En su visita a La Rural el viernes pasado, Mauricio Macri fue muy claro cuando declaró, para despejar cualquier tipo de dudas, «no pertenezco al Gobierno». La frase responde a la estrategia que viene diseñando el ex presidente en torno a su relación con Javier Milei, marcando distancia pero a la vez resaltando los puntos comunes de la gestión libertaria con el manual del PRO que conduce.
Este jueves, en La Boca, Macri realizará un acto en el que relanzará el partido a nivel nacional junto a gobernadores, intendentes, diputados y demás autoridades. Y en el que dejará claro que no existe ninguna posibilidad de absorberse como espacio dentro de La Libertad Avanza, más allá de respaldar en términos generales la política económica de Milei.
Se espera que concurran unas 600 personas que fueron invitadas a la cita, en la que predominarán los dirigentes leales al ex presidente y en la que no estarán, pese a que se les cursara la participación, ni Horacio Rodríguez Larreta ni Patricia Bullrich, los dos candidatos del PRO en la PASO presidencial del año pasado, enfrentados actualmente con Macri, pero también entre ellos mismos.
Cómo será el acto del «nuevo PRO»
El acto está previsto para las 17, pero se puede demorar un tiempo más. Constará de tres paneles diferentes: el primero sobre nuevos liderazgos, el segundo mostrará la mirada federal de los gobernadores del PRO y el tercero, cerca de las 19.30, tendrá a Mauricio Macri como orador central, en un discurso que viene elaborando desde la semana pasada, cuando tras regresar de Europa, se reunió con su mesa chica dentro del partido, en un encuentro vía Zoom.
En el auditorio de La Boca donde hablará, se espera un lugar especial en el primer panel para dos dirigentes que hoy son del riñón más estrecho de Macri, ambos jóvenes pero con experiencia al frente de intendencias. Uno será Martín Yeza, ex jefe comunal de Pinamar y actual diputado, que desde principios de julio conduce la Asamblea del PRO; la otra, Soledad Martínez, la actual intendenta de Vicente López, y muy cercana al jefe de Gobierno porteño Jorge Macri, además de ser la actual vicepresidenta del partido a nivel nacional y también en la provincia de Buenos Aires.
Después será el turno, en tándem, de los tres jefes provinciales que tiene el PRO en sus filas: Rogelio Frigerio, por Entre Ríos, Ignacio Torres, por Chubut, y Jorge Macri, por la Ciudad. Mauricio Macri ve en ellos espadas políticas que son clave en el armado federal de la fuerza de cara a las legislativas de 2025, y que le dan al PRO además fuerza propia en relación a los libertarios, que manejan Casa Rosada pero no tienen representantes ni en intendencias ni en gobernaciones.
Cuando hable Macri, se espera un discurso de menos de media hora, que potencie al PRO como partido después de la experiencia fallida de 2023, pero también que haya referencias a la gestión actual de Milei, respaldando todo lo vinculado a políticas que apunten a desburocratizar el Estado y a desregular diferentes sectores de la economía, pero esbozando críticas por comportamientos del Presidente y sus funcionarios que Macri no comparte desde lo institucional: ataques a periodistas, por ejemplo, más la postulación de Ariel Lijo como juez de la Corte Suprema y el proyecto de bajar a 13 años la edad de imputabilidad. Es decir, no sólo habrá cuestionamientos a los «modos» de Milei, sino también a algunos aspectos puntuales de la gestión.
Aun sin estar confirmado que vayan a hablar, Macri les dará un espacio especial en el acto a dirigentes de peso que lo vienen acompañando en esta nueva etapa al frente de la conducción del partido. El caso más emblemático es el de María Eugenia Vidal, la ex gobernadora de la provincia de Buenos Aires, actual titular de la Fundación Pensar, el think tank del PRO; el otro es el de Cristian Ritondo, jefe de la bancada amarilla en la Cámara de Diputados y armador fundamental en el Congreso para Macri.
Vidal, también diputada, viene trabajando fuerte en lo que tiene que ver con la visibilización de proyectos legislativos que le den una impronta propia al PRO. El primer paso en esa búsqueda lo dio la semana pasada, cuando junto a «Nacho» Torres, en Chubut, presentaron iniciativas relacionadas con la enseñanza de temas como programación, robótica y operación de Inteligencia Artificial.
Dos invitados que no irán a La Boca
Si bien desde el PRO aseguran haber cursado las invitaciones a todos los integrantes del partido, ni Patricia Bullrich ni Horacio Rodríguez Larreta estarán en La Boca. La relación entre Bullrich y Macri está rota desde hace tiempo, a partir de una serie de críticas públicas que la ministra de Seguridad le hizo al ex presidente y después de que todo el bullrichismo se retirara de la Asamblea partidaria en la que se designó a Yeza en desacuerdo con esa decisión. Macri cree que Patricia pega abajo del cinturón y no respetó ningún tipo de códigos dentro de un vínculo construido hace muchos años.
Con Larreta la situación es diferente. Dialogaron hasta hace poco tiempo, intercambiando mensajes de Whatsapp, más allá de tener profundas diferencias en cuanto a lo que tiene que ver con la identidad del PRO. La relación es de respeto mutuo, si bien la semana pasada se resintió después de que Jorge Macri, aliado de su primo Mauricio, advirtiera que iba a hacer una investigación sobre la forma en que se licitó el contrato de las grúas en la Ciudad, en la gestión de Larreta, y que derivó en un conflicto por la recolección de basura con el sindicato de Camioneros.
«Horacio no va a ir porque no forma parte hoy de la conducción del PRO. No está de acuerdo con entregarle el partido a Milei y entiende que, con matices, Mauricio y Patricia van por ese camino», es la postura que transmiten cerca de Larreta desde hace tiempo, más allá de el aparente intento de Macri de tomar distancia con Milei.
La Ciudad, precisamente, fue un eje que el ex presidente utilizó para marcarles el terreno a los libertarios, cuando salió vía Twitter a reclamar porque Milei cumpla el fallo de la Corte Suprema y le devuelva los recursos por coparticipación que le corresponden. Semanas después, Luis Caputo le confirmó a Jorge Macri que aceptarán transferir el 2,95% de goteo mensual a las arcas porteñas.
Mauricio Macri tomó ese gesto como un triunfo propio, al igual que el mensaje en el que el Presidente le pidió que le sugiriera un reemplazante al eyectado Julio Garro en la subsecretaría de Deportes. Diógenes de Urquiza, amigo de Macri, fue la respuesta a ese pedido, que le aseguró al PRO mantener una silla dentro del Gobierno al que Macri, públicamente, dice no pertenecer.