Toyota sorprendió al propietario de una Tundra 2007 con un obsequio poco común: una unidad completamente nueva en reemplazo de su camioneta, que había alcanzado los 1,6 millones de kilómetros. El vehículo pertenecía a Víctor Sheppard, quien adquirió la pick-up fabricada en Texas y la mantuvo en servicio durante nueve años siguiendo estrictamente el plan de mantenimiento oficial.
En ese tiempo, el cliente acudió 117 veces al concesionario para revisiones, cambios de aceite y sustitución de la correa de distribución según lo establecido. La Tundra conservaba su motor, transmisión y pintura originales, con apenas algunas abolladuras menores y los asientos intactos.
Ron Weimer, gerente general de Greg Leblanc Toyota, resaltó la constancia del dueño y la durabilidad del modelo: “Muchos no creen que gran parte de la camioneta sea original”. Al conocer el caso, la marca solicitó examinarla y, tras desmontarla, los ingenieros confirmaron que incluso los cilindros mantenían las marcas de fábrica.
Toyota propuso exhibir la unidad en su museo como ejemplo de fiabilidad. Sheppard aceptó el intercambio y recibió la última generación de la Tundra. Según relató, intentará alcanzar nuevamente el millón de millas recorridas: “Si ves un Toyota detenido a un costado de la carretera, probablemente sea una estafa… porque no suelen romperse”, comentó en tono de broma.