Cautela y optimismo es lo que más se escucha en las empresas que venden insumos para el campo, desde las semillas a los equipos de riego. A juzgar por la cantidad de gente y los casi 31.500 autos que ingresaron hoy al predio de Expoagro, nadie quiere quedarse afuera mientras la estabilidad en la inflación y el dólar le dan luz verde al Gobierno en un mundo que parece deteriorarse con la guerra comercial.
Con ese ánimo los productores colmaron el auditorio en el que habló Carlos Melconian, minutos después de la exposición del ministro Caputo.
A diferencia de otras veces, el economista parecía cuidar cada una de sus palabras. Pero fue contundente al señalar que “la rentabilidad del campo es el tipo de cambio. Después hay algunas dos cosas que no maneja ni Milei ni otro presidente ni la política económica, que son el clima y los precios. Entonces hoy todo ese combo está malo para el sector”, soltó.
En su visión, a Milei le va a ir bien en las elecciones de medio término, porque no hay nada enfrente.“De las últimas seis elecciones, el oficialismo que gobernaba ganó solo una de término medio. Miren qué difícil. El principal activo de este gobierno, que es un gran pasivo para el país y que hay que recomponerlo, es que enfrente no hay nada. Eso es un activo para el que gobierna, ya le pasó a Menem al inicio y es un pasivo para el país, porque cuando no tenés rivales, te desgastás con los tuyos. Esto es así. Si los vecinos no te joden, vos te peleás con tu familia. Eso es lo que está pasando”.
Puesto a trazar el escenario, señaló que estamos en un “cambio de época criollo. Hay un cambio de época mundial porque aparecen tipos que descalifican, putean, hablan, no sé qué, pero hoy no entiendo a Trump. Trump es la vereda de enfrente de Milei en términos de lo que está haciendo. A este cambio de época criollo lo interpretó Milei, que llegó a presidente. Está trabajando en un cambio cultural donde lo más importante es que hoy nadie quiere déficit fiscal. Se entendió a las piñas que la emisión de moneda y el endeudamiento te llevan al desastre. Hubo licuadora, no hubo motosierra”.
Caracterizó este momento, como de “incertidumbre, imprevisibilidad y esperanza. En el mundo Argentina genera curiosidad. Hay una serie de reformas que no sustituyen a un plan de estabilidad, que vienen lentas porque las reformas son lentas”, describió.
Recordó que en la primera mitad de 2024, “se cobraron exportaciones y no se pagaron importaciones, y el Banco Central acumuló reservas. Las empezó a perder. Tenemos la incertidumbre de cómo sigue 2025 para adelante. Creo que ahora el presidente Milei, respetuosamente, es secretario de Hacienda, que es lo que le importa. No lo estoy degradando, digo en función de la convicción de ir por la parte fiscal que la tiene más clara, la de la moneda menos clara. Se recontra emite. Virtuosamente, no por déficit fiscal, sino por comprar dólares y porque apareció el crédito”.
Claro que alertó que lo que hizo en el 2024 en materia fiscal es irreproducible para adelante.
-¿Por qué?
-Porque le dio a todo el mundo para que tenga. Como se va el impuesto país, hay que ver qué lo sustituye. Lo va a sustituir el nivel de actividad. Y en la parte de gasto público está en 30% del PBI con el ajustazo, era 40, lo subió el kirchnerismo de 25 a 40% del PBI y terminamos con más pobres. Ahora bajar de 30 a 25% quedan cinco por sacar. Dos y medio de las provincias y dos y medio de la Nación. Y eso es irreproducible.
Al final concluyó: “Hoy le prestaría muchísima más atención a lo que llamo el combo externo. El combo externo no es el cepo. No es sacás el cepo, ponés el cepo; devaluás o no devaluás. El combo es el acceso a los mercados, tema central, el acuerdo con el fondo, la política cambiaria, el régimen cambiario y el control de cambio”.