La Justicia de Córdoba, a través del Juzgado de Control y Faltas N.º 3, condenó a F. J. R. a tres años de prisión efectiva por extorsión, coacción reiterada y lesiones leves.
Según se conoció, el hombre le exigía 15.000 dólares a la víctima, G. R., para no mostrarle a su esposa y a compañeros de trabajo imágenes de encuentros sexuales que decía tener en su poder.
Las amenazas se hicieron por Telegram, donde usaba un perfil oculto y activaba mensajes que se autodestruían en pocos segundos para borrar las pruebas. El pedido de dinero no se concretó porque la víctima no pagó.
La Fiscalía de Cibercrimen, a cargo de Franco Pilnik, sostuvo que el acusado también hostigó y vigiló al damnificado, generándole estrés postraumático por la violencia psicológica ejercida.
En su fallo, el juez Pablo Agustín Cafferata remarcó que el imputado mostró una “capacidad delictiva específica” al utilizar medios telemáticos difíciles de rastrear. Consideró además que la pena acordada en el juicio abreviado es razonable y se ajusta al Código Penal.
