Después de lo sucedido en La Palma, con la erupción en 2021 del volcán Tajogaite, es normal que cuando se habla de actividad volcánica en el Teide, el pánico se apodere de los residentes en Canarias. La vigilancia volcánica sobre Tenerife aumentará en los próximos meses después de que se haya hallado lo que parece una ligera deformación en el entorno.
El jueves 23 de enero, científicos del Instituto Geográfico Nacional (IGN) y del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) informaron en la reunión del Pevolca (Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias) que han detectado una «situación anómala» en el Teide desde 2016. En concreto, Itahiza Domínguez, director del IGN, indicó que «desde 2016 se viene registrando un aumento de la actividad sísmica en la isla de Tenerife», además de un ligero aumento de la emisión de gases de CO2.
Últimos terremotos
No hay que irnos muy lejos para darnos cuenta de que la isla está ha sufrido recientemente una serie de terremotos que, aunque no han sido sentidos por la población, sí que pueden llamar la atención.
De hecho, la semana pasada se localizó una serie de 14 terremotos en Vilaflor, muy pequeños, oscilando entre los 0,6 mbLg la más baja y los 1,5 la más alta, a profundidades de 3 a 13 kilómetros.
El Teide no presenta aún riesgo inminente de erupción / Pixabay
Sin embargo, no son los únicos, según informa EFE, la sismicidad se agrupa especialmente en Las Cañadas, Cumbres de Adeje y de Vilaflor, manteniéndose también una zona de actividad bajo El Teide.
En junio y julio de 2023 se registró por vez primera un enjambre sísmico de más de 30 kilómetros de profundidad, a 40 kilómetros bajo Santiago del Teide, y a finales del mismo año se produjo otro enjambre entre 17 y 23 kilómetros de profundidad bajo las Cañadas. Otras zonas sismogénicas de menor importancia se han localizado bajo Izaña y en las cumbres de Arico.
¿Podría entrar en erupción el Teide?
Aunque el miedo nos lleve a pensar en una posible erupción, los científicos han dejado claro que no hay probabilidad de que haya una erupción a corto o medio plazo.
De hecho, Itahiza Domínguez, aseguró que la situación de Tenerife nada tiene que ver con cómo era en La Palma antes de la erupción y aclaró que «no hay un movimiento de magma». Aun así, recordó que Tenerife es una isla volcánicamente activa y, obviamente, habrá una erupción en algún momento, pero lo importante es determinar cuándo. Por ello, los científicos cuentan con sistemas de vigilancia para estudiar la situación.