El panorama financiero en Argentina sigue siendo incierto y da cuenta del carácter endeble de la estabilidad construida por las políticas de Javier Milei y Luis Caputo. Este lunes el dólar blue alcanzó los $1.250, reflejando una disparidad del 20,2% con el dólar mayorista. Este fenómeno es una expresión de las contradicciones del plan económico del Gobierno Además, otros indicadores, como la caída del índice S&P Merval y la suba del riesgo país, marcan que no todo es un camino de rosas en el ámbito financiero.
En el mercado paralelo, el dólar blue ascendió $20, entrando en un terreno que había llevado a la intervención del Gobierno semanas atrás para frenar el alza. Las reservas brutas internacionales cayeron US$205 millones y se ubicaron en US$30.834 millones, el valor más bajo en lo poco que va de 2025 y el segundo más acotado de los últimos dos meses.
El S&P Merval se hundió 5,9% medido en dólares este lunes, con bajas en acciones de hasta 9,4%. Por su parte, los bonos en dólares sufrieron descensos generalizados y el riesgo país volvió a rondar los 600 puntos. Esto sucede en un contexto de influencia negativa de Wall Street y tras la evaluación del FMI sobre Argentina.
Las bases endebles de la estabilidad financiera
La situación financiera del actual gobierno, encabezado por Javier Milei, exhibe una notable fragilidad. Las decisiones de ajuste fiscal, han buscado obtener un superávit a costa de recortes en áreas esenciales como la salud, educación y jubilaciones. Sin embargo, estas políticas no han conseguido resolver ningún problema de fondo de la economía ni reducir la deuda externa. Por el contrario, la deuda ha seguido aumentando, generando una mayor dependencia de los préstamos internacionales.
El gobierno también enfrenta desafíos en la acumulación de reservas en el Banco Central. A pesar de las políticas de ajuste, las reservas brutas no han dejado de caer. Esto se debe, sobre todo, a los pagos de deuda externa y el atraso cambiario (que favorece a las importaciones por sobre las exportaciones).
En este contexto, el gobierno argentino se encuentra en negociaciones con el FMI para asegurar un nuevo préstamo que le permita sostener su modelo en el corto plazo. Sin embargo, estas negociaciones están condicionadas por exigencias de devaluación y reformas en el sistema previsional y la legislación laboral, medidas que podrían exacerbar la ya crítica situación social. La relación con el FMI, lejos de ser una solución, profundiza la dependencia y el sometimiento que agravan las dificultades económicas del país.
Salir de la trampa de la deuda para terminar con el saqueo del país
Desde el Frente de Izquierda, se ha denunciado que la deuda externa es ilegítima y fraudulenta, y sus pagos sólo han servido para enriquecer a unos pocos a expensas de la mayoría trabajadora. Frente a esto, proponen el desconocimiento soberano de la deuda y la ruptura con el FMI, como pasos esenciales para reorganizar la economía en función de las necesidades sociales.
También abogan por la nacionalización de la banca y el comercio exterior, medidas que permitirían canalizar los recursos hacia sectores prioritarios y controlar la fuga de capitales. Para el Frente de Izquierda, estas políticas son parte de una estrategia más amplia para superar el atraso y la dependencia económica, y poner fin a las políticas de ajuste que han perjudicado gravemente a la población.