miércoles, 11 junio, 2025
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Tablas de Daimiel: exigen medidas urgentes para un parque nacional en estado crítico

Las principales organizaciones conservacionistas en España –Ecologistas en Acción, SEO/BirdLife y WWF– han alzado la voz con contundencia para exigir una intervención estructural y urgente ante el deterioro sostenido del parque nacional de las Tablas de Daimiel. A pesar de las lluvias de esta primavera, que ofrecen una imagen engañosamente favorable del humedal, su situación ecológica dista mucho de la que la legislación nacional exige para este tipo de espacios naturales protegidos.

El manifiesto conjunto alerta de que las propuestas coyunturales planteadas hasta la fecha no solo son insuficientes, sino que podrían agravar la situación e impedir la formulación de un verdadero Marco de Actuaciones Prioritarias que revierta el declive del parque.

Las propuestas planteadas hasta la fecha no solo son insuficientes, sino que podrían agravar la situación, según tres grandes organizaciones ecologistas

Las entidades firmantes ya han elevado esta preocupación al Consejo de la Red de Parques Nacionales, acompañándola de una propuesta de medidas urgentes para preservar la viabilidad ecológica del enclave.

El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, ubicado en la provincia de Ciudad Real, fue declarado en 1973, y posteriormente reconocido como Reserva de la Biosfera en 1981, Humedal de Importancia Internacional por el Convenio de Ramsar en 1982, y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) en 1988.

Este enclave natural, de 3.030 hectáreas, constituye el último ejemplo vivo del ecosistema de tablas fluviales, producto del desbordamiento de los ríos Guadiana y Gigüela en un terreno de escasa pendiente.

Parques nacional de las Tablas de Daimiel. / Pixabay

El estado actual del parque está muy lejos de responder a los estándares definidos por la Ley de Parques Nacionales, pues establece que estos espacios deben estar poco transformados por la acción humana, poseer alto valor ecológico y cultural, y ser de interés general del Estado. Las Tablas de Daimiel, advierten las organizaciones ecologistas, no cumplen hoy con estos requisitos.

La sobreexplotación del acuífero 23

Entre los síntomas de deterioro figuran la desaparición de hábitats acuáticos clave, como las plantas masiega y ovas, el colapso de las turberas, la alteración severa de las comunidades de aves acuáticas y la escasez de aportes hídricos naturales. A finales de 2024, apenas 25 hectáreas del humedal permanecían inundadas, frente a las más de 1.700 que deberían estar cubiertas de agua de manera permanente.

Las ONGs identifican la causa principal de esta degradación: la sobreexplotación del acuífero 23, en la zona de la Mancha Occidental, de la que depende el régimen hídrico natural del parque. Según su diagnóstico, si no se revierte esta tendencia mediante políticas estructurales, las Tablas de Daimiel acabarán por perder su integridad ecológica y, con ello, su razón de ser como parque nacional.

«La recuperación del régimen hídrico natural es inaplazable si se pretende garantizar la viabilidad del humedal a largo plazo», alertan. En este contexto, proponen tres medidas «urgentes e imprescindibles»:

  1. Reducción sustancial del regadío en la zona que rodea el parque, tanto en superficie como en volumen de agua consumida. Esta medida permitiría recuperar los caudales del Alto Guadiana y restablecer los niveles freáticos del acuífero. Las organizaciones demandan que esta actuación se materialice mediante un plan de reconversión agrícola de la Junta de Castilla-La Mancha.
  2. Clausura sistemática de pozos ilegales y extracciones no autorizadas, responsabilidad que recae en la Confederación Hidrográfica del Guadiana y la Fiscalía General del Estado. «Es imprescindible para terminar con el expolio del acuífero que debería nutrir las Tablas de Daimiel y que está en el epicentro del robo del agua en España», señalan.
  3. Rechazo a soluciones artificiales y estructuralmente insostenibles, como dragados, trasvases o la profundización de la cubeta del humedal. Estas intervenciones, denuncian, no solo son contrarias a la legislación vigente, sino que perpetúan la transformación artificial del sistema en lugar de solucionar el problema de raíz.

Imagen de una zona del parque nacional de la sTablas de Daimiel, totalmente seca. / WWF

Las entidades firmantes exigen que cualquier ‘Marco de Actuaciones Prioritarias’ se fundamente en criterios técnicos, científicos y legales, evitando repetir errores del pasado o adoptar soluciones meramente cosméticas. En este sentido, advierten que antes de destinar más recursos públicos a la recuperación del parque, debe existir un compromiso político real para una transformación profunda en la gestión agrícola e hídrica de la zona.

Por una intervención «estructural»

«El parque no puede seguir dependiendo de aportes de agua artificiales ni de medidas paliativas; requiere una intervención estructural que aborde el problema desde su origen», subrayaron las ONGs, que reparten responsabilidades entre el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, encargado de velar por la red de parques nacionales y la política del agua, y la Junta de Castilla-La Mancha, a la que acusan de haber promovido durante décadas una política agraria insostenible basada en la expansión del regadío intensivo.

«La restauración del parque nacional debe abordarse desde la raíz, con rigor técnico-científico, base legal y una clara voluntad política«, sostienen Ecologistas en Acción, SEO/BirdLife y WWF-España.

Desde 1990, el humedal figura en la Lista Montreux del Convenio Ramsar, que agrupa a los sitios con problemas de conservación graves. Más de tres décadas después, las causas que justificaron su inclusión no solo persisten, sino que se han agravado. La falta de adaptación a los efectos del cambio climático y la presión sobre el recurso hídrico amenazan con colapsar definitivamente el sistema ecológico del parque.

Un sector del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel (Ciudad Real). / EFE / Jesús Monroy

Según las organizaciones ecologistas, esta es «la última oportunidad para salvar el parque nacional de las Tablas de Daimiel». Si no se actúa con decisión, «las administraciones deberán explicar a la ciudadanía que renuncian a conservar este parque nacional y que apuestan por convertirlo en un parque natural devaluado o incluso en un parque temático de la naturaleza, sin función ecológica real», advierten.

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