domingo, 7 septiembre, 2025
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Márquez: «La época de puerta grande o enfermería ya paso»

Ya nadie duda en el Mundial, en el mundo, entre los expertos, entre los aficionados, entre los fans que el mejor Marc Márquez (Ducati) de todos los tiempos ha regresado. No solo porque domina el campeonato de MotoGP con mano firme y camina hacia su noveno título mundial con enorme determinación, sino porque las sensaciones que emanan de su explosivo estilo de pilotaje empiezan a ser ya idénticas a aquellas que admiraron al mundo, no solo en su debut, en 2013, entre los reyes sino en los títulos conquistados de forma arrolladora en 2014 y 2019.

Hay situaciones ‘marca de la casa’ que, ahora, podemos utilizarlas, sin miedo a equivocarnos, que demuestran que el Márquez 2.0 de la actualidad, de este portentoso 2025, es ya el de aquellos años de gloria. Por ejemplo, han vuelto las salvadas, una maniobra, una magia, una acción claramente ‘made in MM93’. Nadie, absolutamente nadie, es capaz de levantar la moto con su rodilla, culo o codo como el ocho veces campeón del mundo.

“Cumplidos los 30, toca correr de otra manera aunque, lógicamente, ya sabéis que mi ADN siempre mantiene esa pasión por tratar de conseguir lo imposible».

Marc Márquez

— Piloto del equipo Lenovo Ducati

Ayer, en el Circuit de Barcelona-Catalunya, ocurrió hasta dos veces, en la ‘quali’ y en la carrera al ‘sprint’. Cierto, fueron en dos curvas de derechas, pero sucedieron. La segunda salvada, cuando ya se había puesto líder tras la caída imprevista de su hermano Àlex, fue la que le hizo exclamar al final que “nunca, jamás, puedes cantar victoria, pues hoy (por ayer) estuve a punto de irme al suelo, pero la salvé de milagro”.

Aquel Jerez de 2022

Y, cuando Marc habla de milagro, a muchos les viene a la cabeza, por ejemplo, la salvada de Jerez-2022 cuando estaba de regreso. Aquel día, peleando por el podio, por la tercera plaza, con Jack Miller y Aleix Espargaró, el mayor de los Márquez levantó la moto milagrosamente, también en una curva de izquierdas. Fue cuando dijo “Jerez me ha levantado la moto, me ha cogido con pinzas y mantenido en el aire para que no me cayese”.

Marc acabó, finalmente, cuarto, pero muy, muy, animado. Fue cuando le preguntaron si esa salvada significaba que ya estaba del todo recuperado. “Estamos en ello, sí, pero la acción milagrosa se ha producido en una curva de izquierdas, cuando hagamos algo así en una curva de derechas (el húmero fracturado, el húmero operado, el húmero recuperado es el derecho), será el momento de decir que hemos dado ya un paso definitivo en el aspecto físico”.

Marc Márquez celebró ayer, en Montmeló, la conquista del título de constructores con todo Ducati. / ALEJANDRO CERESUELA

Las dos salvadas de ayer fueron, en efecto, de izquierdas, pero la sensación de que, cualquier día de estos, MM93 protagonizará una salvada de derechas, está a punto de producirse, pese a que el muchacho de Cervera (Lleida) insiste, una y otra vez, que su estilo de pilotaje no está ya en la línea del que le convirtió en invencible, en ‘ET’, en el ‘canibal’ cuando pilotaba la salvaje Honda RC213V.

Tras su sorprendente, sorpresivo e inesperado triunfo de ayer en la prueba al ‘sprint’ del GP de Catalunya (“no me tocaba ganar, debía ganar Àlex, pues está haciendo un espectacular fin de semana”), le preguntamos si hoy (14.00 horas, DAZN) iba a correr en el más puro estilo de ‘puerta grande o enfermería’ para conseguir los puntos suficientes como para tener su primera pelota de partido en Misano, la próxima semana, el campeonísimo catalán negó la mayor.

El mayor de los Márquez descarta mantener, hoy, un pique, un duelo, innecesario con su hermano Àlex, sobre todo en pistas como el Circuit donde el ‘Pistolas’ se ha mostrado más rápido que él.

“La época, la era, de ‘puerta grande o enfermería’ ya pasó, ya no está en mi cabeza, ya no toca”, comentó Marc con una amplia sonrisa en su rostro. “Cumplidos los 30, toca correr de otra manera aunque, lógicamente, ya sabéis que mi ADN siempre mantiene esa pasión por tratar de conseguir lo imposible. En ese sentido, ahora ya no entra en mi cabeza, por ejemplo, entrar en un pique, en una pelea absurda, con Àlex. Y menos, mucho menos, en un circuito como este donde él vuela y es más rápido que yo”.

Márquez insistió que, a menudo, lo imposible se hace posible porque no piensas en eso. Es su famosa frase de “todo es posible, nada es seguro”. “Intento mantener la misma concentración de siempre, la misma intensidad de siempre y aprender de los errores, especialmente de las caídas de este año en Austin (EEUU) y Jerez, que me siguen doliendo”.

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