Buenos Aires. Luego de una reunión que duró prácticamente toda la tarde del jueves, ayer los residentes del Hospital Garrahan de Buenos Aires, ante la falta de respuesta del Ministerio de Salud, ratificaron las medidas de fuerza, y la reacción del Gobierno fue endurecer la postura. Advirtieron que les descontarán los días de huelga a los médicos en formación que protesten; que los echarán si superan los cinco días de ausencia y deslizaron, en una suerte de amenaza, que está en riesgo su aprobación como especialistas, en caso de que continúen con las protestas.
Ayer, los residentes del Garrahan desoyeron el pedido del Gobierno para que suspendan las medidas de fuerza por 48 horas para llegar a un acuerdo. “Seguiremos firmes”: dijeron en un acto frente al centro de salud. «La decisión de continuar con las medidas de fuerza se basa en la falta de propuestas concretas y la experiencia con acuerdos incumplidos“, explicaron. E hicieron referencia a un aumento que el exministro de Salud, Mario Russo firmó el año pasado y dio de baja horas más tarde.
Poco después, en Salud dijeron a Infobae que, en caso de que siga el conflicto, se van a descontar los días que se pare. Y advirtieron que en caso de que las faltas acumuladas lleguen a cinco, los médicos “quedarían automáticamente desafectados, como sucede con cualquier empleado de la Administración Pública Nacional”.
Además, les avisaron a los residentes que, ante las reiteradas ausencias, “están frente al peligro de perder o desaprobar la residencia, lo que extendería su colación final como profesional”.
“Los residentes son profesionales en formación, y este gobierno quiere profesionales formados para potenciar al país. Necesitamos que los residentes se formen y haya cada vez más profesionales”, argumentaron en la administración libertaria. Pero demoraron cualquier respuesta concreta sobre una recomposición de los ingresos, a pesar de que sus altos funcionarios reconocieron públicamente en los últimos días que los salarios de los residentes son extremadamente bajos e insuficientes, incluso en comparación con la Provincia y la Ciudad. “Se está trabajando en opciones para acercar el ingreso de los residentes del Garrahan a los de CABA”, dijeron, apenas, en Salud.
También insistieron con dos conceptos que ya habían manifestado: propusieron crear una mesa de dialogo con reuniones periódicas (la novedad es que querrían que ocurran cada 15 días) y aseguraron que “todo ahorro que se genere de la eficiencia del hospital irá al personal sanitario equipo de Salud”. En este último punto, incorporaron una salvedad: informaron que parte de los fondos que se generen estarán destinados al incremento en la cantidad de camas. “Es un centro de referencia de la región y se debe continuar potenciando”, argumentaron.
Para Milei, son “ñoquis”
El endurecimiento de la postura se informó poco después de que Milei asociara el conflicto en el hospital pediátrico, directamente, con la existencia de “ñoquis” en los hospitales. En una entrevista por el streaming Neura, más temprano, en la línea que había marcado ayer su vocero, Manuel Adorni, el Presidente ninguneó los reclamos de los trabajadores de la salud al reducirlos a un tema de exceso de empleados públicos.
“La situación la han politizado. ¿Estamos de acuerdo que es un tema delicado? Estamos de acuerdo también que los recursos son escasos, a pesar de que se les ha girado una cantidad récord de recursos y mucho más que el comparativo. Ahora, ¿usted está de acuerdo con que haya ñoquis que le filtre los recursos a gente que no trabaja? Empleados administrativos dibujados por el kirchnerismo», expresó Milei.
La postura de ATE
Antes, como otros delegados que trabajan en el hospital, Alejandro Lipcovich, trabajador del hospital y secretario general de la Junta Interna de ATE dijo que las cifras que da el Gobierno son imprecisas: “El personal asistencial es el 70%. No solo médicos, hay enfermeras, bioquímicos, farmacéuticos y muchos trabajos necesarios, como la esterilización”, sostuvo.