jueves, 6 noviembre, 2025
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El arquitecto carlospacense Felipe Mancini y el proyecto que conquistó Europa

Un grupo de jóvenes arquitectos argentinos, entre ellos el carlospacense Felipe Mancini, ganaron un concurso internacional de arquitectura en Europa. Su propuesta, titulada “Una escuela en un oasis urbano”, obtuvo el primer premio en el “International Competition for the Conceptual Architectural Design of the Second High School Building in Podgorica, Montenegro”, una distinción que reconoce tanto el talento creativo como el compromiso ambiental del equipo.

El proyecto fue desarrollado por Colectivo Red, un grupo de arquitectos recientemente egresados de la Universidad Nacional de Córdoba (FAUD) Felipe Mancini (Villa Carlos Paz), Jorge Barucco (Neuquén), Santiago Espeche (Santiago del Estero), Lucas Martínez Arancibia (San Luis) y Lautaro Merlo (Alta Gracia) que entiende la arquitectura como una herramienta para repensar la relación entre ciudad, paisaje y comunidad.

La propuesta premiada redefine la noción de escuela contemporánea, no se trata solo de un edificio donde se aprende, sino de un organismo vivo que integra educación, deporte y naturaleza. Concebida como un “oasis urbano”, la nueva escuela secundaria de Podgorica busca reconectar cuerpo y mente en un entorno saturado de estímulos digitales.

“El diseño nace de una necesidad muy actual, volver a conectar el aprendizaje con el movimiento, con el aire, con la experiencia directa del entorno”, explica Mancini en diálogo con este medio. “Queríamos que el edificio se comporte como un organismo que se adapta, respira y acompaña los ritmos naturales de quienes lo habitan”.

El proyecto propone una arquitectura abierta, permeable y sensible al clima local, donde los patios, los vacíos interiores y el uso de vegetación autóctona favorecen la relación entre interior y exterior. Su cubierta verde cumple múltiples funciones: es una pista deportiva con vistas panorámicas, capta agua de lluvia, alberga paneles solares y se transforma en un espacio público elevado, disponible para la comunidad.

Inspirado en el concepto de “tercer paisaje” del paisajista francés Gilles Clément, el diseño incorpora los vacíos urbanos y los bordes naturales como espacios de regeneración ambiental y social.

En lugar de imponer una estructura sobre el territorio, el edificio dialoga con el paisaje, promoviendo la biodiversidad y la interacción entre arquitectura y naturaleza.

“El paisaje no es solo el contexto, sino también el maestro”, resume Mancini. “Queríamos que los estudiantes aprendan dentro y fuera del aula, entendiendo el entorno como una extensión del conocimiento”.

La escuela funciona como un centro cívico abierto a la comunidad, con una cancha en la terraza que, de día, sirve para las clases de educación física y, de noche, se convierte en espacio social y cultural.

El edificio se organiza en torno a un buffer térmico, un corredor que actúa como regulador ambiental: acumula calor en invierno y ventila naturalmente en verano, reduciendo el consumo energético.

La estructura combina hormigón y acero con una envolvente metálica liviana que mejora el rendimiento térmico y permite una flexibilidad programática a futuro. Cada material fue elegido por su durabilidad, bajo mantenimiento y potencial de adaptación, apuntando a una arquitectura sustentable y perdurable.

De Carlos Paz al mundo

A sus 24 años, Felipe Mancini encarna una generación de arquitectos formados en Córdoba pero con mirada global. “Nos apasiona el trabajo colectivo. Creemos que los concursos son la forma más transparente y democrática de construir ciudad”.

El joven profesional, egresado del Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) de Villa Carlos Paz, también guarda en su portafolio un proyecto de gran valor local: una tesis sobre el Lago San Roque, donde propone un humedal urbano y un parque de mitigación ambiental. “Es un proyecto que me gustaría retomar confiesa, porque conecta con la misma idea de fondo, devolverle protagonismo a la naturaleza dentro de la ciudad”.

Una nueva generación de arquitectos

Colectivo Red, más que un estudio, es una red de afinidades y reflexiones. Sus integrantes conciben la arquitectura como un acto de diálogo con la comunidad, con el paisaje, con el tiempo “Queremos construir desde el pensamiento crítico, con conciencia ambiental y social”, sostiene Mancini.

El reconocimiento en Montenegro no es solo un premio, sino una señal del valor de las ideas jóvenes y del talento que emerge desde el interior del país. Desde un pequeño grupo de amigos en Córdoba hasta la escena internacional, su historia demuestra que la arquitectura puede ser también una forma de esperanza, una manera de imaginar un futuro más equilibrado entre ciudad y naturaleza.

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