomé, marcaron el ritmo del elenco verde rumbo el esperable éxito frente al cuarteto donde se destaca el brasileño Pedrinho Zacharías. El 19-11 final expuso las amplias diferencias existentes entre los dos, uno que compite y otro que simplemente participa, o que persigue un objetivo distinto.

La victoria de La Natividad

Al venir de la clasificación, La Aguada no pelea por alzar la copa, ni siquiera sueña algo así. Su meta es diferente: sumar los puntos necesarios para permanecer en el grupo de los 8 con vistas al 2025.

En ese sentido, su rival no es La Natividad, como el de La Zeta tampoco es La Dolfina; por lo tanto, no vale la pena esforzarse demasiado, arriesgar caballos. Los puntos a recoger deberán buscarlos en otros partidos, ante otros adversarios. Lo dejó bien claro Facundo Llosa: “Estos partidos los usamos para mejorar, para tomar ritmo nosotros y los caballos, porque los que debemos ganar son los dos últimos. Ese es el objetivo: una vez que logramos entrar a Palermo, pretendemos quedarnos”.

Facu Pieres y Pedrinho Zacharias, con la bocha en juegoMatías Callejo – Prensa AAP

Las ganas de La Aguada, puestas principalmente de manifiesto en la actitud contagiosa del debutante Llosa, no alcanzaron para armar un trámite equilibrado. Nunca hubo equivalencias. La calidad individual de La Natividad, guiado por un descollante Barto Castagnola, marcó goles y estiró las diferencias en el tablero, cada vez que se lo propuso. Todos hilvanaron juego, todos señalaron goles. No obstante, Jeta Castagnola no terminó conforme, ni con la labor colectiva ni con su rendimiento individual: “Debemos mejorar mucho todavía, y no pensar más allá de cada partido. Yo, de a ratos, me sentí perdido en la cancha. Volví a jugar de 1, mi posición natural, pero debo acostumbrarme nuevamente”, se sinceró el goleador del juego, con siete tantos.

La Zeta y La Aguada no son referencias para medir el potencial exacto de La Dolfina y La Natividad. Compromisos así, como los de ayer, ante rivales de menor hándicap, y algunos más que les depara un fixture con diez equipos, ambos cuartetos de 40 goles, debían sortearlos de la manera en que lo hicieron: con suficiencia y amplitud. Si están para campeones se verá más adelante. Cuando la exigencia sea mayor.

Barto Castagnola remata sin que Pedrinho Zacharias pueda evitarloMatías Callejo – Prensa AAP

La síntesis

La Natividad 19 vs. La Aguada 11

La Dolfina 21 vs. La Zeta 7

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