Por Mariano Rosa y Guillermo Pacagnini
Unidos, pero no revueltos
Este 24 de marzo va a ser especial. Seguramente se transformará en un canal de expresión multitudinario de las broncas acumuladas contra el gobierno libertario. Al mismo tiempo, después de casi 20 años, habrá una Plaza de Mayo con un acto unitario consensuado por la mayoría de las organizaciones del EMVyJ y la Mesa de Organismos de DDHH. A la vez, lo haremos marchando con nuestras propias banderas, consignas y un documento del Encuentro que elaboramos entre todos sus componentes. Contra todo sectarismo y, a la vez, sin perder la independencia política. Como decía Norita, en definitiva: unidos, pero no revueltos.
Hay alegría por la noticia de la Plaza unitaria. Es lógico, después de casi 20 años sin unidad. El gobierno de Milei impone esa necesidad: la unidad en la acción. La unidad en las calles. Y, al mismo tiempo, obliga a no silenciar las críticas a quienes le facilitaron el camino o bien hoy mismo, lo “dejan hacer”. Como siempre, el sectarismo, que en todo momento es nocivo, en circunstancias como estas es especialmente funcional a lo que se proclama combatir. A la vez, la unidad por la unidad tampoco sirve, ya que diluye responsabilidades y no colabora para construir una salida superadora. Ni hablar de quienes van y vienen, especulando, o peor todavía: no tienen la personalidad ni el carácter suficiente para jugarse hasta el final. Todo eso estuvo en debate durante varias semanas en el EMVyJ. Y se resolvió con una mayoría de más del 90% de sus integrantes a favor de una política: desde la independencia política del espacio, marchar a Plaza de Mayo y construir allí un acto unitario con la Mesa de Organismos de DDHH, construido entre ambos bloques de fuerzas.
El acuerdo se basa en lo siguiente:
- Dar una señal potente de unidad en las calles contra Milei.
- Mostrar una Plaza repleta y diversa de fuerzas e identidades, sin proscribir ni silenciar a nadie.
- Construir un acto final con un contenido político que sea duro contra Milei, planteando que se tiene que ir, denunciando la deuda y al FMI, exigiendo paro general y plan de lucha, repudiando toda la política represiva de Bullrich y exigiendo su renuncia, así como también rechazando el DNU 70, el RIGI, toda la política extractivista e inclusive manifestando su solidaridad con el pueblo palestino. También que reclame lo que siempre levantamos desde el EMVyJ y que el peronismo rechazó una y otra vez: la apertura de los archivos de la represión que arrancó con la Triple A.
Estas y otras definiciones, aportadas mayoritariamente por el EMVyJ, son la base política del acuerdo logrado para un acto común al final.
Pero además, el mensaje será leído por Adolfo Pérez Esquivel y Elia Espen, en representación de las organizaciones del EMVyJ, junto a Estela de Carlotto y Taty Almeida por la Mesa de Organismos.
Es decir: Plaza de unidad en la diferencia, mensaje potente en las calles contra Milei y un triunfo político de la mayoría de las organizaciones del EMVyJ en lograr, después de tanto tiempo, un 24 de lucha, unitario y políticamente muy positivo.
PO: el sectarismo como estrategia que se rinde sin luchar
En el EMVyJ, el Partido Obrero-APEL representó la posición sectaria típica del que se refugia en su propia autoproclamación, para en realidad encubrir la renuncia a disputar políticamente con quienes “escribe” combatir. Por eso, normalmente, posiciones así tienen “cáscara” principista y “dura”, pero en esencia le facilitan la tarea a las fuerzas que dicen combatir por la sencilla razón de que el PO hace “mutis por el foro”, se borra en lugar de pelear políticamente. Desde el principio, el PO quiso dos actos, de hecho, casi festeja los 24 de marzo divididos: es su lógica política. Pero lo grave en esta oportunidad es que, además, miente con alevosía y premeditación (y están como testigos de cargo todas las organizaciones que participaron de la infinidad de reuniones del Encuentro hasta hoy):
- Dijo que se oponía a cualquier intento de unidad, pero “que no iba a obstaculizar e iba a respetar” a la mayoría, ya que reconocía que estaba “en desigualdad”. Falso, mentira: obstaculizó hasta ayer y hoy publica inventos en su web.
- Dice que el acto unitario consensuado por 42 organizaciones del EMVyJ y la Mesa de Organismos es un “acto oficial” con el PJ. Burdo, elemental. El acto unitario es un acuerdo práctico para reventar Plaza de Mayo y tiene como base un texto, pero que toma la mayoría de consignas y definiciones aportadas por el EMVyJ.
- Además, ataca con especial saña al MST como “promotor” de la Plaza de la unidad. Es falso y burdo. Lo que intenta ocultar es que la abrumadora mayoría del Encuentro, decenas de organismos, organizaciones y colectivos a los cuales subestima, coincidimos en una política común: unidad en la diversidad, Plaza común pero sin perder la independencia. Y que el PO se quedó aislado con una minoría muy sectaria.
- El “relato” del PO sobre lo acontecido en las últimas reuniones del Encuentro ya tiene carácter de fake news directamente. Es un caso paradigmático de posverdad, podríamos decir. Lo que ocurrió realmente es que, después de hacer público un acuerdo trabajoso al interior del EMVyJ para intervenir el 24 (con un punto de partida común, lectura allí del documento del Encuentro, etc.) y dejar que la mayoría, que estábamos por el acto unitario en la Plaza, lo pudiéramos hacer sin maniobras, vinieron el último día a tratar de imponer como ultimátum dos actos, y boicotear la acción independiente de la mayoría. Por eso es falso que “insólitamente” se les vació la reunión: lo que ocurrió fue simplemente que la mayoría nos fuimos porque no aceptamos chantajes ni ultimátums de nadie. Eso pasó, PO, no lo que inventás.
En resumen: lamentable sectarismo en la forma, ya que enmascara un profundo oportunismo que consiste, en contenido, en renunciar a la disputa por una Plaza donde banderas clave del EMVyJ tengan presencia y nadie las proscriba ni silencie.
El PTS de Bregman: que sí, que no, que voy, que vengo
Para ser totalmente franco, lo de PO que describimos más arriba no sorprendió mucho a nadie de los que conocemos un poco el paño. Pero hay que decir que el que dio la nota y mostró la hilacha de lo que significa el centrismo, la vacilación y, al final de cuentas, la especulación lisa y llana, fue el PTS de Myriam Bregman y su colectivo CEPRODH. Hacía mucho que no se veía ir y venir en posiciones tan contrapuestas y contradictorias en una organización:
- Primero, bancó la posición de quienes planteamos la necesidad de trabajar por la unidad de acción el 24 de marzo.
- Después, cambió y planteó de pronto (hace unos días), no ir al acto unitario.
- Las volteretas siguieron: aceptó una fórmula de unidad del EMVyJ con una cita de arranque común y lectura del documento propio del espacio, y después que cada fuerza pudiera decidir si entrar o no a la Plaza de unidad (sin decir qué iba a hacer el PTS-Bregman-CEPRODH).
- Ya el último viernes hizo la cabriola final: se allanó a la posición de PO y planteó con el mismo ultimátum que su socio modificar todo lo acordado. Cita más tarde y dos actos. Ergo: maniobra evidente.
Ahora publican en La Izquierda Diario que “el EMVyJ no va al acto oficial” y presentan un cronograma inexistente intentando, además, usurpar la identidad de todo el Encuentro. Lo que queda claro es que, en el “ir y venir” del PTS, tributaron fuerte a tratar de impedir lo que no van a poder, mal que les pese: una potente y masiva Plaza unitaria, con presencia de la mayoría abrumadora del EMVyJ y fuerzas de izquierda del FIT-Unidad como la nuestra. También muy lamentable la posición del PTS.
No mientan: no es un acto funcional al PJ
Como reacción a la evidente instalación del acto unitario en Plaza de Mayo y para intentar confundir en algunos lugares, estas corrientes sectarias dicen que es un acto funcional al PJ. Falso. Es un acto de unidad en la diversidad, construido desde la mayoría del Encuentro, acordado con la mesa de organismos tradicionales, alrededor de un programa correcto y claramente contra el gobierno de Milei. Y manteniendo la independencia política, ya que todos los sectores que marchamos a la Plaza participamos de la elaboración, suscribimos y difundimos el documento propio del EMVyJ. Y se trata de una política contraria a la del PJ y los sectores que, en años anteriores, siempre actuaron para dividir la plaza. Esta vez, también por la profunda crisis interna que atraviesa, no pudo imponer la división y un acto donde levante a CFK y otros candidatos al servicio de hacer campaña electoral.
Por el contrario, los sectores rupturistas que no van al acto unitario, son funcionales a Milei, al negarse a sumar más fuerza para golpear juntos al liberfacho. El sectarismo, siempre termina en oportunismo.
El MST no duda: con la mayoría del EMVyJ a la Plaza de Mayo
La división de las marchas del 24 de marzo, desde hace casi 20 años, no fue positiva. De hecho, no la provocamos los que nos reagrupamos en el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia desde entonces, sino la política de estatización-cooptación ejercida desde el poder en aquel momento. El EMVyJ es una conquista positiva, que impulsamos, animamos y sostuvimos antes y ahora. Pero no celebramos que los 24 sean divididos y siempre peleamos por mantenerlos independientes del poder político y el Estado, obviamente. Por eso, que bajo un gobierno ultra-reaccionario, con políticas fascistoides, podamos costurar un acuerdo de unidad sin perder nuestra independencia como Encuentro, lo consideramos una victoria política contundente. No verlo es simplemente miopía incurable o un sectarismo nocivo. El activismo que enfrenta a Milei, los colectivos que vienen peleando por juicio y castigo, por la memoria de ayer y las injusticias de hoy, está feliz con la determinación que tomamos decenas de organizaciones del EMVyJ. Es categórico el dato. Y ese activo no se confunde con las responsabilidades que tiene el peronismo que gobernó y fracasó, abriéndole camino al experimento siniestro que gobierna, ni tampoco tiene dudas sobre el rol de la burocracia sindical o de los gobernadores que transan con Milei y su pandilla. Renunciar a construir una Plaza unitaria desde nuestras propias banderas es, sí, efectivamente regalarles la iniciativa a quienes en política tenemos que superar. Pero la lógica de la cerrazón sectaria, de la especulación de última hora, de la autoproclamación y el conservadurismo desgraciadamente expresado por partidos como PO-PTS en esta oportunidad, es la misma que viene limitando a la izquierda anticapitalista y socialista poder construir más allá de lo electoral una alternativa política de peso real para superar todo lo que fracasó y abrir camino a un gobierno de los que nunca gobernamos en este país: los trabajadores y la izquierda. Por lo pronto, este 24 de marzo, recogemos el legado político de Norita Cortiñas, eso que repetía una y otra vez: unidos, pero no revueltos.