Argentinos Juniors es finalista de la Copa Argentina por primera vez en su historia. El Bicho le dio vuelta el marcador a Belgrano de Córdoba en el Gigante de Arroyito, lo venció por 2-1 y accedió al partido decisivo del torneo. Jugará contra el ganador del encuentro entre River e Independiente Rivadavia, de Mendoza, que jugarán este viernes en Córdoba. Lucas Zelarayan había puesto en ventaja al Pirata en el primer tiempo con un golazo, pero Hernán López Muñoz y Tomás Molina, de penal, le dieron el triunfo a los de La Paternal.
Argentinos y Belgrano se pegaron más de lo que jugaron durante la primera media hora de la semifinal de la Copa Argentina. No había pasado nada en el partido, salvo una patada de un lado, y un choque del otro. Un par de amarillas. Pero ninguna jugada asociada salvo una trepada por la banda derecha de Lozano que no llegó a concretar por el otro costado Porcel.
Pero a los 35 minutos apareció el argentino-armenio Lucas Zelarayán para destrabar el encuentro y desbloquear el resultado. Tomó un rebote tras un rechazo en el área del Bicho, la pelota le quedó larga y, sobre la marca de Porcel, sacó un derechazo furibundo. El balón rebotó en el hombre de Argentinos, hizo una parábola rapidísima y se incrustó en el arco de Romero. “Chiquito” sólo atinó a lamentarse, acurrucado en su red. El “Chino” del Pirata hizo un gol de otro partido y lo festejó de cara a su gente.
Ese tanto despertó al Bicho. Respondió Lescano con un tiro libre desde el patio de su casa. Lejos del área, el capitán del Bicho acarició la pelota y la estrelló en el ángulo. Cardozo, el arquero charrúa de Belgrano, hacía vista. Hubiera sido un golazo. Pero Argentinos siguió plantado en campo rival y López Muñoz ensayó un monólogo. Primero, con un pase flotado para Porcel, que intentó buscar a Molina en lugar de definir. Luego, el ex Godoy Cruz tiró la pelota para un lado, la buscó por el otro y, mano a mano con Cardozo, definió por arriba del travesaño.
El gen del primer tiempo fue la intensidad. Belgrano y Argentino disputaron cada pelota, dejaron la piel y no escatimaron piernas fuertes. Falcón Pérez, el árbitro, debió mostrar varias tarjetas amarillas (cuatro en total: tres en Belgrano y uno en Argentinos) para bajar los decibeles del partido. Pese a ser un encuentro entre dos equipos de primera, en un estadio de primera, y con un monitor de VAR al costado del campo, no hay asistencia tecnológica. Y los futbolistas, entonces, se toman ciertas licencias.
En ese intercambio de energía, Argentinos rara vez pudo prevalecer. Lo hizo cuando López Muñoz, su futbolista más claro, encontró la pelota, recostado sobre la banda derecha. Su sociedad con Lozano, el lateral por ese costado, le redituó mucho más al equipo dirigido por Nicolás Diez que la banda izquierda, allí donde se movieron Sebastián Prieto y Diego Porcel.
Belgrano jugó a lo suyo: de estilo mucho más directo y un fútbol menos elaborado, encontró el gol en un centro que Argentinos despejó hacia el medio y propició el disparo de Zelarayán que se transformó en el 1-0 parcial con el que ambos equipos se fueron al vestuario.
Argentinos volvió a la cancha revitalizado. Parado más adelante en la cancha, se llevó por delante a Belgrano. De tanto ir en busca del empate en esos primeros minutos, el Bicho lo encontró gracias a su mejor jugador: Hernán López Muñoz. Fue tras una pared entre Porcel y Fattori. El primero remató, Cardozo dio rebote y el sobrino de Diego Armando Maradona definió a placer para poner justicia en el marcador.
A los 18 minutos, y mientras el Pirata seguía groggy, Cardozo salvó a los suyos luego de que Molina habilitara de cabeza al propio López Muñoz. Como un arquero de handball, achicó muy rápido y sostuvo a Belgrano, que no reaccionaba. Siete minutos después, Fattori volvió a hacer de las suyas y dejó solo frente al arco de Belgrano a Francisco Álvarez. El defensor central, en pleno ataque, falló una chance de oro.
Y Argentinos siguió. Giaccone cabeceó un centro de Lescano, quien se sacó un rival de encima en una baldosa. Y Cardozo volvió a responder. El propio capitán del Bicho fue protagonista de la jugada siguiente: lo sujetó Heredia en las narices de Falcón Pérez, el ex Gimnasia se dejó caer y el árbitro marcó hacia el punto del penal. Se hizo cargo Tomás Molina y el máximo anotador de la Copa Argentina (5 tantos) no falló. El Bicho le daba vuelta el partido al Pirata. Y era justo.
No hubo tiempo para más. Argentinos festejó el pasaje a la final de la Copa Argentina luego de un gran segundo tiempo, en el que incluso pudo haber anotado un gol más. Ahora espera por River o Independiente Rivadavia, de Mendoza.
