En su nueva película, Daniel Craig aparece paseando por escenarios exóticos con un traje blanco y bebiendo más de la cuenta mientras trata de meterse en la cama con gente atractiva. Y esas, ojo, son las únicas similitudes que su personaje tiene con el que lo convirtió en uno de los actores más famosos del mundo: el agente James Bond, claro, a quien encarnó en cinco largometrajes entre 2006 y 2021. Dirigida por el italiano Luca Guadagnino, ‘Queer‘ está basada en el relato autobiográfico homónimo que William S. Burroughs escribió a principios de los 50 -y que nos se publicó hasta 1985- inspirándose en su relación con un exmarine a quien conoció mientras permanecía en Ciudad de México, dedicado exclusivamente a aplacar su alcoholismo, su adicción a la heroína y su lujuria.
-¿Cómo le surgió la oportunidad de protagonizar ‘Queer’?
-Luca [Guadagnino] y yo teníamos pendiente una colaboración desde hacía tiempo. Nos conocimos hará unos 20 años, en Roma, en una fiesta de lo más ‘cool’. Él se me acercó y compartió conmigo sus ideas, por entonces yo aún no sabía quién era. “Tenemos que trabajar juntos algún día”, nos dijimos. “Sí, claro, por supuesto, por qué no”. La gente del cine tiene ese tipo de conversaciones a menudo, y generalmente son solo palabras amables pronunciadas sin convicción. Pero, en nuestro caso, han acabado derivando en algo real. A lo largo de este tiempo, él se ha convertido en uno de los directores más interesantes del mundo, así que habría sido estúpido por mi parte no aprovechar la oportunidad de trabajar con él.
-¿Qué fue lo que más le atrajo de su personaje en la película, William Lee, ‘alter ego’ del escritor William S. Burroughs?
-Burroughs era un hombre ‘queer’ pero también, a la vez, alguien muy masculino; el tipo tenía una voz increíblemente grave, trasteaba con armas de fuego y fumaba hierba, y hacía otras cosas muy viriles. Y tengo la sensación de que para él todo eso era un caparazón, una máscara; no hay que olvidar que hasta hace no tanto la homosexualidad no solo era un tabú en Estados Unidos, sino que además era ilegal. En general, la masculinidad no es más que eso, un mero artificio, un comportamiento aprendido, y creo que interpretar a James Bond durante todo este tiempo ha estimulado mi interés en explorar su significado. ¿Qué significa la masculinidad? ¿Para qué la usamos? Creo que los hombres debemos trabajar en responder ese tipo de preguntas. Muchos siguen creyendo que ser un hombre implica necesariamente ser un tipo duro, o un machote. Y no.
Daniel Craig en una escena de ‘Queer’. EPC
-En ‘Queer’, usted protagoniza varias escenas de sexo gay que han dado bastante de qué hablar. ¿Qué opina de esa reacción?
-No puedo decir que no me haya sorprendido. En cualquier caso, habría sido un gran error no incluir esas escenas en la película, porque Burroughs era un hombre lascivo, de gran apetito sexual. Y, tal y como lo retratamos en la película, es un tipo que no se conforma con el romanticismo, los besos y las caricias. Quiere follar. Y eso, follar, es algo que todos hacemos, aunque nos siga provocando reparo hablar de ello.
-‘Queer’ podría proporcionarle su primera nominación a un Oscar. ¿Piensa en ello?
-Mentiría si dijera que no me importa. ¡Me encantaría que me nominaran! Sería fantástico, de verdad. Pero, a estas alturas, que lo hagan o no ya no depende de mí. Veremos.
-Ha declarado que no podría haber protagonizado una película como ‘Queer’ mientras seguía vinculado a las películas de James Bond. ¿Por qué lo cree?
-Lo que quise decir es que habría sido inadecuado. Habría sido interpretado como un gesto exhibicionista por mi parte, como un intento demasiado obvio de demostrar que mis capacidades actorales van mucho más allá de Bond. Tampoco pretendo sugerir que he hecho ‘Queer’ para demostrar que me he liberado de 007. No pienso en mi carrera de forma tan estratégica. Y, aunque la gente se empeña en pensar lo contrario, lo cierto es que disfruté mucho siendo Bond.
-¿Renunció a muchos personajes durante los años que pasó encarnando a 007?
-Al principio traté de compaginar mi trabajo en la saga de Bond con papeles en otro tipo de películas, pero no tardé en comprender que no tenía la energía suficiente para hacerlo. Empeñarme en trabajar también en otros proyectos solo para demostrar a los demás que soy muy versátil habría sido ridículo. Cuando eres el encargado de interpretar a 007, lo eres a tiempo completo; cada una de esas películas, desde que empiezas a prepararla hasta que la estrenas, consume dos años de tu vida y te deja exhausto. Ese es uno de los principales motivos por los que decidí dejarlo. He rodado muchas secuencias de acción, y he causado muchos daños a mi cuerpo. Ya no quiero seguir tomando ese tipo de riesgos. Tengo una familia, dos hijas maravillosas, y quiero estar entero para ellas el mayor tiempo posible.
-¿Qué relación tiene con la fama que Bond le proporcionó?
-La fama puede llegar a convertirte en una persona extraña y mentalmente no muy saludable. Me ha costado mucho tiempo acostumbrarme a ella. Al principio piensas que no vas a volver a ser capaz de salir a la calle, o de ir a cenar con amigos. Te cambia la vida, por supuesto, y aunque ser alguien conocido tiene sus ventajas, resulta inevitable echar de menos la libertad que el anonimato proporciona.
-¿Con qué actitud afronta el resto de su carrera?
-Solo haré películas que realmente me apetezca hacer, y no tengo interés en acumular títulos en mi filmografía solo para que sea más extensa. No quiero trabajar demasiado.
-¿Ha pensado alguna vez en dirigir?
-No tengo interés en hacerlo. Cuando acaba la jornada de rodaje, el actor se va a casa con su familia y puede apagar el teléfono; el director, en cambio, tiene que seguir resolviendo problemas hasta altas horas de la madrugada. No me interesa, lo siento.
-¿De verdad le trae sin cuidado quién será el próximo actor en meterse en la piel de 007?
-Claro que no. Me importa mucho. Pero la gente sigue pidiéndome que opine al respecto y, como soy un viejo gruñón, contesto que me importa una mierda. En todo caso, no me corresponde a mí decidir quién será el próximo Bond. Sea quien sea el elegido, le deseo suerte.