La tradición de la Rosca de Reyes tiene raíces que se remontan a la época de los romanos. Durante las festividades dedicadas al dios Saturno, conocidas como las Saturnales, los romanos celebraban con banquetes y juegos. Uno de estos juegos consistía en esconder una moneda dentro de un dulce, y quien encontraba este «tesoro» era proclamado rey por un día.
Con la llegada del cristianismo, esta tradición adquirió un carácter simbólico y religioso, en honor a la búsqueda que los tres Reyes Magos emprendieron hasta encontrar al Niño Jesús. En la Edad Moderna, entre los siglos XV y XVIII, la Rosca de Reyes se popularizó en Europa. Se cuenta que Luis XV, rey de Francia, hacía preparar un roscón con una sorpresa escondida para agasajar a sus nobles durante las cenas.
La Rosca de Reyes y su llegada a América
La tradición de la Rosca de Reyes se consolidó en España gracias a la influencia de los Borbones. Durante la conquista, los españoles llevaron esta costumbre a América, donde se fusionó con las tradiciones locales. Desde entonces, la Rosca de Reyes se disfruta cada 6 de enero, durante la celebración de la Epifanía del Señor, conocida popularmente como el Día de Reyes.
¿Qué simboliza la Rosca de Reyes?
La Rosca de Reyes no es solo un delicioso pan festivo, sino que está cargada de simbolismo cristiano:
El círculo de la rosca: Representa el amor eterno de Dios, que no tiene principio ni fin.
Las frutas secas y cristalizadas: Simbolizan las joyas de las coronas de los Reyes Magos y representan valores como el amor, la paz y la felicidad.
La sorpresa dentro de la rosca: Generalmente un pequeño muñeco, simboliza al Niño Jesús escondido, recordando el tiempo en que la Sagrada Familia huyó a Egipto para protegerlo de la orden de Herodes.
El acto de compartir y comer la rosca: Está relacionado con la comunión y el vínculo espiritual con Jesús.
La tradición en la actualidad
Hoy en día, la Rosca de Reyes es un elemento central en las celebraciones del Día de Reyes en muchos países de habla hispana. En torno a este pan se reúnen familias y amigos para compartir un momento de unión y alegría. Según la tradición, quien encuentra la sorpresa en su porción de rosca asume la responsabilidad de organizar la próxima celebración, que suele ser el Día de la Candelaria, el 2 de febrero.
Así, la Rosca de Reyes no solo es un símbolo de la Epifanía, sino también una tradición que fomenta la convivencia y el espíritu festivo entre quienes la comparten.