Aunque pueda parecer que siempre estuvo ahí la tasa de alcoholemia y las multas que acarrea su incumplimiento son herramientas relativamente recientes, pero fundamentales, para reducir los accidentes de tráfico en las carreteras españolas. A través de las últimas décadas, la concienciación ciudadana y la legislación han trabajado juntas para combatir el alcohol al volante como uno de los grandes enemigos de la seguridad vial.
Ahora la Dirección General de Tráfico ha dado un paso más y se avecina un cambio importante que afectará directamente a todos los conductores del país: la modificación del límite legal de alcohol permitido. Si finalmente se aprueba en el Congreso, se reducirá la tasa máxima de alcoholemia hasta niveles nunca antes vistos en España.
Qué está permitido ahora y qué sanciones conlleva
A día de hoy el límite general de alcohol permitido para conductores en España se sitúa en 0,25 miligramos por litro en aire espirado. Si hablamos en términos de concentración en sangre, eso equivale aproximadamente a 0,5 gramos por litro. Para conductores noveles o profesionales, este límite ya es menor: 0,15 mg/l en aire espirado.
Superar esa cifra conlleva sanciones económicas que oscilan entre los 500 y los 1.000 euros, además de la pérdida de hasta seis puntos del carnet. Pero si la tasa alcanza o supera los 0,6 miligramos, la infracción ya se convierte en un delito penal, con penas de cárcel de tres a seis meses, trabajos en beneficio de la comunidad o la suspensión del carnet de conducir entre uno y cuatro años.
Lo que viene: un nuevo límite de 0,1 miligramos
El Ministerio del Interior junto con la DGT, ha propuesto una nueva reducción de este límite: 0,1 miligramos por litro en aire espirado, o lo que es lo mismo, 0,2 gramos por litro en sangre. Esta medida ya ha sido tomada en consideración por el Congreso con 177 votos a favor, 32 en contra y 135 abstenciones, y se encuentra actualmente en fase de tramitación parlamentaria.
Por qué se quiere bajar este límite
Entre 2018 y 2022 los accidentes relacionados con el alcohol aumentaron un preocupante 20,3%. Solo en 2024, en la Comunidad de Madrid, se realizaron más de 110.000 controles de alcoholemia, y 3.000 dieron positivo. En ese mismo periodo se impusieron 5.700 denuncias, la mayoría por superar la tasa vigente de 0,25 mg/l.
Por si estos datos no fueran suficientes, países como Suecia y Noruega, que implantaron este mismo límite de 0,1 mg/l en 1990, tienen hoy en día algunos de los mejores datos de siniestralidad en Europa: 21 y 22 fallecidos por millón de habitantes respectivamente, frente a los 36–37 de España o los 46 de media europea.
Según el informe elaborado por el Instituto Universitario de Investigación en Tráfico y Seguridad Vial (INTRAS) de la Universidad de Valencia, la estrategia también incluye más controles de alcoholemia y drogas, especialmente en zonas urbanas, con una planificación aleatoria y visible. Se plantea aplicar doble prueba de alcohol y drogas, sancionar el policonsumo y reforzar la educación vial en autoescuelas y programas para conductores reincidentes.
Como expresó el director general de Tráfico, Pere Navarro el objetivo es responder a una demanda creciente por parte de la sociedad:»Antes incluso de llegar al Congresob ya recibíamos numerosas peticiones para reducir el límite, incluso hacia una tasa cero».
`Por otra parte la tasa de cero alcohol puede parecer la opción más lógica y segura, pero según la propia DGT no es viable porque existen alimentos, medicamentos o incluso bebidas etiquetadas como «sin alcohol» que pueden contener trazas suficientes para dar un falso positivo en los controles, lo que haría muy complicado aplicar esta tasa de manera justa y efectiva.