Tras el triunfo de la Selección ante Chile, el capitán del equipo, Lionel Messi, habló de su lesión en el aductor derecho que generó preocupación y contestó con total sinceridad cuando le preguntaron cómo está. “Qué sé yo, hay que ver”, respondió ante la consulta. Este miércoles, le realizarán estudios médicos.
“Espero que la molestia no sea nada grave. Pude terminar jugando, así que espero que no sea nada grave”, completó, aunque luego admitió que el malestar le jugó en contra y -según remarcó- no pudo tener su ritmo habitual.
“Me costó moverme con soltura, pasaba más por eso que por el dolor en sí. En la primera jugada me tiró el aductor, no sentí un pinchazo ni nada, pero se me puso duro y me costaba moverme con libertad. Me sentía un poco molesto”, reconoció.
Además de la dolencia, el 10 habló del encuentro que le permitió al seleccionado la clasificación a los cuartos de final de la Copa América y consideró que las dificultades con las que se encontraron fueron acorde a las expectativas que tenían en la previa del inicio del juego, el segundo del torneo después de la victoria conseguida el jueves contra Canadá.
“Chile se jugaba lo suyo, era el partido que esperábamos. A veces, la cancha hace que tengamos que tardar un tiempo más y eso favorece a los contrarios. Para jugar contra equipos sudamericanos en este tipo de competiciones hay que resolver el partido de alguna manera”, enfatizó y expresó una vez más la confianza que tiene en sus compañeros.
“Este grupo te empuja a jugar con tranquilidad, con la idea de seguir intentándolo. No tenemos que renunciar a nuestro juego, hoy pudimos sacarlo adelante y entrar en la clasificación”, remarcó.
La primera situación que dejó en evidencia la molestia que afectó a la Pulga se produjo a los 23 minutos del primer tiempo, cuando hizo un gesto de dolor por un problema en la pierna, específicamente, una molestia en el aductor, donde el “10″ recibió frío para calmar el dolor. En más de una oportunidad, el médico de los campeones del mundo, Daniel Martínez, le hizo masajes al rosarino para aliviar el malestar.
En el segundo tiempo, Messi no mostró signos de lesión ni desgaste físico. Tampoco miró hacia el banco de suplentes. No pareció haber rastros de aquella molestia por la que debió ser atendido en la primera parte.
Este miércoles, el equipo conducido por Lionel Scaloni viajará a Miami, donde el sábado enfrentará a Perú en el último encuentro por la fase de grupos. Durante el transcurso de la jornada, se confirmará si los estudios médicos que le harán al capitán para saber cuál es el grado de la lesión que lo afecta serán en New Jersey o en el próximo destino que alojará a los campeones de Qatar.
LA NACION