Talleres debía ganar y lo hizo. No tenía más margen porque cuatro derrotas seguidas hubieran generado un tsunami que afortunadamente se pudo frenar.
Este jueves, en San Juan, no tuvo vuelo futbolístico, pero logró por fin que la pelota entrara y revertir una racha que se tenía que cortar. Ese fue el principal valor del triunfo contra San Martín 1 a 0.
Obligado a cambiar para que algo cambiara y con cinco variantes, Talleres trató de sorprender al Santo cuyano desde el principio del juego. Proyectando a Blas Riveros por la banda izquierda, con Emanuel Reynoso ubicado como extremo por el otro costado y Matías Galarza Fonda ubicado más al medio como un falso enlace, fue presionando la salida al Verdinegro y obligándolo a retrasarse.
A los dos minutos un latigazo desde afuera de Girotti se fue apenas arriba y a los diez le anularon un gol al delantero, por fuera de juego. San Martín no podía encontrar la pelota en el medio y con ella en su poder, Talleres era más. Así, a los 23 minutos, desde un centro desde la derecha que cabeceó para atrás Galarza Fonda y al que Girotti le puso la frente, estuvo a punto de llegar el primero.
“El Cacique” también apostaba a que Schott y “Bebelo” construyeran una sociedad por derecha, por lo que se veía al lateral pasar al ataque con frecuencia.
Pero aún controlando la pelota y los espacios, el local tuvo una clara. Ayrton Portillo se proyectó por izquierda a los 30 minutos, quedó de frente a Herrera y el arquero salvó con esfuerzo abajo. Y fue a los 37 minutos la “T” se perdió la apertura del marcador. Schott se proyectó hasta el fondo y mandó el centro al medio que Galarza Fonda no pudo conectar bien, solo frente a Borgogno.
Se fue así un PT en el que Talleres lució mejor que su rival -que sólo apostó a los pelotazos largos para Anselmo-, y mereció algo más. Tuvo tres claras, pero volvió a fallar en la puntada final.
Volvió al plan A y resultó
En el complemento la “T” salió decidida a ponerse en ventaja, bajo el influjo de “Bebelo”. A los 3 y 4 minutos, desde media distancia, Borgogno, la figura por lejos del partido, salvó su marco ante remates de Galarza Fonda y Reynoso, respectivamente. El Albiazul sumaba otra vía para llegar al gol que se le negaba. A los 8 minutos, una proyección del paraguayo Galarza por la izquierda no pudo ser bien terminada por Riveros.
Al cumplirse el cuarto de hora, Medina decidió mandar a la cancha a Rubén Botta, Benavídez y Matías Alejandro Galarza por Reynoso, Schott y Ortegoza, volviendo al equipo con el que jugó las primeras fechas del torneo. Y así llegó, finalmente, el gol tan esperado. A los 18 minutos se durmió la defensa sanjuanina, y tras un centro desde la izquierda que no pudo cabecear bien Girotti, le quedó la pelota al “Chaco”, quien en le primera que tocó, la mandó a la red. Fue como una bendición para el lateral derecho, que había sido reemplazado porque no estaba en su nivel acostumbrado.
El gol tan esperado y necesitado llegó. Y con él, la tranquilidad. De ahí hasta el final del partido, la “T” pasó algún sofocón, producto de su necesidad de cuidar el resultado y de que el triunfo no se le escapara. Y en ese lapso final Herrera y la defensa, algo que también el equipo debía mejorar, lo hicieron con acierto. El ingreso de Portilla ayudó para tener más la pelota y el colombiano tuvo uno para poder aumentar la diferencia.
Ganó la “T” y fue fundamental.