«We Are The World» fue escrita por Michael Jackson y Lionel Rickie, producida por Quincy Jones y lanzada en 1985. Su estreno sacudió al mundo, fue grabada por un grupo de artistas de los Estados Unidos que llevó de nombre «USA for Africa». Esa historia puede verse reflejada en el documental disponible en Netflix La gran noche del pop.
El film fue dirigido por Bao Nguyen y cuenta la historia de cómo se reunieron 46 de las estrellas más importantes del mundo para grabar la canción en tan solo un día.
Entre la noche del 28 de enero de 1985 y la madrugada del 29, sucedió un evento único en la historia del pop mundial. En los estudios A&M de Los Ángeles se reunieron durante diez horas 42 artistas estadounidenses, varios de ellos entre los más aclamados de la industria por décadas, para grabar una canción benéfica sin recibir pago alguno ni regalías. Se trataba de una sesión ejecutada casi en secreto, donde un sencillo cartel escrito a mano pegado al ingreso de la sala principal sugería a los convocados: “Deja el ego en la puerta”.
Cómo es La gran noche del pop
El legendario Harry Belafonte, actor y músico consagrado, de respetada trayectoria en la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos, tomó nota de «Do they know is christmas?», el single británico de 1984 promovido por Bob Geldof para llevar ayuda a Uganda, una de las naciones símbolo de la devastación infantil por la falta de comida.
Asociado con Ken Kragen, un peso pesado en la representación de artistas de primera línea, comenzó a acariciar la idea de replicar la experiencia británica. A Belafonte le inquietaba el hecho de que los artistas afroamericanos, no habían dado señal alguna de solidaridad con el tema, en tanto los músicos pop ingleses -mayoritariamente blancos-, se mostraban sensibles ante la catástrofe.
Lionel Richie, según su relato, fue el tercer convocado para el proyecto en un momento en que estaba particularmente ocupado, por iniciar una gira, y preparándose para animar los American music awards, donde además competía en varias categorías.
Richie sugirió a Quincy Jones como productor, símbolo de prestigio y éxito trabajando con los más grandes entre los grandes, partiendo por Frank Sinatra. “Tenía el respeto de todos los músicos del planeta”, sintetiza.
El siguiente fue Stevie Wonder, pero el creador de «Superstition» no atendió el teléfono. La lista corrió hasta la estrella pop más grande del momento: Michael Jackson.
El creador de «Thriller» estaba en la cresta de la ola y se juntó con Lionel Richie a componer la canción que se grabaría apenas una semana más tarde. Según recuerda Richie, “Michael Jackson componía todos los arreglos y melodías tarareando”.
En paralelo, Kragen sugirió abrir las invitaciones a cantantes blancos de renombre como Bob Dylan, Kenny Rogers y Paul Simon, y figuras en asecenso como Huey Lewis y Kenny Loggins.
La convocatoria general se centró en veteranos ampliamente respetados como Ray Charles, Diana Ross, Willie Nelson, Tina Turner y Dionne Warwick; consagrados como Bruce Springsteen, que a esas alturas sumaba una década de éxito, y estrellas pop en plena efervescencia como Billy Joel y Cyndi Lauper, cuya presencia fue impuesta por Kragen, a costa de Madonna, que quedó afuera de la lista por la rivalidad que mantenían.
La premiación, fechada para el 28 de enero en Los Ángeles, era clave en el proyecto de grabar la canción. Así, los costos de producción se reducían notablemente, porque la mayoría de los convocados asistía o participaba en la ceremonia, con la estadía pagada. Cerrado el show, el compromiso era asistir a la sesión dirigida por Quincy Jones, y con el sonido a cargo del ingeniero chileno Humberto Gatica.
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El material a disposición de Bao Nguyen es extraordinario, ya que las cámaras estuvieron encendidas gran parte de la sesión.
El montaje de «We Are The World» se desarrolla con urgencia y mucha tensión. El ambiente pasa por las fases de una sala de clases: risas, barullo, el progresivo llamado de atención de Quincy Jones como el maestro a cargo, y las dudas entre los artistas por quiénes serían elegidos para las voces solistas.
La gran noche del pop captura instancias íntimas del proceso creativo, mostrando una intimidad única de estos talentos descomunales. El documental esta disponible en Netflix.