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Es un modelo diseñado para romper defensas aéreas y atacar objetivos enterrados a gran profundidad, como la central de Fordow.
21 de junio de 2025, 22:19
Los aviones bombarderos que se emplearon para atacar las tres centrales nucleares iraníes son B2 estadounidenses.
Estos bombardeos son los únicos capaces de transportar bombas 13.600 kilos, la GBU-57 Massive Ordnance Penetrator, llamadas antibúnkers.
Se considera que son los más efectivos para atacar fortalezas como la de Fordow, enterrada bajo 80 metros de roca y protegida por poderosos misiles.
En los últimos días, Estados Unidos estuvo movilizando aviones militares y buques de guerra dentro y alrededor de Medio Oriente para proteger a Israel y las bases estadounidenses de los ataques iraníes.
Se calcula que cada B-2 vale unos 1.100 millones de dólares. Su diseño en forma de ala triangular le permite atravesar los sistemas de defensa aérea más densos y realizar ataques específico sin ser detectado.
Los B-2 son tripulados por sol dos personas, ya que poseen un alto nivel de automatización de sus funciones.
Su autonomía de vuelo supera los 11 mil kilómetros, lo que le permite ir y venir desde bases lejanas con mucha facilidad.
Si bien esta en servicio desde fines de los años 1990, sigue siendo una de las naves de guerra más poderosas del planeta. Fue probado con éxito en combates en Kosovo, Afganistán, Irak y Libia.