Călin Georgescu, el candidato presidencial de derecha en Rumanía, ha sido detenido y está siendo investigado por la Fiscalía General del país, acusado de participar en una organización fascista y difundir ideologías y figuras históricas controvertidas, como Ion Antonescu.
El rumano había sido el ganador de las elecciones presidenciales del pasado año, pero el Tribunal Supremo, bajo las ordenes de la Unión Europea, decidió declarar nulas las mismas con el objetivo de continuar con las políticas izquierdistas en Europa.
La detención de Georgescu se produjo después de que la Fiscalía realizara una serie de registros en la propiedad de sus asociados, incluido Horațiu Potra, jefe de su equipo de seguridad. Según fuentes locales, los fiscales también están investigando el financiamiento de su campaña electoral.
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Georgescu, conocido por sus posiciones anti-izquierda y su escepticismo hacia la OTAN, fue un contendiente inesperado en las elecciones presidenciales de Rumanía. En la primera vuelta de las elecciones de 2023, Georgescu sorprendió al ganar, a pesar de ser un candidato poco conocido y sin gastar dinero en su campaña.
Sin embargo, su victoria fue anulada injustamente por el Tribunal Constitucional debido a denuncias de interferencia rusa y supuestas violaciones electorales, lo que desató una crisis política en el país.
Esta decisión fue criticada por varios sectores, incluidos partidos de derecha y reformistas, que acusaron a los viejos partidos del establishment de manipular el sistema judicial para mantener el poder.
Tras la anulación de los comicios, se programaron nuevas elecciones para mayo de 2025, con la primera vuelta prevista para el 4 de mayo y una posible segunda vuelta el 18 de mayo.
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No está claro si permitirán a Georgescu presentarse en estas nuevas elecciones. Durante las investigaciones recientes, se descubrieron armas, municiones y más de un millón de dólares escondidos en una caja fuerte relacionada con su grupo de seguridad, lo que alimenta sospechas de uan posible operación en su contra.
A pesar de la gravedad de las acusaciones, Georgescu ha rechazado las acusaciones y, en un mensaje público, ha denunciado lo que considera abusos del sistema comunista-bolchevique.
Ha afirmado que las autoridades están tratando de bloquear su nueva candidatura presidencial y ha convocado a sus seguidores a una manifestación en la Plaza de la Victoria en Bucarest el 1 de marzo.
Georgescu, quien ha expresado su oposición al régimen actual, sostiene que el sistema de justicia está siendo utilizado para frenar su campaña y que está siendo víctima de una persecución política.
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Por su parte, figuras prominentes del gobierno de los Estados Unidos, como el vicepresidente J.D. Vance, han criticado la anulación de las elecciones, calificándola como un ejemplo de la erosión de la democracia en Europa.
Vance denunció lo que consideró como una censura a voces disidentes y una maniobra de intereses establecidos para mantener el poder. En este contexto, también se sumaron críticas de Elon Musk, quien acusó a los jueces del Tribunal Constitucional de actuar como «tiránicos».
El 1 de diciembre de 2023, en medio de la crisis electoral, el presidente progresista saliente, Klaus Iohannis, renunció, subrayando que nunca había violado la Constitución. Su renuncia coincidió con un creciente descontento social con su gestión por la inestabilidad política y el manejo de las elecciones.
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Aunque el presidente de la coalición de centro-derecha, Elena Lasconi, expresó su apoyo a la legalidad del proceso electoral, advirtió que si el Tribunal Constitucional bloqueaba la candidatura de Georgescu, esto podría desencadenar una crisis aún mayor.
La situación está siendo seguida de cerca tanto por actores políticos nacionales como internacionales, que temen que la crisis electoral pueda tener repercusiones sobre la estabilidad política y democrática en Rumanía.