domingo, 30 marzo, 2025
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La larga agonía de Diego Maradona

Si algo le faltaba al mito maradoniano es una trama macabra asociada a los últimos momentos de su vida. El deceso del jugador más importante de la historia argentina tuvo su cuota de espanto. El juicio que busca determinar las responsabilidades penales por el deceso del excapitán del seleccionado, comienza a ofrecer revelaciones escalofriantes. Antes de despedirse del mundo, el corazón de Diego Armando Maradona se había deformado completamente por un exceso de grasa, al punto de pesar 503 gramos, el doble de lo admitido. En su abdomen se habían acumulado tres litros de agua. Para los fiscales Patricio Ferrari y Cosme Iribarren se trata de indicios inequívocos de que el extinto astro tuvo una larga y penosa agonía hasta fallecer el 25 de noviembre de 2020, en plena pandemia.

Por primera vez se expusieron ante el tribunal detalles de la autopsia que le practicaron de inmediato. Las conclusiones las ofrecieron Carlos Mauricio Cassinelli, el entonces director de Medicina Legal de la Superintendencia de Policía Científica; y Federico Corasaniti, jefe de la División Morgue de la localidad bonaerense de San Isidro, dos de los cinco peritos que realizaron y firmaron el informe del análisis realizado sobre el cuerpo.

Maradona encontró la muerte en una casa alquilada de El Tigre, al norte de la capital argentina, donde supuestamente recibía atención médica acorde a una internación hospitalaria. El informe oficial consignó en su momento que el fallecimiento obedeció a una «insuficiencia cardíaca congestiva agudizada y una miocardiopatía dilatada».

El juicio que se le sigue por homicidio con dolo al neurocirujano Leopoldo Luque, el psiquiatra Agustina Cosachov, el psicoanalista Carlos Díaz, Nancy Forlini, el médico clínico, Pedro Di Spagna, la doctora y coordinadora de la empresa de salud privada Swiss Medical, el coordinador de los enfermeros, Mariano Perroni, y los enfermeros Ricardo Almirón y Dahiana Madrid, comenzó el 11 de marzo. Las jornadas judiciales siguieron un ritmo previsible con la presentación de informes y testigos. Pero este jueves ocurrió algo distinto, al punto de que Jana Maradona, una de las últimas hijas reconocidas por el hombre al que llamaban Dios, no pudo tolerar las imágenes que exponían los fiscales y abandonó la sala al borde de la descompensación emocional.

«El examen empezó por la cabeza. Tenía la masa encefálica muy congestiva, edematosa, a causa de agua. Pesaba más de lo que pesa un cerebro normal. Luego el cuello: en las cavidades pleurales encontramos líquido, medio litro aproximado en cada uno. Es decir, que los pulmones estaban bien turgentes, con peso aumentado. Estaban llenos de agua«, dijo Cassinelli. Esto pudo obedecer a la miocarditis y también la cirrosis que Maradona padecía. Sin embargo, la cantidad de líquido acumulada «no se pudo haber formado de un día para el otro».

La muerte pudo ser evitada

Tanto los fiscales como las hijas e hijos de Diego están convencidos de que el destino fatal pudo haberse evitado y que la negligencia de quienes supuestamente lo cuidaban aceleraron un desenlace que era temido por la sociedad. Maradona vivió sus últimos días en una situación de «desamparo» y a la deriva. La parte acusadora reclama penas a los acusados que van de los ocho a los 25 años, según la responsabilidad en el hecho que en su momento estremeció al país y al mundo entero.

El final del exastro se aceleró a partir del momento en que fue sometido a una cirugía craneal por un hematoma. Luque se encargó de hacerla y recomendó una internación que se llevó a cabo en la periferia bonaerense en medio de negligencias que provocan estupor a medida que se revelan. «Maradona no habría tenido controles por lo menos a partir de las 00:30 del 25 de noviembre. Podría haber estado 12 horas en agonía», remarcó Cassinelli. «No era un paciente para estar en un domicilio. Para tratarlo habría que internarlo».

A la par de este proceso, la jueza María Rita Acosta interrogará en breve a dos de las hermanas del «Diez» y a su exabogado Matías Morla en el marco de la causa que comenzó por la denuncia de Dalma y Giannina, las dos primeras hijas del exfutbolista, en torno al uso, control y usufructo de las marcas relacionadas a su figura.

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