Que el futuro de la automoción a corto plazo está en los coches eléctricos parece cada vez más una certeza. La proliferación de unos modelos baratos -con el desembarco de las marcas chinas como principal muestra reciente- necesarios para llegar a la población mayoritaria está obligando a los fabricantes tradicionales a mover sus fichas con celeridad -y, sobre todo, astucia- para no quedarse fuera de la competición. Una carrera en la que Ford ha dado esta misma semana su enésimo volantazo con el anuncio de una plataforma universal para poder fabricar vehículos a pilas en Estados Unidos.
Con ella, la firma del óvalo pretende sacar modelos con una premisa: que sean -según destacó este pasado lunes su CEO, Jim Farley- «asequibles» a la vez que «innovadores». Una apuesta que iniciarán con el lanzamiento en 2027 de una camioneta cuyo importe de venta rondará los 30.000 dólares (25.878 euros), pero que abre la puerta a modelos de otras características y segmentos con precios asumibles para fuera y dentro del país norteamericano.
4.300 millones de euros de inversión
En concreto, este movimiento se produce exactamente un año después de que la firma estadounidense se viera obligada a cancelar el SUV eléctrico de tres filas que estaba preparando. O lo que es lo mismo, desde que diera por perdido un tipo de vehículo grande -que en palabras de Farley «no había manera de que alguna vez cumpliera con nuestro requisito de que sea rentable producirlo»- para centrarse ahora en modelos más económicos como han hecho otros competidores como Volkswagen.
El CEO de Ford, Jim Farley, esta semana en la planta de la marca en Louisville (Kentucky). / AP/Darron Cummings
En el caso de la marca de Detroit, esta inversión anunciada ascenderá hasta los 5.000 millones de dólares (unos 4.308 millones de euros) que se dividirán entre los 2.000 millones de dólares destinados a la instalación de esta nueva plataforma en la planta de montaje que ya tiene la compañía en Louisville (Kentucky) y los 3.000 que ya avanzó para su factoría de baterías Blueoval Battery Park situada en el estado de Michigan, donde hará celdas de fosfato de hierro y litio (LFP por sus siglas en ingles).
Menores costes
Asimismo, según ha defendido el máximo dirigente de la compañía americana esta semana, la optimización de la producción será notable. Por ejemplo, prevé bajar en un 20 % el volumen de piezas necesarias en comparación a un coche convencional, además de rebajar en un 40 % las estaciones de trabajo utilizadas en la fabricación y reducir el tiempo de ensamblaje en un 15 %. Unas acciones en busca de rebajar costes con la que, también, prevé que se reduzcan los precios. Tanto es así que Farley, incluso, ha comparado este nuevo rumbo con el impacto que generó el Model T de Ford, un coche que a inicios del siglo pasado marcó un antes y un después para el mundo del automóvil al ser el primero que se fabricó en masa. «Ahora inauguramos el siguiente capítulo con la Plataforma Universal Eléctrica de Ford: una nueva idea para una nueva era», incidió al respecto el consejero delegado en referencia a ese nuevo viraje estratégico en busca de coches de masas.
Una apuesta, llevada a cabo además en Estados Unidos cuando la marca se enfrenta a los aranceles que el presidente Donald Trump quiere fijar para la industria del automóvil que produzca fuera del país, que podría replicarse en otros enclaves donde la firma del óvalo está sufriendo más en ventas. Entre ellos, en una Europa en la que, sin ir más lejos, la planta de Almussafes está a la espera de que el próximo otoño la compañía les dé, por fin, todos los detalles sobre su futuro vehículo multienergía del que en un inicio se iban a hacer 300.000 vehículos anuales y ahora las estimaciones del sector estiman que se queden más cerca de las 200.000 unidades. Y es que a pesar de que todos los indicios apuntan a que la idea es traer a la factoría valenciana un modelo de proporciones grandes como podría ser un Bronco con tecnología híbrida, la aparición de esta nueva plataforma abre la puerta también a que Almussafes pueda beneficiarse a futuro de esta nueva inversión.
Un coche en producción en Ford Almussafes, en una imagen de archivo. / Perales Iborra
Almussafes, la única sin novedades
De hecho, cuando en 2023 Ford decidió no seguir adelante con los planes de electificación de la fábrica valenciana -decantándose posteriormente por ese multienergía- comunicó que no cancelaba sino que «aplazaba» la producción eléctrica en Almussafes. De ahí que esta nueva apuesta por coches más económicos pueda ser una opción en el horizonte. No en vano, de las tres plantas que Ford tiene en Europa, Almussafes es la única cuyos próximos pasos tienen aún lagunas.
Mientras en Colonia (Alemania) la marca ya fabrica vehículos como el Explorer y el Capri -con ventas menores de las esperadas que han obligado a reducir producciones y bajar precios- y en Craiova (Rumanía) produce tanto el Puma eléctrico como las furgonetas E-Transit Courier y E-Tourneo Courier, en Almussafes solo resiste un Kuga híbrido del que apenas han salido poco más de 60.000 vehículos hasta finales de julio, lo que ha provocado que se tenga que poner en marcha un ERTE RED que durará hasta 2027 ante la falta de carga de trabajo para casi un millar de trabajadores. Habrá que ver, por tanto, si la nueva plataforma abre una nueva vía de producción futura para la factoría valenciana.
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