La humita es de esos platos que uno puede comer sin parar. Su sabor cálido, su textura cremosa y el aroma del choclo recién cocido nos conectan con una tradición que atraviesa siglos. Más que una comida, la humita es parte viva de la cultura gastronómica de América Latina, con raíces que se remontan a las comunidades precolombinas que veneraban al maíz como un alimento sagrado.
Origen e historia de la humita
La palabra “humita” proviene del quechua humint’a, y tiene variantes según la región: en Perú y Bolivia se la conoce como humita o huminta; en Venezuela como hallaca, hallaquita o bollo; y en Centroamérica como tamal. Incluso en Ecuador, aunque predomina el nombre humita, en algunas zonas también se la llama “chumal”.
Este plato, hecho a base de granos de maíz rallados o triturados, fue transmitido de generación en generación como una preparación nutritiva, sencilla y versátil. En su versión tradicional, suele envolverse en hojas de maíz, aunque también puede servirse en cazuela. En Argentina, sobre todo en el noroeste, es habitual disfrutarla tanto en preparaciones dulces como saladas, acompañando un mate o como plato principal.
Ingredientes para una humita salada casera
- 4 choclos
- 1 cebolla
- ½ morrón verde
- ½ morrón rojo
- 1 cebolla de verdeo
- ½ vaso de leche
- 150 g de queso cremoso
- Sal, pimienta, pimentón y comino a gusto
- Aceite de oliva
Cómo hacer humita paso a paso
Preparar las verduras: picar los morrones, la cebolla y la parte blanca de la cebolla de verdeo (reservar lo verde para el final). Rehogar en una olla con aceite de oliva caliente durante 8 minutos a fuego bajo. Salpimentar.
Rallar los choclos: con la parte gruesa del rallador, rallar los granos y reservar.
Unir ingredientes: agregar el choclo rallado a la olla con las verduras. Condimentar con pimentón y apenas un toque de comino. Cocinar a fuego bajo durante unos 13 minutos. Si la mezcla se seca demasiado, sumar un chorrito de leche.
Finalizar: cuando la preparación esté cocida y con textura cremosa, apagar el fuego e incorporar el queso cremoso en cubos pequeños para que se derrita con el calor. Agregar la parte verde del verdeo picada, mezclar y servir caliente.
Podés acompañar esta humita con pan casero, una ensalada fresca o disfrutarla sola. También queda deliciosa si la servís dentro de una hoja de maíz o zapallo.
La humita: más que una receta, una herencia cultural
Según registros históricos, la humita forma parte del amplio recetario amerindio que también incluye otras preparaciones a base de maíz como los tamales, bollos y hallacas. Su expansión por distintos países tiene que ver con la importancia agrícola y simbólica del maíz en toda América.
Como señala el chef ecuatoriano Gino Molinari, la riqueza de estas recetas proviene del mestizaje: “Toda América es un mestizaje. No tenemos un plato cien por ciento puro, sino mezclas que nos definen culturalmente”.