Después de semanas en las que el PP ha evitado marcar una posición clara en los grandes asuntos internacionales -especialmente ante el arranque de la nueva Administración de Donald Trump– apostando por un pretendido perfil bajo, Alberto Núñez Feijóo ha decidido fijar al fin una postura. La evolución del discurso tomó forma este martes, cuando el líder del PP tuvo que pronunciarse ante el resto de líderes de la familia conservadora europea, reunidos en una videoconferencia ante el abismo al que el continente se asoma. Horas antes se había producido una cumbre informal de jefes de Gobierno que terminó sin un solo acuerdo.
Feijóo abandonó la poca concreción mantenida hasta ahora en dos grandes frentes: los aranceles de Estados Unidos y la negociación abierta entre ese país y Rusia sobre Ucrania. Y en ambos el líder del PP apostó por una suerte de autocrítica hacia la propia Unión, reclamando “exigirse más” en un momento en el que no caben “lamentos ni pataletas”, y rechazando la burocracia excesiva que rodea a Europa y que, a su juicio, implica una lentitud inasumible.
En Génova reconocen que la posición sigue siendo de “mucho equilibrio” y que es “complicado” defender una gama de grises en un debate en el que todo parece ser blanco o negro. Es lo que le ha pasado al propio Feijóo estos días con Pedro Sánchez liderando la corriente europea en contra de lo que representa Trump y, por otro lado, Vox erigiéndose en su máximo defensor en España.
Con respecto a Ucrania el PP -y a pesar de las críticas al Gobierno en su política exterior- las posturas de los dos grandes partidos están alineadas. Feijóo no se había pronunciado antes con tanta rotundidad exigiendo a Estados Unidos que la Unión Europea “debe formar parte del proceso de una paz justa y duradera”. Matizó que “no sirve cualquier paz” en mitad de las negociaciones que han empezado EEUU y Rusia -sin Zelenski ni la UE- si se repiten los errores del pasado, como sucedió en 2014. Una referencia similar hizo Sánchez en París el lunes por la noche.
Y el dirigente conservador también insistió en que el papel de Europa es “seguir protegiendo a Ucrania como ha hecho hasta ahora”, reafirmándose en los compromisos que cada Estado tiene con la OTAN. Esto es, que el gasto en materia de defensa alcance el 2% del PIB en 2029.
Vox, en cambio, defendió también este martes que ese gasto debe incrementarse ya y cerró la puerta por completo a que tropas europeas puedan desplegarse en Ucrania, el otro gran debate encima de la mesa entre los líderes europeos. Hasta ahora el partido de Abascal también ha defendido sin matices la iniciativa de Trump, negando incluso que Zelenski haya quedado al margen como se ha visto.
Feijóo, como ha ido haciendo estas semanas, defendió ante sus aliados del PPE que el vínculo transatlántico -la relación con EEUU- debe mantenerse fuerte, pero introdujo una idea que seguirá formando parte de su postura a partir de ahora: «La UE debe exigirse más a sí misma, sin culpar a terceros de no haber hecho sus propios deberes”. Se refería, sobre todo, a la necesidad de avanzar en seguridad estratégica y soberanía energética. Pero no solo. Era un mensaje de que el momento actual no pasa por echar balones fuera o quejas excesivas, y que Europa debe responder rápidamente a los desafíos.
Aranceles: morder a Vox
Por otra parte, hasta ahora Feijóo ha ido reconociendo “preocupación” ante la política de aranceles desplegada por Estados Unidos, que ya mira a Europa no solo por el aluminio y el acero, sino por los aranceles recíprocos anunciados contra todo lo que considere una barrera comercial, incluidos impuestos.
Pero ayer, después de visitar una empresa de cítricos en la Región de Murcia y anunciar una ley con medidas fiscales específicas para el sector primario, quiso incidir en la posición de su partido. Primero, deseando que haya un acuerdo para que el sector agroalimentario español quede fuera de los aranceles de Estados Unidos.
Y en este punto volvió a entrar de lleno en esa autocrítica hacia Europa poco después de haber estado en una reunión con la presidenta Ursula von der Leyen (de su partido europeo) criticando “las exigencias burocráticas innecesarias” de la Unión. Desde Murcia Feijóo puso el foco en una reclamación compartida con Vox -que llegó a decir que “el gran arancel es la política verde” de Europa-.
El dirigente popular no fue tan lejos, pero sí rechazó con contundencia la “hiper mega reglamentación” que sufren agricultores y ganaderos europeos, comprometiéndose con una auditoría que permita disminuirla de forma drástica.