La imagen pública de la ‘influencer’ Chiara Ferragni no se encuentra en su mejor momento en Italia y busca repararla en otros países como España, donde cada vez es más normal verla promocionando algunas marcas desde que estalló el ‘Pandoro Gate‘. Para intentar salvar su reputación, la creadora de contenido italiana acudirá a la gala de los premios Goya del próximo sábado en Granada.
Además de la polémica que rodea su matrimonio con Fedez por las supuestas infidelidades del rapero, la empresaria, de 37 años, se encuentra en medio de un proceso judicial en el polémico caso conocido como ‘Pandoro Gate’, que salió a la luz a finales de 2023. La ‘influencer’ fue acusada de estafa agravada por publicidad engañosa cuando promocionó un ‘pandoro’, un dulce navideño italiano, de Balocco con el nombre Ferragni y aseguró que los beneficios de las ventas se destinarían al hospital infantil Regina Margherita.
Sin embargo, investigaciones posteriores revelaron que la donación en cuestión era de 50.000 euros y ya había sido realizada por Balocco meses antes, mientras que las empresas vinculadas a Chiara Ferragni habían recaudado más de un millón de euros gracias a esta iniciativa. Las sociedades de Ferragni fueron sancionadas con una multa de más de un millón de euros, mientras que la compañía Balocco con 420.000 euros, por «práctica comercial incorrecta».
Caso abierto
La ‘influencer’ pidió disculpas en un emotivo vídeo, se retiró por unos días de las redes sociales y se comprometió a donar un millón de euros al hospital turinés. El caso sigue abierto y el próximo 23 de septiembre Ferragni deberá declarar ante un tribunal. Si la Fiscalía decide emprender acciones penales, la influencer podría enfrentarse a una pena de cárcel.
«Creía sinceramente que no era necesario celebrar un juicio para demostrar que nunca había defraudado a nadie. Lamentablemente, tendré que vivir durante algún tiempo con esta acusación, que considero profundamente injusta, pero estoy dispuesta a luchar con determinación para revelar mi absoluta inocencia«, declaró la italiana. Desde que se destapó el caso, la ‘influencer’ ha perdido seguidores en sus redes sociales y le han cancelado contratos publicitarios con grandes marcas como Coca-Cola y Safilo.
Matrimonio polémico
A esta polémica judicial se han sumado los trapos sucios de su matrimonio que el periodista Fabrizio Corona se ha encargado de sacar a la luz a través de su canal de YouTube. Los ‘Ferragnez’, el nombre que recibe la unión entre Chiara Ferragni y Fedez, además del docureality que lanzaron en Prime Video, pusieron fin a su matrimonio hace casi un año. Ahora Corona ha desvelado que el rapero mantuvo una doble vida durante seis años.
El periodista llegó a confesar que, en 2018, el artista habría llamado a su amante, la empresaria milanesa Angelica Montini, cinco minutos antes de subir al altar a darse el ‘sí, quiero’ con Ferragni y pedirle una última oportunidad. Esa relación extramatrimonial con Motini se alargó durante toda su relación con Chiara.
Los comunicados de los afectados
A raíz de las filtraciones de Corona, Ferragni emitió un comunicado a través de su cuenta de Instagram, donde reconoce que desconocía algunas de las infidelidades de su exmarido, lo acusa de haberla dejado «de un día para otro» y revela que fue el mismo Fedez quien le confesó su ‘affaire’ con Montini: «No dije nada públicamente, ni siquiera cuando, unos días antes de la Navidad de 2024, Federico me llamó y confesó por primera vez el romance con esta amante que existía desde 2017 y también me contaba que había pensado en no casarse conmigo unos días antes de la boda, pero luego no supo cómo salir públicamente de ella».
Poco después, el cantante también lanzó un comunicado en sus redes sociales: «La idea de que pensé en dejar a mi esposa el día de la boda para huir al otro lado de Italia es simplemente ridícula. Elegí a Chiara con convicción, la amaba, me casé con ella sin dudarlo y construimos una familia juntos». Eso sí, reconoce la infidelidad durante su matrimonio: «Conocí a Angélica unos meses antes de la boda, nos alejamos para centrarnos en nuestras vidas. Volvimos a estar juntos en un momento de dificultad personal, sin que hubiera ningún plan premeditado, cuando el matrimonio ya había afrontado crisis profundas que no pudimos resolver ni siquiera después de intentarlo».