Durante la audiencia de este martes, Néstor Soto (22), acusado de haber asesinado a Catalina Gutiérrez (21) el pasado 17 de julio en Córdoba, confesó el crimen ante el tribunal. En medio de su declaración, admitió que la estranguló con la maniobra del “mataleón” tras una discusión en su departamento. «Se me apagó la tele«, manifestó, al intentar explicar su accionar. Además, pidió perdón a la familia de la víctima y subrayó: «Soy un homicida, pero no un femicida».
El joven contó que todo comenzó cuando Catalina llegó a su vivienda y le reprochó que no la había invitado a una reunión con amigos, mientras él terminaba de arreglarse. “Le dije que me iba a cambiar de ropa y me respondió: ‘Dale, culiado, encima de que no me invitás, ¿te tengo que esperar?’”, afirmó, y continuó: “Me acuerdo de que le contesté mal, me enojé y le dije: ‘Tomátela’. Ahí ella se enojó y me dijo: ‘Nesti, no podés ser tan pelotudo’ y me dio una cachetada”.
Criminis causa en lugar de alevosía: modifican la imputación contra Néstor Soto por el femicidio de Catalina Gutiérrez
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Según su versión, la discusión escaló hasta que ambos terminaron forcejeando en el suelo. “Reaccioné con un golpe y le dije: ‘Cati, me fui a la mierda, perdón’. Ella me dijo: ‘Pelotudo, me pegaste re fuerte’. Me agarró de la remera y terminamos los dos en el piso peleando”, detalló. Acto seguido, aplicó una maniobra de estrangulamiento hasta que la mujer de 21 años quedó inconsciente.
“Ella estaba en el piso y me tocó el cuello. Era una práctica que hacíamos antes. Me apretó fuerte la nuez y ahí se me apagó la tele. Ahí arranca el Néstor Soto loco. Le agarro las manos, se las zafo y hago la maniobra del mataleón. Lo hice fuerte y lo dejé de hacer. No es que me cayó la ficha. En ningún momento paró ese estado de emoción”, confesó.
Luego de notar que su amiga estaba sin vida, intentó prenderse fuego junto al cadáver, pero no lo logró. «Se me pasó por la cabeza matarme, agarrar el auto y chocar. Vi el alcohol arriba de la heladera y pensé: ‘Me prendo fuego acá en el departamento’. No sabía qué hacer, iba y venía, me senté y no entendía qué hacer”, aseguró.
Finalmente, subió el cuerpo de Catalina a su auto y lo abandonó en un descampado del barrio Ampliación Kennedy, donde intentó incendiarlo. “Frené en un lugar, no quería manejar más, me quería matar. Agarré el alcohol, lo tiré en el piso y también me lo tiré a mí. Prendí un fósforo y se empezó a prender despacito. Ahí es cuando no me dieron los huevos, el fuego avanzaba paulatinamente y arranqué a caminar”, describió.
El pedido de disculpas a la familia de Catalina Gutiérrez: «Me sentía sucio»
Durante su declaración, también reconoció que fingió desconocer lo ocurrido y que incluso llegó a abrazar a la madre de la víctima en la comisaría. “Se me acercó y me abrazó como consolándome a mí, y a mí me daba asco, si yo lo hice. Me estaban tratando así y me daba asco, me sentía sucio”, sostuvo.
Entre lágrimas, se disculpó con la familia de Gutiérrez: “Quiero pedirles disculpas de todo corazón a Catalina y a su familia. No hay día que no me arrepienta de lo que hice”. También pidió perdón por «no haber tenido los huevos en el momento de decir que maté a una persona”. “Cuando llegué a la comisaría, vi al papá, a la mamá y a la hermana y dije: ‘Ni en pedo hablo acá’. Seguí mintiendo. Dicen que se me vio nervioso. Y sí, más vale”, añadió. Según detalló El Doce, los padres de Catalina no pudieron mirar a Soto durante el relato.
Sin embargo, continuó, se quebró cuando la policía fue a buscarlo para ir a declarar. “No aguanté más, exploté llorando y dije: ‘Me arruiné la vida, señor, me arruiné la vida’”, recordó. Asimismo, contó que pidió ver al papá de la chica para que «lo mate»: “Lo primero que le dije a la Policía fue: ‘¿Dónde está Marcelo?’ Para que me mate, para que me tire al piso”.
Sumado a esto, y coincidiendo con la estrategia de su defensa, insistió en despegarse de la figura de femicidio que prevé el artículo 80, inciso 11, del Código Penal: «Yo soy un homicida. Pero quiero defenderme: no soy un femicida”. Soto está acusado de homicidio calificado, aunque la calificación legal de la causa sufrió un cambio en los últimos días. Inicialmente, se le imputaba el agravante de alevosía y violencia de género en concurso ideal, pero el fiscal Marcelo Sicardi decidió modificar la carátula: eliminó la alevosía y sumó la figura de «criminis causa«.
Según la interpretación del fiscal, asesinó a Catalina para encubrir las agresiones previas, utilizando el crimen como un medio para ocultar otro delito. Sin embargo, el cambio no altera la pena máxima a la que podría enfrentarse: prisión perpetua.
También hizo referencia a cómo era su vida antes de cometer el asesinato: “Mi vida era perfecta y ahora estoy en una cárcel. Extraño mi vida normal, estudiar, estar con mis amigos”. En esa línea, destacó que su familia “siempre lo trató con amor” y que su mamá y su abuela son «lo más importante de mi vida”. “No sé qué les hice. El nieto y el hijo del que estaban orgullosas, que estaba en cuarto año de la facultad hablando de amor, de golpe es un homicida”, sostuvo.
«¿Qué onda gila?»: la coartada fallida de Néstor Soto
Durante el juicio, el detective de Homicidios Rodolfo Palazzi presentó el análisis de los teléfonos de la víctima y el acusado, dejando en evidencia que Soto intentó fabricar una coartada para desviar la investigación. Las conversaciones, que hasta entonces no habían sido reveladas, comenzaron la tarde del 17 de julio de 2024, cuando ambos coordinaron un encuentro en un bowling. A las 21:18, la joven le consultó si estaba listo para pasarlo a buscar.
Minutos después, intercambiaron un último mensaje de voz, en el que Catalina mencionaba que dejaría su auto cerca del Patio Olmos para evitar gastos adicionales de estacionamiento. A las 21:27, el imputado intentó llamarla dos veces, pero no obtuvo respuesta. A las 21:32, mantuvieron una conversación de cinco minutos, mientras Catalina estacionaba frente a su departamento. Las cámaras de seguridad registraron cómo Soto se acercó al auto, intercambiaron unas palabras y ella ingresó corriendo al edificio. Fue la última vez que se la vio con vida.
Después del crimen, el acusado envió mensajes a la víctima, simulando que la esperaba en el Patio Olmos. A las 21:58, escribió: «¿Qué onda gila?«. A las 22:06, aseguró que estaba volviendo a su casa porque ella no aparecía. En paralelo, también envió mensajes a los amigos con los que supuestamente se encontrarían, informando que la salida se había cancelado porque Catalina nunca llegó.
Las pruebas que expuso Palazzi incluyeron imágenes de cámaras de seguridad que mostraron los movimientos posteriores del acusado. A las 22:25, Soto encendió las luces de su departamento, descartó una bolsa en la esquina y, minutos más tarde, arrastró el cuerpo de Catalina hasta su Renault Clio. Luego, condujo hasta un descampado en barrio Ampliación Kennedy, donde abandonó el vehículo con el cadáver dentro e intentó incendiarlo.
Durante la exhibición de las pruebas en la Cámara Undécima del Crimen, los padres de Catalina no pudieron contener la angustia al ver las imágenes del momento en que su hija fue sacada del departamento sin vida. Mientras tanto, Soto mantuvo la mirada fija en la pantalla, sin signos de nerviosismo o arrepentimiento.
El desgarrador testimonio de la madre de Catalina Gutiérrez: «Hay una sola persona que te puede perdonar y es Catalina»
Marcelo Gutiérrez, padre de Catalina, opinó que el acusado será condenado a prisión perpetua y lo calificó como un «psicópata». El arquitecto resaltó que varios testigos, entre ellos amigos en común de la facultad, describieron al joven como una persona «tóxica»: «Hay un patrón de comportamiento de este psicópata que se repite constantemente. Todas las chicas sostienen que al principio éramos amigos y después Soto empezaba a reclamar cosas».
«La pericia determinó que no tiene ninguna enfermedad psiquiátrica. Él sabía perfectamente lo que hacía el día que mató a mi hija. Quisieron hacerlo pasar como loco y en un momento la defensa dijo que era gay. Eso es un mamarracho. Ser homosexual no te da derecho a asesinar a nadie», añadió. En tanto, el juicio proseguirá este miércoles, con los alegatos de las partes.
MB/ ds