Pocas bebidas generan tanta pasión y debate en Argentina como el fernet con coca. Este trago, que a primera vista parece una simple mezcla de un licor amargo de origen italiano y una popular gaseosa estadounidense, es en realidad un auténtico símbolo de la cultura y la noche argentina, con raíces profundamente arraigadas en la Provincia de Córdoba.
Si bien el fernet, una bebida a base de hierbas creada en Milán en 1845 como tónico digestivo, llegó a Argentina con la gran ola de inmigrantes italianos a fines del siglo XIX, su maridaje con la Coca-Cola no es una tradición europea, sino una alquimia 100% argentina, más específicamente cordobesa. La historia de este cóctel, hoy reconocido incluso como un trago oficial de la Asociación Internacional de Bartenders (IBA) bajo el nombre de «Fernandito», está envuelta en versiones que se cruzan.
La leyenda del Negro Becerra en Cruz del Eje
La versión más difundida y celebrada, particularmente en el interior de Córdoba, señala como cuna de esta combinación a la ciudad de Cruz del Eje a mediados de la década de 1970. El protagonista de esta historia es Oscar «El Negro» Becerra, un reconocido músico baterista de la «bohemia» cordobesa de la época, amigo íntimo del cantante Jairo.
Según relatan varios testimonios, entre ellos el del humorista Luis «Cacho» Buenaventura, Becerra solía consumir ginebra, hasta que un médico le aconsejó buscar una alternativa menos perjudicial para su salud. El amargo fernet, que en aquel entonces se tomaba puro o con soda como digestivo, no le resultaba agradable. La experimentación lo llevó a mezclarlo con la gaseosa cola, dando con la fórmula mágica. La anécdota cuenta que Becerra compartió su «descubrimiento» en bares de la zona, como el mítico El Chuscha o el Bar Premier de Cruz del Eje, extendiendo la costumbre entre sus amigos y conocidos hasta convertirlo en el trago de moda en la provincia.
¿San Francisco también reclama la autoría?
Aunque Cruz del Eje tiene el relato más documentado y emotivo, existen otras versiones que sitúan el origen en la ciudad de San Francisco, en el este cordobés, donde también se habría popularizado el consumo de la mezcla en locales nocturnos.
Lo cierto es que, más allá de la ubicación exacta, Córdoba se erigió como el epicentro de la popularización, adoptando el fernet con coca no solo como una bebida, sino como un elemento de identidad cultural.
Un fenómeno que trascendió fronteras
El fenómeno creció de boca en boca, especialmente entre los jóvenes. El alto contenido alcohólico, disimulado por el dulzor de la gaseosa, y su bajo costo lo convirtieron en el compañero infaltable en asados, previas y boliches. La masividad de este consumo no pasó desapercibida para la principal marca de fernet en el país, que reconoció el auge y convirtió a la Argentina en el único lugar del mundo fuera de Italia donde produce su licor y en el mayor consumidor global.