Un nuevo estudio ha descubierto que un virus común, y que hasta ahora se consideraba inofensivo, podría estar relacionado con la enfermedad de Parkinson. Se trata del pegivirus humano: los científicos lo hallaron en la mitad de los cerebros de pacientes de párkinson sometidos a autopsia. Sin embargo, no lo encontraron en ninguno de los cerebros de personas sanas. La investigación, publicada el martes en la revista médica ‘JCI Insight’, ahonda en la conexión, cada vez más estudiada, entre ciertos virus y enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer, la ELA y el propio párkinson.
El estudio, cuya primera firmante es Barbara A. Hanson, investigadora en neurología de la Universidad Northwestern de Chicago (EEUU), se basó en un novedoso sistema de análisis basado en secuenciación metagenómica llamado ViroFind, que permite detectar en muestras clínicas todos los virus que se sabe que infectan a los humanos. El estudio fue diseñado para caracterizar el viroma completo en cerebros con párkinson y los posibles mecanismos asociados con la neurodegeneración. Para ello utilizaron ViroFind en muestras de cerebro post mortem de 10 pacientes con párkinson y 14 del grupo de control no afectados por la enfermedad y coincidentes por edad y sexo. «Identificamos pegivirus humano en 5 de 10 (50%) cerebros con párkinson, lo que sugiere una asociación con el párkinson», señalan los científicos en el estudio.
El pegivirus humano, anteriormente conocido como virus de la hepatitis G, es un virus ARN muy extendido que infecta a los humanos y no suele causar enfermedades graves. Se transmite por contacto sanguíneo, sexual y de madre a hijo, y puede establecer infecciones persistentes. Aunque casi siempre es asintomático, se ha asociado con un mayor riesgo de linfoma –especialmente del tipo ‘no Hodgkin’– y encefalitis.
A common virus once thought harmless to humans might be linked to Parkinson’s disease, a new study says. The germ, Human Pegivirus (HPgV), was found in half the autopsied brains of patients with Parkinson’s, but not in any brains from healthy people. 1/ pic.twitter.com/rLTBmVo5wi
— Vipin M. Vashishtha (@vipintukur) July 9, 2025
«Es una infección común y asintomática que previamente no se conocía que afectara frecuentemente al cerebro. Los investigadores se sorprendieron al encontrarla con tanta frecuencia en el cerebro de pacientes con párkinson, pero no en el grupo control«, ha comentado en su cuenta de X el pediatra y experto en vacunas Vipin M. Vashishtha. Para este científico, estos hallazgos sugieren que el pegivirus, «que se creía inofensivo», podría influir en el desarrollo del párkinson, «especialmente en personas con ciertos antecedentes genéticos».
El párkinson genético solo constituye un porcentaje reducido de pacientes, por lo que se cree que es preciso que factores ambientales interactúen en pacientes predispuestos para desencadenar la enfermedad. Desde la epidemia de encefalitis letárgica (en la que se basó la película ‘Despertares’, de 1990, con Robert De Niro y Robin Williams), que algunos investigadores vincularon a la pandemia de gripe de 1918, se han barajado varios virus como posibles factores causales o desencadenantes del párkinson.
Como recuerdan en un artículo en ‘The Conversation’ los científicos Isidoro Martínez y Salvador Resino, del Instituto de Salud Carlos III, las dolencias neurodegenerativas «se caracterizan por la pérdida progresiva de neuronas, lo que provoca deterioro cognitivo, problemas motores y, finalmente, la muerte. Aunque el envejecimiento, la genética y los factores ambientales contribuyen a generarlas, las infecciones virales podrían desempeñar un papel importante en su desarrollo. Esto sugiere que los virus no solo son invasores temporales, sino que también pueden provocar daño neurológico a largo plazo«.
Una de las relaciones entre virus y enfermedad neurológicas más afianzadas por la evidencia científica es la que vincula el virus de Epstein-Barr, que provoca la mononucleosis vírica, con la esclerosis múltiple. Se considera que tener ese virus, extendido por el 90 por ciento de la población y que se establece de forma persistente y latente en el organismo, es una condición necesaria aunque no suficiente para desarrollar esa enfermedad neurológica autoinmune.
Otros estudios han vinculado el alzhéimer con otros herpesvirus, capaces de establecer infecciones persistentes, como el virus del herpes simple tipo 1 (que provoca herpes labial) y el del herpes zóster (que causa la culebrilla).
Otro estudio asocia el virus del covid con el alzhéimer
Otro estudio reciente, publicado el pasado 4 de julio en la revista ‘Science Advances’, ha hallado que el SARS-CoV-2, el coronavirus que provoca el covid, induce la acumulación patológica del péptido beta-amiloide, el problema que se considera origen del alzhéimer.El descubrimiento lo han realizado investigadores del Departamento de Oftalmología de la Universidad de Yale (EEUU). Utilizaron explantos y organoides –modelos de tejido y células elaborados en laboratorio para estudiar enfermedades– de retinas humanas.Aunque no se conoce con certeza qué provoca los agregados de placas amiloides que producen el alzhéimer, cada vez cuenta con más respaldo la hipótesis antimicrobiana, según la cual esas acumulaciones de beta-amiloide capturan los microbios –virus o bacterias–, actuando así como una respuesta inmunitaria innata a infecciones patógenas. Esto podría explicar los efectos neurológicos del covid.
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