Con una batería de estrategias, el equipo económico apunta a conseguir que el dólar se quede prácticamente quieto hasta las elecciones, con el primer gran test electoral que será el próximo domingo en las urnas bonaerenses. Desde este lunes, rige la nueva suba de encajes anunciada por el Banco Central la semana pasada y en la City creen que el Gobierno hará todo para «blindar» al tipo de cambio y evitar saltos indeseados antes de los comicios, aunque no descartan tensiones.
A fuerza de mayores controles a los bancos, ventas en el mercado de futuros, tasas al alza e intervenciones en el mercado de pesos, el Gobierno consiguió que el tipo de cambio bajase 2,2% en agosto en el mercado mayorista. Sin embargo, con una artillería de herramientas aplicadas a lograr una relativa «pax cambiaria» en la previa electoral, el viernes el dólar pegó un salto en los bancos y terminó en $1360, un 7% por debajo del «techo» de la banda de flotación.
Ahora, la apuesta es que el apretón monetario aplicado el mes pasado y que se profundizará durante septiembre, haga efecto en una economía donde la demanda de dólares permanece alta, por factores estacionales y por la incertidumbre que genera la previa electoral. Justamente esto último conspira contra el plan económico: la semana pasada, el escándalo por las posibles coimas en la ANDIS preocupó al Gobierno y el riesgo país volvió a escalar por encima de los 800 puntos.
«El escenario político y la expectativa electoral de la Provincia de Buenos Aires nuevamente ponen un escenario complejo para el dólar, donde a la menor oferta estacional se adiciona la cobertura ante la incertidumbre», comentó Sebastián Menescaldi, de EcoGo, quien agregó: «Eso puede generar nuevas presiones cambiarias en la semana».
En esta misma línea, Martín Polo, de Cohen, señaló: «La semana pasada, el mercado se mostró un poco preocupado por el resultado de las elecciones bonaerenses y cómo eso puede impactar en el mapa político para el Gobierno. Eso le sumará más presión a un frente cambiario que ya viene muy tensionado». Polo a su vez explicó: «Si bien en agosto fue mucho más tranquilo que lo que fue julio, fue gracias a una fuerte suba de tasas. De esta manera, fue costoso haberlo hecho».
Después de la última licitación de deuda del Tesoro, las tasas de Lecap se ubicaron en torno a los 4,3% de tasa efectiva mensual, casi el doble del rendimiento que ofrecían hasta el desarme de las LEFI, a mediados de julio pasado. «El costo de fondeo se encarece a medida que crece la necesidad de garantizar la renovación de la deuda en pesos», destacaron en GMA Capital.
Con un mercado tensionado, el pulso de la semana va a estar marcado por las señales de los posibles resultados que puedan arrojar las encuestas. «Como favorable, la plaza se encuentra «seca» en pesos, con lo cual las presiones podrían ser menores», destacó Menescaldi. Desde este lunes, comienzan a regir los encajes del 53,5% diarios para los bancos que anunció el Central el lunes pasado, por lo que el apretón monetario se sentirá con más fuerza.
«Toda la política monetaria y cambiaria está orientada a que no haya sobresaltos con el dólar. La pregunta creo que no es tanto el nivel, sino el costo para mantenerlo en este nivel en torno a 1.300 / 1.350 hasta las elecciones», aseguró Milagros Gismondi, de Invecq.
Señaló también: «Por el momento lo que se observa es una política monetaria contractiva, que está teniendo su correlato en tasas de interés reales muy altas, que no son compatibles con el crecimiento económico. O lo mismo la operatoria de futuros, en algún momento es costosa».
La semana pasada, se negociaron US$ 2.500 millones en el mercado de futuros «un nivel que triplica el movimiento habitual de un mercado que en períodos de calma opera menos de US$1.000 millones», según destacaron en la consultora GMA Capital. El interés abierto en este segmento quedó al borde de los US$ 8.000 millones, máximos en la gestión de Milei y a un paso de lo que se había registrado en este mercado en la previa de las elecciones presidenciales de 2023. En la consultora estimaron que el Central tendría una posición vendedora cercana a los US$ 6.000 millones.
En el mercado esperan que el equipo económico refuerce su estrategia en la previa y anticipan que el resultado electoral puede descomprimir o presionar más al frente cambiario. «Pronóstico reservado», resumió un analista.