domingo, 29 diciembre, 2024
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«Repetir un año es el primer escalón hacia el abandono»

«Desde hace décadas está más que cuestionado el sentido pedagógico de la repitencia y las estadísticas muestran que repetir un año es el primer escalón hacia el abandono«, sostuvieron en diálogo con Página 12 especialistas en educación, tras el anuncio del gobierno bonaerense sobre la reforma que implementará en el régimen de acreditación en las escuelas secundarias a partir de 2025. Destacan la eliminación del «requisito absurdo» de recursar materias ya aprobadas que, aseguran, funciona al día de hoy como una «amenaza» a modo de «sanción punitiva«. 

Vicedecana de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UBA, la doctora en Educación Graciela Morgade considera que la reforma anunciada este jueves constituye una «enorme innovación» que «trasciende y mucho a la cuestión de repetir o no repetir el año completo». «Es importantísimo eliminar el requisito absurdo de volver a cursar materias ya aprobadas cuando se desaprobó sólo algunas, pero creo que se está proponiendo, por fin, un régimen similar al de la educación superior, en que se cursa por materia», sostiene.

En efecto, ese es uno de los argumentos que sostiene a las modificaciones en la acreditación anunciadas por la Dirección General de Cultura y Educación provincial, a cargo de Alberto Sileoni: ir hacia un sistema en el que sólo se recursen o «intensifiquen» las materias desaprobadas, tal como ocurre en los niveles superiores. La reforma prevé que ya no se repitan los conocidos como «años – curso«, sino las materias específicas que el alumno no logre acreditar. Si el estudiante tiene hasta cuatro asignaturas «pendientes», las rendirá en períodos de «intensificación» distribuidos en paralelo a la cursada; si supera las cuatro, las restantes deberá recursarlas de forma independiente. 

Bárbara Briscioli y Ariel Zysman, ambos investigadores de la FFyL destacan en este sentido que la reforma no implica solamente una modificación en el sistema de repitencia sino, en paralelo, la implementación de «opciones institucionales» para los estudiantes a la hora de volver a trabajar los contenidos que no pudieron acreditar.  «Aprobar una materia, aprobar un año, será entonces producto del trabajo de enseñar y aprender, mas no de la sanción punitiva de repetir en bloque incluso aquello que sí se aprendió y ya fue acreditado», señala Briscioli, también doctora en Educación y docente de la facultad. 

Los especialistas se refieren a los nuevos dispositivos previstos en la reforma con el objetivo de acompañar las trayectorias en el marco de los procesos de «intensificación». Un ejemplo es la creación del denominado Equipo de Definición de las Trayectorias Educativas (EDTE), que trabajará en los colegios o la ampliación de los módulos del Programa Especial para el Fortalecimiento de las Trayectorias Educativas (Forte), que se creó precisamente para acompañar a aquellos estudiantes que aún no habían acreditado sus materias. También se anunció la implementación de un tramo de inicio acompañado en el primer año de la secundaria para trabajar la adaptación del pasaje desde la primaria.

«La vieja y remanida repitencia ha demostrado no funcionar como solución a un problema estructural de este nivel educativo. Desde hace varias décadas está más que cuestionado su sentido pedagógico, y más aún, las estadísticas muestran que repetir un año académico es el primer escalón hacia el abandono de la escuela», agrega Zysman, que considera al cambio en el régimen académico como «una buena noticia» para «garantizar la escolarización secundaria«. 

El investigador y docente, exdirector nacional de inclusión educativa y exdirector provincial de educación secundaria, subraya, además, que el nuevo régimen se orienta más hacia una pregunta sobre la promoción y acreditación «enfocada en cómo lograr los aprendizajes en los tiempos escolares previstos y, cuando no sea posible, en buscar propuestas de enseñanza alternativas y de seguimiento y evaluación para lograrlo». 

Para Morgade, en tanto, la reacción que generó el anuncio provincial en algunos sectores tiene que ver con concepciones que entienden que «la rigidez del horario, del ‘año-curso’, o de la posibilidad de ‘repetir’ como amenaza no debe modificarse«. «Son las reglas que han venido organizando a la escuela secundaria y hoy, según la Unesco, Argentina es el país de la región de mayor porcentaje de estudiantes secundarios que repiten de año. No estaría resultando, ¿no?», se pregunta la vicedecana de Filosofía y Letras.

Los especialistas recuerdan, además, que la Provincia no es la primera jurisdicción en introducir cambios de este tipo, ya que otros lugares del país también fueron modificando el régimen de repitencia en los últimos años. «La Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, aprobó en 2022 un nuevo régimen académico, que ya se encuentra en vigencia, y que también prevé la promoción con cuatro materias pendientes de aprobación, la unidad pedagógica del primer y segundo año, y diversas estrategias para acompañar las trayectorias educativas y garantizar los aprendizajes esperados», remarca Briscioli.

«El régimen aprobado ahora también recupera la experiencia de las escuelas que a partir de la pandemia por covid 19 se vieron en la necesidad de realizar modificaciones para adaptarse a la nueva realidad», agrega, por su parte, Zysman, hoy coordinador del Área Interdisciplinaria de Formación Docente de la FFyL. «Busca acompañar las trayectorias de las y los estudiantes, otorgando centralidad a la enseñanza, y fundamentalmente al promover mayor tiempo para el aprendizaje. De esta manera se conjuga un calendario de al menos 190 días de clase con la necesidad de fortalecer las horas de clase todos los días«, concluye. 

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