‘DOOM’, uno de los títulos más populares del segmento del ocio electrónico, regresa a Super Nintendo con una edición física completamente revisada a cargo de Limited Run Games y el programador original del port, Randal Linden. El nuevo cartucho será plenamente compatible con hardware original y aprovecha mejoras técnicas que, en palabras de Linden, logran «trucos visuales imposibles» en una consola de 16 bits.
Nuevos niveles y vibración
La nueva edición incluye los cuatro episodios clásicos de la campaña, “Thy Flesh Consumed” incluido, y recupera cinco niveles inéditos que nunca llegaron a publicarse en el lanzamiento de 1995. Entre las novedades, la dificultad “Pesadilla” introduce reaparición de enemigos y se suman mejoras en los controles como el circle-strafing y sprites translúcidos para espectros, además de un sistema de códigos que facilita acceder a cualquier fase.
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Otra de las novedades es la vibración en Super Nintendo, una función inédita para la consola. El nuevo mando SNES Rumble, (disponible por separado por 34,99 dólares), permite sentir las vibraciones en partidas de ‘DOOM’ y, gracias a su diseño de código abierto, otros desarrolladores y modders podrán implementarla en futuros proyectos o revisiones de juegos clásicos para la plataforma.
Las reservas abren el 11 de julio y las unidades serán muy limitadas. Se podrá elegir entre la versión estándar, que incluye cartucho, caja retro, póster y manual impreso (99,99 dólares), y la edición de coleccionista, limitada a 666 copias, con cartucho de detalles metálicos y caja premium (174,99 dólares). Ninguna edición incluye el mando especial, que se vende por separado.
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De nuevo en la carrera
Limited Run Games señala que, tras los incidentes recientes en la fabricación de cartuchos para consolas clásicas, se han renovado todos sus protocolos de seguridad. En modelos anteriores, algunos cartuchos podrían provocar fallos o incluso daños en el hardware original, por lo que se han rediseñado los componentes electrónicos, realizado pruebas adicionales y ajustado la producción para garantizar la máxima compatibilidad con consolas Super Nintendo reales. El objetivo es evitar cualquier problema detectado en lotes previos y ofrecer una experiencia fiable tanto para coleccionistas como para quienes decidan jugar el cartucho en hardware original.