Estilo. Elegancia. Inteligencia. Plasticidad. Todo lo que le falta a Boca, lo tiene Edinson Roberto Cavani. El goleador de las causas urgentes. El sexto artillero en el nivel mundial, que volvió a enseñar el camino para un nuevo triunfo del equipo xeneize. Con su tanto, que él mismo generó, y goles de Miguel Merentiel y Jabes Saralegui, el conjunto dirigido por Diego Martínez venció a Banfield en un compromiso pendiente de la fecha 7, sumó su primera victoria en la Liga Profesional desde la reanudación y se ubicó a 6 puntos del líder, Huracán, ahora con la misma cantidad de partidos. Lejos de la cima. Lejos del fútbol que pretende el DT. Pero con un Cavani intratable que marcó su 16º tanto en 19 presencias y, a 365 días de su llegada, armó su fiesta en la Bombonera.
Héroe de la clasificación copera frente a Independiente del Valle, titular pese a la molestia muscular que lo aqueja desde el inicio de este semestre y lo obliga muchas veces a jugar con lo justo, el uruguayo condujo a Boca a una victoria justa pero ajustada, que sirve para volver a escalar posiciones en la tabla y llegar de la mejor manera posible a la serie con Cruzeiro por la Copa Sudamericana, de mediados de agosto.
Para Boca y para Martínez ya no había margen de error. Sobre todo, en casa, donde el DT se mantiene invicto y el equipo no pierde desde octubre pasado, hace ya 14 partidos. Y aunque el fútbol no apareció, Boca sí contó con un Cavani inmaculado que abrió el juego con una definición fuoriclasse, propia de los mejores tiempos del Matador.
Parado de 9, Edinson recibió un centro a media altura desde la derecha presionado por dos hombres del Taladro. El goleador de Boca en el ciclo de Martínez ni siquiera precisó emplear el físico para generarse el espacio, arquear el cuerpo y sacar una volea furibunda que dejó sin respuesta al arquero Facundo Sanguinetti. Exactamente un año atrás, más de 50.000 hinchas de Boca habían ocupado la Bombonera para darle la bienvenida al ex delantero de PSG y Manchester United. Este miércoles, el público disfrutó de uno de los goles más lindos del uruguayo con la camiseta azul y oro. Un gol como de otro tiempo. Como de otro Boca.
Desde que volvió el fútbol, Martínez utilizó tres esquemas y cinco formaciones. Entre lesiones, suspensiones, convocados a los Juegos Olímpicos y refuerzos inhabilitados por impericia administrativa, el entrenador debió armar un 11 de emergencia en cada uno de los partidos que afrontó. En este caso, las novedades fueron la inclusión en la mitad de la cancha de Agustín Martegani, que, recién llegado de San Lorenzo, practicó el lunes y el martes con el resto del plantel y este miércoles debutó en el inicio del encuentro, y la titularidad en la posición de enganche de Exequiel Zeballos, que no actuaba a partir del principio de un partido desde septiembre pasado, antes de la rotura de ligamentos. Pero Changuito no estuvo en su noche y Boca volvió a extrañar a los citados a la selección olímpica (Cristian Medina, Ezequiel Fernández, Kevin Zenón). Y necesitó que sus propios delanteros se inventaran las chances de gol.
Primero fue Cavani, con el más festejado de la noche. Y luego, su compatriota Merentiel, tras un insólito pase atrás del ex boquense Gabriel Aranda (en préstamo en el Taladro hasta diciembre, con opción de compra), que en su intento de habilitar al arquero no hizo más que asistir a la Bestia para el 2-0. Un resultado amplio para un desarrollo en el que Boca prácticamente no desperdició situaciones, y en el que Banfield, con muy poco, apenas si inquietó a Sergio Romero con centros desde los costados y remates de media distancia. El visitante pateó una sola vez a los palos en 95 minutos y acumuló su tercer partido sin triunfos desde la llegada del DT uruguayo Gustavo Munúa.
Con el triunfo en el bolsillo, Martínez dio descanso a Cavani (ovacionado antes, durante y después del juego) y rodaje a dos refuerzos, Milton Giménez y Brian Aguirre, pensando en lo que viene. La mala para el conjunto xeneize fue una nueva lesión de Marcos Rojo, que dejó la cancha en el entretiempo y encendió otra vez la alarma teniendo en cuenta la seguidilla de compromisos que afrontará Boca: siete en 26 días. Uno cada casi cuatro.
En el final, Jabes Saralegui, uno de los juveniles favoritos de Juan Román Riquelme, convirtió en gol el sexto disparo al arco del equipo en el partido. Se trató de su primer tanto –antecesor de muchos, presumiblemente– en 34 partidos en la máxima división.
Compacto de Boca 3 vs. Banfield 0
Los triunfos siempre otorgan tranquilidad. Y las victorias son festejadas el doble cuando están dotadas de varios goles. Pero ésta para Boca debe ser, en realidad, un punto de partida. Un golpe anímico para dejar atrás los contratiempos de las primeras fechas de la Liga y comenzar a construir un equipo confiable a partir de la solidez de sus defensores centrales y la eficacia de sus delanteros. En especial, Cavani, el abanderado de un Boca que, con el 10 en la cancha, corre siempre con ventaja.