lunes, 17 marzo, 2025
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Del desplome de las bolsas a la epidemia de sarampión, Trump tropieza con errores autoinfligidos

Los medios conservadores estadounidenses están que trinan con las primeras medidas económicas de Donald Trump. “¿Habrá una gran “recesión Trump”? Hay señales mixtas, pero estos aranceles sin ton ni son tienen a los mercados preocupados”, se leía esta semana en un editorial del The Wall Street Journal, el medio económico de referencia en el país, sobre la guerra arancelaria que ha lanzado la nueva administración contra la Unión Europea, China, Canadá y México. “Si distintos miembros del ejecutivo emiten mensajes económicos diferentes, si en el mismo día el presidente Donald Trump y su secretario de Comercio dicen cosas diferentes, eso provoca incertidumbre entre los inversores y en los mercados”, clamaba un analista en Fox News, sobre una pantalla en la que se mostraban los números rojos de las caídas de los índices bursátiles, que se han dejado ya más de un 10%. “El Dow Jones ha perdido 500 puntos desde que Trump llegó a la Casa Blanca”, subrayaba el presentador. La confianza del consumidor en Estados Unidos está también cayendo al ritmo más alto desde agosto de 2021, por los temores a que la guerra arancelaria traiga más inflación. 

Trump prometió que su modelo de gobierno devolvería a la economía estadounidense a una “era dorada”. “Vamos a ganar tanto que os vais a cansar de ganar”, dijo a sus seguidores en un mitin de campaña. Pero muchos de sus planes no parecen estar saliendo como él esperaba. Ahora ya admite, por ejemplo, que es posible que haya una caída económica. Un “período de transición” por sus medidas, antes de que centenares de miles de millones de dólares inunden el país como un maná para invertir y producir. 

“Le va a pasar factura: aumentarán precios, habrá un efecto sobre los empleos y las contramedidas dirigidas a estados que van dirigidas a sitios sensibles”, opina Juan Tovar, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Burgos. “Estados Unidos podría sufrir, y ya se habla de la posibilidad de una recesión, lo que le está granjeando críticas, aunque fuera algo que ya puso en práctica en su primer mandato”. 

Los aranceles son ya muy tangibles, y una apuesta económica que podría salir bien en el largo plazo. Aunque hay otras heridas autoinfligidas que resultan de simples bravatas dialécticas de Trump. Por ejemplo, el daño que está haciendo a su industria de Defensa y el impulso que está dando a los contrincantes europeos. Washington ha lanzado el mensaje a Europa de que no va a priorizar su paraguas de seguridad en el viejo continente. Eso, unido a la amenaza de Rusia, ha provocado que los líderes europeos se hayan lanzado a un plan de rearme en el que se podrían gastar cerca de 850.000 millones de euros en la próxima década. Con una Administración más amistosa, probablemente el grueso de ese dinero iría a compras de armamento americano, de empresas como Lockheed Martin, Northrop Grumman o General Dynamics. Ahora se priorizará a las europeas: Airbus, BAE Systems, Rheinmetall, Navantia. Por eso, las armamentísticas europeas no paran de subir en bolsa mientras sus homólogas americanas están en caída libre. El índice bursátil que las agrupa, el S&P 500 Aerospace and Defense, ha caído cerca de un 5% solo en el último mes. 

El “error” Elon Musk

Una de las grandes sorpresas de esta nueva Administración Trump es la presencia ubicua del multimillonario Elon Musk. Escudero del presidente durante sus discursos, y el mayor contribuyente de su campaña electoral con más de 200 millones de euros, ahora aparece dando ruedas de prensa en el Despacho Oval de la Casa Blanca y arengando a los “ministros” en la reunión del gabinete de gobierno. En una de estas reuniones, Musk lanzó una suerte de “mea culpa” sobre los excesos que está cometiendo a la hora de recortar la administración y despedir a funcionarios, como parte de la misión encomendada por el presidente como director del Departamento de Eficiencia Gubernamental DOGE. Hay una lista larga de despidos delirantes, si bien pocos alcanzaron la cota de los de los funcionarios de seguridad nuclear, que tuvieron que ser inmediatamente readmitidos por el miedo a un accidente. 

Trump firma un decreto para reducir el tamaño de la Administración y dar más poder a Musk / .

“No seremos perfectos, cometeremos errores, pero cuando lo hagamos, los corregiremos rápidamente. Por ejemplo, cancelamos el gasto en prevención del virus del Ébola, pero lo restablecimos inmediatamente”, dijo Musk ataviado con una gorra y en camiseta ante los trajeados del secretario del Gobierno Trump. “Pero si no hacemos estos recortes, Estados Unidos entrará en bancarrota”.

Musk está hundiéndose en las encuestas. Tiene un rechazo del 31% dentro de los votantes republicanos, según la última encuesta de CNN. “Musk es el principal error de Trump. Ese grado de desaprobación es una barbaridad en un contexto tan partidista. Musk es tóxico y su aproximación a los recortes es irracional: primero fue contra el gasto en ayuda humanitaria, que era impopular, pero ahora recorta sin control cosas como controladores aéreos o investigación y desarrollo”, opina el politólogo residente en Estados Unidos Roger Sensérrich

Ante la caída brusca de las ventas de los coches Tesla, compañía propiedad de Musk, Trump hizo esta semana una inédita presentación de coches de esa marca en la Casa Blanca. Tenía en la mano incluso una lista de los precios de los coches. El máximo poder político del mundo, promocionando vehículos. “Fue inaudito ver a un presidente ejerciendo de vendedor de coches. Los republicanos parecen estar muy preocupados con el daño que está haciendo Musk, y Trump no parece entenderlo”, añade Sensérrich.

Alienando a los aliados

En la arena internacional, el mayor error de Trump ha sido en unas pocas semanas ponerse en contra a sus aliados tradicionales. El primero, su vecino del norte, Canadá, al que considera un Estado más de Estados Unidos y ha sugerido anexionarlo. «Desde las playas de Normandía a las montañas de la Península de Corea, desde los campos de Flandes a las calles de Kandahar, hemos luchado y muerto junto a vosotros en las horas más oscuras”, dijo en un emotivo discurso el primer ministro canadiense Justin Trudeau dirigido a Donald Trump. Europa debe “independizarse” de Estados Unidos, aseguró por su parte Friedrich Merz, el nuevo canciller de Alemania, un país aliado férreo que ahora está dolido y temeroso después de que Musk y el vicepresidente J.D. Vance apoyaran a la extrema derecha de Alternativa por Alemania durante las recientes elecciones. 

Entre las primeras consecuencias de estas acciones está la de que amigos tradicionales de Estados Unidos están buscando formas de guardarse inteligencia que antes compartían con Estados Unidos. Temen que la información se filtre o que sea usada de forma errónea, según una información del medio estadounidense Político. Estados Unidos tiene una alianza de países anglosajones llamada The Five Eyes (los cinco ojos) con Canadá, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda. Los gobiernos de los dos primeros han sido atacados con dureza desde Washington en los últimos meses. 

Tampoco ayuda que Trump haya nominado como Directora Nacional de Inteligencia a Tulsi Gabbard, que en el pasado expresó su simpatía hacia la Rusia de Vladímir Putin y se reunió con el hoy depuesto presidente sirio Bachar al Asad. 

La naturaleza contra Trump

Mientras Musk recorta sin piedad y despide a funcionarios del Departamento de Salud, del Centro de Control de Enfermedades (CDC), o de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), se multiplican las crisis sanitarias. En primer lugar, la del sarampión, que en EEUU se consideraba una enfermedad erradicada desde el año 2000. Sin embargo, se ha desatado una epidemia con más de 250 casos confirmados en todo el país, 223 de ellos en Texas, Hay dos muertos: una niña de ese estado y un adulto de Nuevo México. Se está propagando por comunidades que se oponen a la vacunación, como los menonitas. ¿Cuál ha sido la reacción desde el Gobierno federal? El nuevo secretario de Sanidad es Robert F. Kennedy Jr. Trumpista convencido, es también un antivacunas irredento y vigoréxico. Más de 75 premios Nobel pidieron al Senado que no lo confirmara para el cargo. Ha relacionado el brote de sarampión con una mala dieta y poco ejercicio, aunque ha dicho que quien quiera vacunarse, puede hacerlo. Recomienda aceite de hígado de bacalao, vitamina A y leche materna. De nuevo, varios medios conservadores, como el Potomac Watch del WSJ, han editorializado contra su estrategia alejada de la ciencia básica. 

A esto hay que sumarle una enorme explosión de gripe aviar que ha provocado el alza imparable del precio de los huevos. En Nueva York se venden casi como artículos de lujo de tres en tres y en muchos sitios se han racionado: una docena cuesta casi cinco dólares, el doble que hace un año. Millones de pollos se están sacrificando por todo el país para evitar la extensión de la epidemia. 

Más frentes abiertos

Una de las grandes promesas de Donald Trump durante la campaña fue deportar a millones de inmigrantes indocumentados. Sin embargo, se ha dado de bruces con la realidad. Expulsa a un ritmo menor que la Administración Biden. Ha cesado por ello a Caleb Vitello, el máximo responsable de la agencia de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés). 

“Lo de Ucrania, dependiendo de cómo avance y de si se producen resultados positivos puede ser un acierto de Trump”, apunta el profesor Juan Tovar. “Pero no es un asunto vital para Estados Unidos, sino para los países del Este europeo. Lo que intentará Washington es que, al igual que la guerra de Ucrania empujó a Rusia, China, Irán y Corea del Norte a unirse, ahora con esto los puedan separar. Si lo consiguen, podría ser positivo para EEUU”. 

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