La vuelta de Lucas Zelarayán a vestirse con la casaca de Belgrano, en un estadio a pleno y que aplaudió con fuerza su nombre desde que se dio la formación por los altoparlantes, no pudo disfrutarse, porque el espectáculo esperado no lo fue y la gente se debió retirar masticando la bronca de que el Pirata no jugó bien y que el empate 1 a 1 con Huracán fue su presentación en sociedad.
Un equipo carente de ideas, donde no se hicieron las cosas bien y que fue un cúmulo de ganas por encima de conceptos claros, terminó siendo un conjunto que está claramente desbalanceado en su juego y en el que las ganas de ir para adelante son más pesadas que la forma de imaginar una conexión que permita hacerlo con criterio.
No es que el Pirata está ensamblándose o que hay muchas caras nuevas, porque fue solamente la presentación de Zelarayán en el “11″ y el resto son los mismos del año pasado, la base de la temporada anterior y que hizo una prosecución de los errores que venía cometiendo en 2024.
El arranque
La primera parte mostró a un “Chino” manejando la pelota cuando pudo entrar en contacto con ella. El “10″ en sociedad con Franco Jara fueron haciendo lo mejor del local, pero sus compañeros del medio no fueron lo solidario que se necesitó para generar juego.
El equipo mostró las fisuras de siempre: falla en el retroceso, mala marca por las bandas y mucha dificultad en la quita del balón en el medio campo y dentro de su propia área. Con ese panorama y en medio de un parcial mal jugado, se fue diluyendo el partido.
Cuando iban 33 y en lo que fue el primer remate cierto sobre la valla, un tiro de esquina de Zelarayán fue conectado por Jara y el estadio deliró con el 1 a 0. La estrella y el goleador se conectaron para adelantar al local.
Pero, los desacoples no se corrigieron y cuatro minutos después Tomás Guidara lanzó un centro, la pelota fue conectada por Gabriel Alanis y tras rebotar en el poste, Mazzantti puso de cabeza el 1 a 1.
Errores en el armado de la defensa que derivaron en fallas en la marca fueron la clave de un parcial que el equipo lo sufrió atrás y no pudo resolverlo adelante.
El final
La segunda parte no cambió en la manera de jugarse, todo fue empujar e intentar ir para adelante. Y cuando las ideas no se dieron, pero las ganas lograron generar algo, apareció en escena Galíndez, el arquero del Globo, para taparle un mano a mano a Jara y un cabezazo en el cierre a Troilo.
Pero no hubo juego, no apareció la idea que pretende Walter Erviti y el equipo se equivocó en el manejo de la pelota. Porque a pesar de tener jugadores de “buen pie” no tuvo asociaciones que lo mostraran.
Velázquez no es lateral por izquierda y se lo desperdicia en esa función. Quignon no pudo en soledad para recuperar y falló seguido en los cruces, Menossi con Metilli fueron solamente ganas, nada de ideas y poquito de sociedad con el “10″.
Lo de la defensa esta contado: falla sobre falla y mucho de improvisación. Volvió a perder en los centros y de no ser por su arquero hubiese sufrido algún otro gol.
El arranque del campeonato no fue de la mejor manera, porque las dudas han sido muchas, los errores en igual número y la generación de juego se murió en los intentos del “10″ y no mucho más.
No puede el Pirata apostar a la cuota de gol de Jara o las pinceladas del “Chino” para apoyar allí todo su proyecto futbolístico 2025. Necesita construir con las otras piezas cosas más interesantes, dejar de improvisar en puestos defensivos y acomodarse para una temporada que le exige, por presupuesto e inversión, tener un papel más preponderante.