Este capítulo seguro que no sale en el realitie familiar que grabó Marcelo Tinelli para la plataforma Amazon Prime Video y que fue pomposamente presentado en la lujosa mansión que el conductor tiene en Punta del Este.
En cada emisión se veía la despampanante vida que se dan tanto él como los suyos entre ambientes gigantescos, decoraciones astronómicas, enormes ventanales y piscinas de ensueño pero nada se decía de aquellos que laburaron a destajo para él o para su productora, no cobraron sus magros sueldos y todavía aguardan una respuesta.
El año pasado Tinelli no estuvo en pantalla salvo durante la disputa de la Copa América, cuando se propuso cubrirla con su primo «El Tirri» pero fue debut y despedida: salió al aire un reportaje a Lio Messi que dejó más memes que rating y el «programa» de los dos nunca llegó a salir al aire porque los crudos «no convencieron a nadie y se decidió poner otra cosa». Así de contundente.
Sin embargo, Marcelo estuvo atrás de otra «idea». Una vieja fórmula que fue reeditada con las formas y los modos de estas épocas: el Cantando, que ahora se llama así y no «Cantando por un sueño».
Si bien el formato de la competencia era la misma de siempre, la modernidad impuso un «streaming» para que comentara lo que sucedía «en la pista». Es decir, un par de periodistas o mediáticos opinando de lo que pasaba entre los concursantes.
Uno de los que se sumó al «Streaming» fue el influencer y periodista conocido como «La Tía Sebi», quien a partir de su popularidad en las redes sociales fue accediendo a distintos espacios tanto en la tele como en los ámbitos digitales. El programa no funcionó en cuanto a los niveles de audiencia y lo mismo sucedió con el streaming, pero que la gente hizo su trabajo no caben dudas.
FAMOSO PERIODISTA LE EXIGIO A MARCELO TINELLI QUE LE PAGUE POR EL CANTANDO: «UN PALO Y MEDIO ME DEBEN»
Pasó el tiempo y mientras veía a Tinelli subirse a cuatriciclos, viajar en avión, disfrutar de los mejores manares y broncearse bajo el sol en Punta del Este, La Tía Sebi esperó que le pagaran lo que le debían. Y como eso no sucedió, explotó. «Chicos, ¿Me pueden pagar por favor lo del Cantando? O sea, seriamente lo digo. ¡Tres meses me deben! Y no soy el único: nadie cobró. Maquilladores, peinadores» bramó.
«Yo voy a blanquearlo: eran 500 lucas por mes. Yo blanqueo el sueldo. Un millón quinientos mil pesos. ¡Eso me deben! ¡Lo necesito! ¡Lo quiero! Es plata. Yo fui todos los días en el Tren Sarmiento, bajaba en Plaza Miserere y de ahí me iba. Volvía tardísimo a mi casa. ¡Paguénme, loco! Uno trabaja y se le paga. Por favor te lo pido, Marcelo!» arremetió después.
Cuando una compañera le preguntó «pará, y lo reclamás y qué te dicen», respondió «Ya hablé con cada persona que había que hablar. Se pasan la pelota unos con otros. Estoy diciendo algo muy básico: ¿Trabajaste? ¡Se te paga!».